Nos despertamos a las 6:00, ya que a esa hora ya hace bastante calor y el sol está en una posición como si fuera las 12:00.
A las 7:30 llegamos al restaurante gourmet para desayunar, que abría de 7:00 a 10:00 h,...





... y a las 9:00 ya estábamos en la piscina, que abría de 10:00 a las 18:00 h. (Mi chica en la tumbona y yo en la barra)
Comentar, que cuando llegamos a la piscina nos encontramos con que todas las tumbonas con sombrilla estaban cogidas. No que hubiera gente en ellas si no con toallas reservándolas. De las pocas tumbonas libres que quedaban estaban al sol, y no eran muchas.









En la piscina mientras bebíamos, contratamos una sesión de masaje en la playa para mi chica (54 $) y yo empecé a negociar con uno de los animadores del complejo para coger un vuelo en paracaídas en la playa, ofreciéndomelo por 65 $. (SEGUIRÉ REGATEANDO)
Después de bebernos unos cuantos cubatas de ron y no sé cuantos mojitos, nos marchamos a comer a las 14:00 h al Gourmet que abría a las 13:00 hasta las 15:00 h.
Justo después de comer mi chica se fue a darse el masaje y yo me fui a inspeccionar mejor la barra de la piscina. jajajajajajaja


Cuando nos queremos dar cuenta, tenemos que irnos a ducharnos para ir a la cena, que esa noche la teníamos en el restaurante el Gourmet, en la que ponían langosta. La langosta la ponen los miércoles y domingos, y no hay que reservarlo.
A la hora de la cena los restaurantes abren a las 19:00 hasta las 22:00 h. A las 20:30 ya estábamos en el restaurante emperifollados, ya que exigían un poco de etiqueta para la cena. Nada de bañadores, ni chanclas, ni camisetas sin mangas, ni pantalones cortos. Joder que poco nos dejan para ponernos. ¿Ha que voy en bolas?
Solo llegar nos recibe una chica en la puerta y nos acompaña a nuestra mesa dándonos la carta de vinos, y después de mirar unos minutos un vino que fuera bien para la langosta nos decidimos por una Coca-Cola. Jajajajajaja La carta de vinos no está incluida, ya que era mediante pago. Había desde 10 $ hasta 300 $, aunque si entra un vino de la casa que no estaba mal.

Pedimos la langosta mediana, ya que no sabíamos como seria su tamaño y no quería que fuera excesiva y dejar luego. Cuando vimos ese pedazo de bicho en la mesa, no sabía si yo me lo comería o el a mí. Al final me lo comí yo.

Después de la cena nos marchamos a tomar un cubata al bar de la piscina, que a esas horas estaba muy tranquilo, y estaba abierto hasta las 1:00 h. Y luego a dormir.