Al día siguiente, otra vez lo mismo de todos los días.
La diferencia fue cuando estando en la tumbona de la piscina, un animador que llevaba varios días proponiéndome contratar el paracaídas en motora, me volvió a plantear el tema y me puse a regatear con el chaval. El me ofrecía por 65 $ el montarme en el paracaídas, estando acompañado por otra persona que lo quisiera contratar también, y mi chica se quedaba en la playa. Como no llegamos a trato, y yo estaba interesado, pues nos fuimos a la playa a buscar otro que aceptara mis condiciones. Mis condiciones eran, el mismo precio pero yo solo en el paracaídas y mi chica en la lancha.
A los 5 minutos de estar allí aparece uno, que era de los del Cortecito (mucho más barato), que acepta mis condiciones con una pequeña diferencia en el precio. (45.00$ por mí y mi chica se monta en la lancha sin pagar nada). El chaval pregunta y acepta pero tenía que ser en ese momento. ¡Pues vamos!
Nos montamos en una lancha, que nos lleva a otra mucho más grande para montar en paracaídas.



Con cámara en mano y correas enganchadas, yo hecho a volar. El tío soltó cuerda, más cuerda y más cuerda, hasta llegar a una altura en la que la gente se veía como hormigas. En ese momento de mayor altura el tío dejo ir la barca hacia tierra, y de esa manera yo no estaba sobrevolando el mar, estaba sobrevolando tierra.



Pase por encima de la orilla, las palmeras, hasta llegar a los edificios del complejo. No sería cierto si escribiera que no pase miedo. El viento era fuerte y golpeaba la lona del paracaídas con fuerza. Pero a los 5 minutos ya estaba girándome con toda naturalidad para hacer mejores fotos. Cuando me bajaron, mi chica estaba muy nerviosa, pero se relajo cuando me vio tocar pie en el barco. Fue una pasada, una experiencia inolvidable.









Después de tanta adrenalina, me fui ha echarme en la tumbona, para relajarme los nervios. (Cagao) jajajajajaja
Estando en la piscina me acorde del partido del Barcelona y el Madrid, ya que los españoles estaban hablando de ello.
Nos fuimos a comer a las 13:00 h. para poder estar a la hora del partido en la recepción donde se podía ver el partido. Cuando volvíamos de la comida, mi chica se encontraba cansada, y decidimos ver el partido en la habitación.
Respecto al partido no voy a decir nada, para no hacer daño a los Madridistas.
Después del éxtasis, delirio, arrebato, etc. nos fuimos a la piscina ha echar un rato y tomar algunas copas.
Luego nos fuimos a la habitación, para ducharnos y vestirnos, ya que a las 21:30 teníamos la cena en el restaurante Cantina Mariachi.
Respecto al restaurante, lo que más llama la atención es donde está situado, ya que se encuentra en un lago artificial, y en la que se comunica con diferentes restaurantes mediante puentes de madera. Dicho restaurante se llama Cantina Mariachi y se encuentra en la zona del Bávaro.


Esta bastante bien decorado, comida típica mexicana muy buena, y un buen ambiente. De entrante un pequeño buffet para abrir boca hasta que te den la carta, porque lo primero que te dan, como siempre, es la carta de vinos. Lo malo es el tiempo que tardaron en atendernos y en servirnos. Una exageración.


Luego un cubata en el bar de la piscina y a dormir.