Al día siguiente, otra vez a levantarnos, desayunar y a la piscina. ¡No! a la piscina no. Nos fuimos directamente al Cortesito, que son las tiendas que hay a pie de playa, y donde se puede comprar recuerdos y regalos.
Fuimos decididos a comprar lo que habíamos visto el 2º día de vacaciones. Solo llegar entramos en la primera tienda y después de regatear y regatear, amagar con irnos y meter alguna cosa más después de cerrar el precio, nos fuimos a la habitación. Fue la primera vez que tarde tan poco en hacer las compras en el Cortesito. Parece que estoy hecho un profesional del regateo. jajajajaja
Después de dejar las cosas en la habitación, nos fuimos otra vez a la piscina. Después a comer al restaurante gourmet, y luego otra vez a la piscina.
Cuando atardecía nos fuimos a la habitación a ducharnos y cambiarnos para ir a cenar al restaurante Oriental, en la que te preparan la comida en vivo, o como dicen aquí con show. Se encuentra en la zona del Palace.
Estaba muy bien, parecía totalmente un restaurante oriental, si no fuera por los cocineros que eran todos de color. jajajaja El tío te va poniendo la comida en una gran plancha y va moviéndola muy rápidamente y tirándola por el aire. Todo un show. Pero a la vez estaba muy rica. En este, al igual que en el brasileño, no te ponen carta, ya que la comida es la misma para todos, y tú puedes pasar de algo que esté preparando o repetir.
Mientras te va preparando la comida en la plancha, te sirven un pequeño plato con sushi (o eso nos dijeron que era) y con licor saque (muy fuerte), al que hay que tener cuidado, ya que un hombre de la mesa de enfrente, que habría tomado algunos chupitos, estaban gritando mientras daba vueltas por la mesa, y no había cojones de sentarlo. jajajajajajaja
Justo después nos tomamos unos cubatas en el bar de la piscina con una pareja de Murcia que conocimos en el restaurante oriental. De allí a dormir.