7.30Am. ¡Hora de moverse!

Una cosa que nos sorprendió del hotel fue el horario del desayuno: empezaba a las 8Am (no recuerdo a qué hora terminaba, 10.30 tal vez). Inusualmente tarde, sobre todo teniendo en cuenta su orientación (por completo para alemanes, que visto lo visto es lo habitual en la isla). Según abrieron la puerta del comedor, estábamos entrando para empezar la primera comida del día

Siguiendo las indicaciones de un amigo de mi chico que vive en la isla, fuimos primero a Caló Des Moro para llegar cuanto antes (y fuimos en viernes para evitar el posible extra de gente del finde). A las 9.20 estábamos allí. Aparcamos sin problemas y bajamos a Cala s’Almunia, momento en que nuestras mandíbulas se desencajaron: qué agua, qué sitio, ¡qué todo! Había que moverse hacia Caló des Moro (desde una se llega a la otra) pero nuestros pies no avanzaban, así que decidimos echar un par de fotos y emplazarnos a planificar bien la mañana para poder darnos un baño más tarde en semejante entorno:


Cuando conseguimos encajar nuestras mandíbulas de nuevo en el lugar que normalmente ocupan, echamos a andar para en algo menos de 10 minutos llegar al plato fuerte: Caló des Moro. Preciosa cala, sin duda. El agua, más cristalina es difícil. ¿Quién quiere irse al Caribe teniendo esto a poco más de 1 hora de vuelo de la península? En fin, pensamientos que le vienen a una


Era bien pronto y aún no había casi gente, así que nos ubicamos sin problema. Digo "aún no había casi gente" porque según avanzó la mañana empezó a llegar más y más personal hasta conseguir que ver algo de arena entre tanta toalla fuera difícil. El consejo es bien evidente: ¡id pronto! ¡Madrugad! ¡Aunque en vuestro hotel empiece el desayuno a las 8Am!

Lo cierto es que vimos gente que se tenía que confirmar con contemplar la cala desde arriba y ni bajaba las escaleras porque no cabía ni un alma. No quiero imaginar Julio y Agosto. Prefiero quedarme con el recuerdo de una de las calas más bonitas que he visto nunca

A eso de las 12.30 decidimos mover el campamento y fue cosa de echar mano a las toallas para quitar la arena y aparecer una pareja para preguntarnos si nos íbamos. Como en un párking abarrotado cuando abres la puerta del coche y te salen amigos de todas partes

Subimos las escaleras y volvimos a contemplar el precioso paisaje (eso sí, esta vez salpicado por un montón de gente, así que mucho mejor mantener únicamente la foto de las 9 y pico de la mañana).
Teníamos tarea pendiente: ¡baño en s’Almunia! Así que allá que fuimos. Dejamos las mochilas en la zona de las casitas de los pescadores (qué cosa más curiosa ese entorno) y nos dimos un tremendo chapuzón en el que llegamos nadando hasta el otro extremo de la cala. Qué gusto más grande, lástima no poder estar allí ahora mismo

Tocaba cambiar de tercio: después de ver dos calas, el plan pasaba por visitar dos playas 'grandes': Es Carbó (donde la idea era comernos nuestros sándwiches preparados esa misma mañana) y la famosa Es Trenc.
Pusimos rumbo a la primera. Llegado cierto punto, el navegador dijo "Gire a la derecha", pero era un camino privado con una puerta de metal y doscientos candados. Bien, toca cambio de ruta para buscar otro modo de llegar. El navegador dijo "Gire a la izquierda", pero esta vez en lugar de doscientos, eran trescientos los candados. ¿Qué pasa aquí?

Tiramos de San Google pero nada. Además, había algo que no había tenido en cuenta al hacer mi parte del plan: desde donde se deja el coche (sea donde sea donde se hace eso


De todos modos, continuamos para bingo y fuimos a Es Trenc. 7 eur de párking y muchas ganas de ver la playa de la que tanta gente habla, que quedaron en una decepción porque: a) es muy turística (aunque ya lo sabíamos), b) mucha hamaca y mucha sombrilla a 14 pavos por día (aunque también lo sabíamos), c) mucha gente (lo intuíamos) y sobre todo d) ¡¡¡el agua estaba muy sucia!!!!


Tras descansar un rato, era momento de abandonar Es Trenc y pensar en la siguiente parada que nos quitara la decepción de la cabeza (también es cierto que viniendo de Caló des Moro cualquier cosa habría quedado a inferior nivel). Echamos a andar y mientras nos íbamos le hicimos la foto de rigor a Es Trenc:

Una posibilidad era ir hasta Cala Pi, pero pillaba en sentido contrario al hotel e iba a ser cosa de llegar e irse. Al igual que el día anterior, decidimos arriesgar y fuimos a un lugar mucho menos conocido y que nos quedaba mejor en ubicación: Cala Brafi. Eran cerca de las 6pm cuando llegamos y… ¡Qué acierto! ¡Qué paz! ¡Qué agua! ¡Qué calma!





A las 8pm nos fuimos con mucha pena, pero tocaba arreglarse un poco, que después de comer de sándwich había que cuidarse un poco y con ese objetivo habíamos reservado mesa en Sa Llotja, a 10 minutos andando del hotel. Súper recomendable: buen trato, espectacular comida y bonitas vistas al puerto

Y con esto, dimos por concluido un día bien completito.

