Salimos desde Alicante en un vuelo de Ryanair a Bristol (nada que destacar). Sobre la 1 ya estábamos allí, así que, tras los trámites de llegada, traslado a la compañia de alquiler de coche y primera toma de contacto, nos pusimos en ruta hacia el sur.
Sobra deciros que lo de conducir por la izquierda las primeras horas se hacer raro... y que el copiloto se pasa todo el viaje esperando que, de un momento a otro, dejemos espejo retrovisor izquierdo en un árbol, o que atropellemos a un ciclista.
No puedo seguir sin hacer un inciso sobre las carreteras inglesas... Mira que ya las conocía.. pero aún así hay que decir que son difíciles. Exceptuando las autopistas y las vías principales entre grandes ciudades, las carreteras son estrechas, sin arcén y especialmente en el sur, con "paredes" de vegetación a ambos lados, por lo que viajar por ellas es como estar metido en un túnel. Y si las vías que podríamos llamar "provinciales" son estrechas, las "locales" son extremadamente estrechas. Tanto que la mayoría del tiempo hemos circulado por carreteras por las que solamente cabía un coche, y que se "abrían" cada 50 o 100 metros para que, en caso necesario, tú o el que venía de frente, se apretara contra la vegetación y dejara pasar al otro... Eso sí, con un saludo de agradecimiento...
Pues como decía, cogimos el coche (lo pedimos automático para quitarnos al menos el problema de las marchas) y nuestra parada fue para comer en el pueblo de Axbridge. Pequeño, con una plaza agradable y una iglesia típica inglesa de piedra con cementerio. La primera de muchas... Comimos en The Lamb Inn, en la misma plaza, nuestra primera comida inglesa. Sé que se suele decir la comida inglesa es un asco, pero yo siempre que voy disfruto de la comida en los pubs. Aunque es verdad que al final del viaje ya estoy un poco cansado de las patatas, los "pies" y la carne...
Tras la comida, seguimos hasta Cheddar, donde también dimos un paseo. Aquello no era tan tranquilo, ya que, aparte del Queso, es muy conocida su "garganta" con zonas de escalada y cuevas. No era nuestro rollo así que seguimos hasta Wells.
Wells es una pequeña ciudad que vale la pena visitar. Basta con un paseo por su calle principal hasta la plaza del Mercado. De allí se tiene acceso a su preciosa catedral y al palacio y jardines del Obispo. A un lado de la catedral está la curiosa calle Vicar's Close, construida para acomodar a los sacerdotes o posteriormente al coro de la catedral, y que presume de ser una de las calles residenciales más antiguas y mejor conservadas de Europa.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Wells
Wells
Y de Wells nos fuimos a Glastonbury. Por poco, llegamos tarde para entrar a ver las ruinas de su famosa abadía, así que nos dimos un paseo, cenamos y nos fuimos a descansar.