LISBOA Y OPORTO EN 6 DIAS IV ✏️ Diarios de Viajes de Portugal

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VIERNES 30 SEPTIEMBRE

Noche de perros porque mi catarro ha ido a peor, suerte que compre paracetamol y flumil ayer tarde (me lo dieron sin receta), los que traje ya se gastaron. En Portugal las temperaturas caen mucho por la tarde y lo hacen de una manera muy rápida, (en Tenerife esa rapidez no es tal) y muchas veces el frio te pilla desprevenido. Creo que ese fuera el motivo de mi resfriado.
Aun así madrugamos para estar en la estación de tren de Sao Bento a las 8:10. El tren a Guimaraes sale a las 8:20 y la cola en las taquillas es enorme, así que sin mucho conocimiento nos vamos a las maquinas expendedoras de billetes, donde un chico muy amable que está detrás de mí nos ayuda a sacar los billetes, (son unas tarjetas verdes recargables SIGA es el nombre, y el viaje de ida costo 3’6€ cada uno). En esto no les puedo dar más información de cómo hacerlo, solo que poniendo cara de pena, siempre hay alguien dispuesto a ayudar. Para pasar al tren no hay barreras, solo una maquina pequeña amarilla y verde por la que debes pasar la tarjeta. No lo hicimos y nos vamos directos al anden1 porque ya avisaban de que el tren partía y entramos por los pelos. Un revisor va pasando por los asientos validando las tarjetas, nos explica q teníamos que haberlas pasado por la maquina, pero cierto es que no lo sabíamos y con las prisas no preguntamos.
A las 9:39 llegamos a Guimaraes. Nada más salir de la estación, ya en la calle hay un mapa de la ciudad. Hicimos una foto del mapa y otra de los horarios de vuelta y a caminar.
Al salir de la estación giramos a la izquierda. Luego bajamos por la primera calle que te encuentras a la derecha, Avda. D. Alfonso Henriques, donde llegamos a una plaza aquí esta el cartel de la ciudad y una fachada medieval muy bonita llena de tiendecitas que aun no han abierto. Detrás de esta pared empieza el casco antiguo. Donde callejeamos y callejeamos hasta la oficina de información turística que sin mucho sentido esta en el centro del casco antiguo, (¿no sería más útil en la entrada del pueblo?). Aquí ya cogimos un mapa en papel y nos dieron precio de los distintos puntos de interés turístico. Nosotros vimos la Iglesia Nuestra Señora Da Quiveira, en la plaza hay un olivo antiquísimo y un arco medieval. Continuamos por la Rua S María hasta el Castillo, por ese paseo también nos encontramos con el Palacio Ducal (5€ la entrada) y la Iglesia S Miguel que es de entrada libre hasta llegar al Castillo, 2€ la entrada, desde la puerta se veía que solo estaban las paredes en pie así que no entramos. Foto del caballero templario que hay a los pies del castillo y a segur callejeando. No entramos a ninguno de los lugares de interés turístico, pero si paseamos por la ciudad que es muy bonita y considerada LA CUNA DE PORTUGAL, el centro medieval fue declarado como Bien Único por la UNESCO desde el año 2001, y ha sido incluido en la lista de bienes de Patrimonio Mundial. Hay muchos sitios interesantes donde si entrar, Iglesia de S Francisco, convento de Santa Clara, etc., pero mi catarro ha ido a más, así que nos volvemos a Oporto antes de la hora prevista. En esta pág. podéis encontrar toda la información www.guimaraesturismo.com. Esta mañana nos lo tomamos muy light, disfrutamos de las placitas y esquinas del casco antiguo, que es simplemente precioso.
A las 12:48 ya estamos en el tren, compramos los tickets de vuelta en la taquilla de Guimaraes que solo abre un rato antes de que salga el tren. Sobre las 14:00 llegamos a la estación de Sao Bento y nos vamos a Gazela, está en Praca da Batahla esquina con Rua de Cimo de Vila nº4, toldo naranja. Es un bar típico donde hacen unos bocadillos de salchicha con queso y un toque de picante, las papas fritas son como las de casa. Es un sitio con mucha fama y queríamos probar.
Ya por la tarde y con casi todas las turistadas hechas, se me antoja ir al Corte Inglés de Oporto. Cogemos el metro en Sao Bento donde solo hay una máquina para recargar nuestra tarjeta y no hay taquillas, pero si un guardia de seguridad que nos ayuda, como vamos a la zona 2 de la ciudad el viaje vale 1,20€. Pasamos las tarjetas por la maquina amarilla, no hay barreras y al metro. Es un metro elevado que tiene una parada en la puerta del Corte Inglés (por fuera es tan feo como todos), pero es enorme bien distribuido y con muchísimas marcas, tanto de ropa como de cosmética. Stands bastante grandes y bonitos. Paseo rápido, club del gourmet y vuelta al metro. Paseamos por otra calle emblemática de Oporto Rua das Flores llena de cafés y de tiendas, el 90% de ellas de suvenirs. Para acabar el día bien, nos aseguramos una buena cena, así que repetimos restaurante de ayer donde la carta es amplia y la cena vuelve a estar deliciosa. Por la noche baja tanto la temperatura… que frio!!

SÁBADO 1 OCTUBRE

Es nuestra última mañana en Oporto y después de desayunar nos vamos a la Iglesia Ildefonso, con su majestuosa fachada. La llevamos viendo cada día desde que llegamos a Oporto pero aun no habíamos entrado ni le habíamos sacado una foto. Continuamos por Rua S Caterina hasta R. Fernandes Tomas 793, dulcería Cristo Rei, donde hay pasteles de Belem, no son tan ricos como los de Belem, pero están buenos con bonito embalaje e ideales para regalar. Al salir de la dulcería giramos a la izquierda para seguir por la calle hasta la esquina con R do Bonjardim , donde hay una tienda de embutidos típica y ahí compramos unos quesos que nos embasan al vacio (esos que cuando quitas la corteza son semilíquidos y untas en pan…que son típicos de Portugal y por cierto están deliciosos). La tienda se llama Casa Lourenco y está en R do Bonjardim, 417. Volvimos al hotel, dejamos las compras y las maletas en la consigna y nos volvemos a la calle, Oporto es pequeño y se puede hacer todo a pie lo único que hay que subir y bajar, tanto cuestas como escaleras.
En R. Augusto da Rosa justo delante del funicular hay unas escaleras que te llevan a la Ribiera, las bajamos y cruzamos el Puente Luis I rumbo a las bodegas. El paseo frente al Duero esta de lo más animado, lugareños tirándose los puente al rio, una feria de artesanía, puestos de dulces, esto último no puede faltar en Portugal.
Con respecto a las bodegas nos han recomendado Ferreira que es la ultima del paseo pero cierran de 12:00-14:00, entonces nos decantamos por Ramos Pinto, ya que se próxima visita en español, es la que mejor nos viene que es a las 14:40. El primero que llega elije el idioma de la siguiente visita, las horas de las visita sí que están estipuladas por la bodega. El precio es de 6€ con dos degustaciones. Hacemos tiempo sentados en unos de los bares frente al rio tomando algo y disfrutando de las vistas, que son muy bonitas. A las 14:30 ya estamos en la bodega y el tour sale puntual. La visita dura una media hora, primero el museo donde no te dejan hacer fotos luego la bodega, si dejan fotos y luego para terminar la degustación, aquí no hay tiempo, lo que quieras tardar. Los vinos de oporto son dulces con un olor muy fuerte, pero de sabor son muy buenos. Hemos perdido la noción del tiempo entre vinos aquí que toca correr al funicular, hay que coger maletas y nuestra guagua sale hacia el aeropuerto a las 16:30.
Todo nos salió redondo y por 2,65€ que se le paga directamente al chofer en la estación de REDE EXPRESSOS. El minibús tiene un cartel que nos indica que es el que va al aeropuerto. La estación es bastante pequeña, más bien es un garaje así que o hay pérdida. El bus nos deja en el aeropuerto 30’ después.
Pasamos controles, (cuidado con los enlatados, no los dejan pasar de equipaje de mano) y nos comemos algo mientras esperamos la salida de nuestro vuelo. Como es habitual en Ryanair, sale en hora.
Portugal (Lisboa y Oporto), no es un país que me apasione, pero si nos ha gustado mucho. Era una escapada de una semana y ha cumplido con creces nuestras expectativas. Hemos conocido gente estupenda y hemos comido de maravilla. Así que con la satisfacción del deber cumplido nos volvemos para mi tierra querida Tenerife, a la que siempre vuelvo con alegría, da igual si el viaje dura un mes o una semana.
¿Les ayudó leer este diario? Espero que sí, fue hecho con mucho cariño para ayudar a viajeros que como yo huyen de los viajes organizados.

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