Sufrimos las consecuencias de acostarnos tan pronto, y es despertarte a las 4am… aun así buenas sensaciones, 11 horas dormidas deberían haber servido para recargar las pilas. A las 5am tras un buen uso del baño público comenzamos a deambular por el pueblo, no llueve a pesar de lo nublado del cielo, y para nuestra sorpresa ya se ve vida por el mismo.
Es un pueblo bastante pequeño, con un par de calles principales y varios establecimientos y tiendas. Entramos en un café cercano a nuestro querido aparcamiento donde nos dan un gran desayuno, no es barato pero entra muy bien, además nos dan pass para la wifi. Nuestro primer contacto con neozelandeses hace que ya les cojamos un pequeño cariño.
Nos quedamos sin visitar el i-site, ya que pretendemos ir al primer pase de Hobbiton, y tenemos que irnos antes de que el i-site abra, por lo que llenar depósito (barato), GPS y carretera! El lugar en cuestión está cerca, a unos 15min, y al llegar es imposible contener el escalofrio… Fuimos con las entradas ya compradas porque las plazas son limitadas por día, aunque hay varios pases y no creo que se llene…pero nunca se sabe y no podíamos permitirnos errores.
Nos subimos a un bus y nos llevan desde el primer punto al Hobbiton propiamente dicho, allí nuestra responsable ya nos empieza a contar a un grupo de unas 10-15 personas todas las anécdotas, curiosidades, y demás info acerca de todo el parque, que dicho sea de paso, es impresionante!
La lluvia amenaza pero no acaba de caer, y podemos recorrer todo el parque con tranquilidad.
Recomendación personal, fijarse en los detalles, porque está plagado de ellos en todo el recinto.
Finalmente aparte de la birra hobbit a la que te invitan al final de la visita en el emblemático Green Dragon, también nos dan un trozo de tarta de zanahoria con motivo del Hobbit´s Day que casualmente era hoy. Tuvimos la opción de cenar el día anterior aquí en Hobbiton, en una celebración especial del día, llegando hasta el amanecer e interactuando con otros amantes de la Tierra Media pero se nos iba de precio… y nos conformamos con lo que vivimos que no está mal!
Fue subirnos al coche y comenzar a llover, y ya no paró hasta la noche. Teníamos hora y media por delante hasta las Gloworm Caves de Waitomo, cuyo último pase es a las 17:00, pero íbamos sobrados de tiempo por lo que podríamos disfrutar tranquilamente del bonito trayecto entre uno y otro lugar.
Desgraciadamente no tengo fotos que mostraros de las cuevas, os pongo esta de www.waitomo.com para que os hagáis una idea, pero sí puedo deciros que aunque es carillo, es muy bonito y lo volvería a visitar, aunque si os ahorráis el trayecto y la entrada tampoco va a ser para llorar…
Usado el primer descuento ARRIVAL por cierto!
La excursión consiste en un paseo por el interior de las cuevas donde te van explicando varios temas de las mismas, para finalmente acabar en un rio subterráneo, donde te subes a una barca, y te adentras aún más en la cueva donde totalmente a oscuras, millones y millones de luciérnagas te iluminan creando un pequeño universo mágico, con banda sonora de goteo constante sobre el agua del río… si se consigue que toda la barca esté en silencio, se crea una atmosfera para el recuerdo.
Tras esto volvimos a coger coche, llenamos depósito bastante caro por cierto, rumbo Rotorua, y al de poco de partir nos dignamos a comer un poco tarde ya en un pueblo de carretera a 30min de Waitomo. Comimos en un Thai bastante rico, pero ya pudimos comprobar que la gastronomía no iba a ser uno de los puntos fuertes neozelandeses al menos de momento (a juzgar por las alternativas de restaurantes que se ofrecían, 90% eran fast food), sobre todo para mi pareja, yo soy más batallero en ese aspecto…
Con la lluvia de compañera llegamos a Rotorua, nuevamente pillamos el i-site cerrado, no es que lo necesitásemos abierto, pero queríamos confirmar si íbamos bien encaminados en nuestra ruta, si iba a haber alguna complicación de tiempo para lo que estaba por venir, y bueno… un primer contacto con estas herramientas de ayuda que en ese momento teníamos en buena consideración.
Tras confirmar el esperado olor a huevo podrido de Rotorua (pero fácilmente soportable), vamos a buscar alojamiento, o sea, aparcamiento, y lo encontramos un poco a las afueras en una zona de centros comerciales, y McDonalds. No las teníamos todas con nosotros de que nos fueran a dejar toda la noche pero lo intentamos… y salió bien!
Es un pueblo bastante pequeño, con un par de calles principales y varios establecimientos y tiendas. Entramos en un café cercano a nuestro querido aparcamiento donde nos dan un gran desayuno, no es barato pero entra muy bien, además nos dan pass para la wifi. Nuestro primer contacto con neozelandeses hace que ya les cojamos un pequeño cariño.
Nos quedamos sin visitar el i-site, ya que pretendemos ir al primer pase de Hobbiton, y tenemos que irnos antes de que el i-site abra, por lo que llenar depósito (barato), GPS y carretera! El lugar en cuestión está cerca, a unos 15min, y al llegar es imposible contener el escalofrio… Fuimos con las entradas ya compradas porque las plazas son limitadas por día, aunque hay varios pases y no creo que se llene…pero nunca se sabe y no podíamos permitirnos errores.
Nos subimos a un bus y nos llevan desde el primer punto al Hobbiton propiamente dicho, allí nuestra responsable ya nos empieza a contar a un grupo de unas 10-15 personas todas las anécdotas, curiosidades, y demás info acerca de todo el parque, que dicho sea de paso, es impresionante!
La lluvia amenaza pero no acaba de caer, y podemos recorrer todo el parque con tranquilidad.
Recomendación personal, fijarse en los detalles, porque está plagado de ellos en todo el recinto.
Finalmente aparte de la birra hobbit a la que te invitan al final de la visita en el emblemático Green Dragon, también nos dan un trozo de tarta de zanahoria con motivo del Hobbit´s Day que casualmente era hoy. Tuvimos la opción de cenar el día anterior aquí en Hobbiton, en una celebración especial del día, llegando hasta el amanecer e interactuando con otros amantes de la Tierra Media pero se nos iba de precio… y nos conformamos con lo que vivimos que no está mal!
Fue subirnos al coche y comenzar a llover, y ya no paró hasta la noche. Teníamos hora y media por delante hasta las Gloworm Caves de Waitomo, cuyo último pase es a las 17:00, pero íbamos sobrados de tiempo por lo que podríamos disfrutar tranquilamente del bonito trayecto entre uno y otro lugar.
Desgraciadamente no tengo fotos que mostraros de las cuevas, os pongo esta de www.waitomo.com para que os hagáis una idea, pero sí puedo deciros que aunque es carillo, es muy bonito y lo volvería a visitar, aunque si os ahorráis el trayecto y la entrada tampoco va a ser para llorar…
Usado el primer descuento ARRIVAL por cierto!
La excursión consiste en un paseo por el interior de las cuevas donde te van explicando varios temas de las mismas, para finalmente acabar en un rio subterráneo, donde te subes a una barca, y te adentras aún más en la cueva donde totalmente a oscuras, millones y millones de luciérnagas te iluminan creando un pequeño universo mágico, con banda sonora de goteo constante sobre el agua del río… si se consigue que toda la barca esté en silencio, se crea una atmosfera para el recuerdo.
Tras esto volvimos a coger coche, llenamos depósito bastante caro por cierto, rumbo Rotorua, y al de poco de partir nos dignamos a comer un poco tarde ya en un pueblo de carretera a 30min de Waitomo. Comimos en un Thai bastante rico, pero ya pudimos comprobar que la gastronomía no iba a ser uno de los puntos fuertes neozelandeses al menos de momento (a juzgar por las alternativas de restaurantes que se ofrecían, 90% eran fast food), sobre todo para mi pareja, yo soy más batallero en ese aspecto…
Con la lluvia de compañera llegamos a Rotorua, nuevamente pillamos el i-site cerrado, no es que lo necesitásemos abierto, pero queríamos confirmar si íbamos bien encaminados en nuestra ruta, si iba a haber alguna complicación de tiempo para lo que estaba por venir, y bueno… un primer contacto con estas herramientas de ayuda que en ese momento teníamos en buena consideración.
Tras confirmar el esperado olor a huevo podrido de Rotorua (pero fácilmente soportable), vamos a buscar alojamiento, o sea, aparcamiento, y lo encontramos un poco a las afueras en una zona de centros comerciales, y McDonalds. No las teníamos todas con nosotros de que nos fueran a dejar toda la noche pero lo intentamos… y salió bien!