Domingo 27 de agosto de 2017
No madrugamos nada porque el pronóstico del tiempo era penoso. Y así fue: el día amaneció triste, nublado y con lluvia pero con temperatura agradable, como en esos días de playa de otoño en los que apetece ponerse una chaqueta e ir a pasear a la playa. Y eso hicimos. Desayunamos, en un arranque de optimismo nos pusimos el bañador y metimos las toallas en las mochilas, pedimos unos paraguas en recepción y cruzamos la calle para dar un paseo por la playa de Ao Nang.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La playa estaba vacía pero pronto empezaron a aparecer paseantes con paraguas como nosotros. Nos dirigimos hacia el este mientras recogíamos conchas, esquivábamos a perros sin dueño y saltábamos desagües del alcantarillado de la ciudad en plena playa con aguas de color sospechoso
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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En mitad del paseo marítimo hay una enorme escultura de unos pescadores tailandeses luchando con unos enormes peces espada, una de las pocas concesiones a la estética urbana en esta zona del mundo.
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Por supuesto a los pocos minutos mi hijo sucumbió a la tentación y decidió bañarse en las cálidas aguas tropicales bajo un ligero chirimiri.
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De vez en cuando se acercaba algún longtail a cargar o descargar viajeros. Las longtaill ("cola larga" en ingles) son las embarcaciones tradicionales de esta región del mundo, una especie de canoas gigantes, largas y estrechas con un gran remate de madera en la proa y que reciben ese nombre porque son impulsadas por una hélice situada al final de una larga vara metálica que ejerce también de timón. Para montarse y bajarse de estas embarcaciones tienen unas escalerillas de quita y pon pero aunque se acercan bastante a la orilla, es inevitable mojarse mínimo hasta la rodilla. Por eso es buena idea llevar calzado y ropa mojable y de secado fácil y una bolsa impermeable para cámaras, móviles y documentos (que se venden por todas partes en Ao Nang).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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En la parte más oriental de la playa hay una docena de casetas de masaje que en feroz competencia intentaban captar a los escasos turistas que nos acercábamos por allí. Al final de la playa también había un pequeño altar budista.
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En esta zona y al pie de un peñasco cubierto de vegetación desemboca un canal que no se puede cruzar a pie y que marca el fin de la playa.
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Unos 50 metros antes de la desembocadura hay un puente que lo cruza hasta un improvisado aparcamiento donde está la caseta de control de entrada a un sendero denominado el Monkey trail (la "senda de los monos" en inglés) que asciende por el peñasco entre vegetación selvática para luego bajar hasta la playa de Pai Plong. El sendero se llama así porque en todo su trayecto te puedes cruzar con innumerables monos que habitan por la zona. Sin embargo como estaba lloviendo no vimos ninguno. El sendero tiene el suelo de tablones de madera y está vallado. Es empinado y tiene muchos tramos de escaleras pero no es difícil aunque con la lluvia estaba algo resbaladizo.
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Pero el esfuerzo merece la pena porque la playa de Pai Plong es maravillosa. Es una pequeña bahía rodeada de montañas y selva y sin acceso terrestre salvo el Monkey Trail.
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Frente a la playa se levanta un enorme peñasco de forma fálica que recibe el nombre de la Torre de Ao Nang.
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El acceso es gratuito pero a la entrada hay unos agentes que controlan la afluencia de público a esta zona: hay que apuntar el nombre y la hora de entrada en un libro y acordarse de apuntar la hora de salida al volver.
Desafortunadamente la cala está ocupada casi por completo por un enorme y exclusivo resort vacacional llamado Centara Grand, un sitio estupendo para hospedarse y olvidarse del mundo, pero que afea este maravilloso espacio natural.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El cielo seguía nublado aunque la temperatura era agradable por lo que decidimos llegarnos hasta el final de la cala donde al abrigo de unas rocas decidimos darnos un baño. En esta zona había otros dos agentes que miraban curiosos a las rocas. Nos dimos cuenta que vigilaban a una manada de monos que estaba saltando de rama en rama. Aquí estaban todos los monos del Monkey Trail
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Con precaución nos acercamos a las rocas para conseguir buenas fotos pero pronto nos dimos cuenta que estos monos son muy poco asustadizos y de hecho les encanta acercarse a los humanos probablemente porque les proporcionan todo tipo de manjares que no se consiguen en la selva
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Después de un rato de baño tropical con monos y como seguía lloviendo, decidimos volver a Ao Nang y al hotel. Duchados y cambiados hicimos una comida tardía en un restaurante italiano del paseo llamado Azzurra, correcto sin más, de nuevo con precios de sitio turistico (1680 bahts, unos 44 euros).
En Krabi hay varias excursiones para visitar islas que se pueden hacer. Las 4 más demandadas son las siguientes:
- Cuatro islas: Chicken Island, Koh Tup, Koh Mawr y Poda. Además incluye una visita a la playa de Ao Phran Nang de Railay
- Islas Phi Phi con parada previa en Bamboo Island. En las islas Phi Phi se visita la famosa Maya beach
- Isla Hong con visita a su interesante laguna
- Isla Ko Tapu, más conocida como la isla de James Bond, que es también la más alejada de Krabi y que nosotros no hicimos.
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Las excursiones se pueden hacer en longtail (tradicional y lento pero sosegado) o en motora (mucho más rápido pero también menos tranquilo). Las longtail salen de la misma playa de Ao Nang mientras que las motoras salen de un puerto situado al oeste de la playa de Nopharatt Thara al que las agencias te llevan en coche o songthaew. Los tours habitualmente comienzan a las 9, incluyen comida y suelen terminar a las 3 o 4 de la tarde.
La islas son parte de un parque natural y hay que abonar una tasa de entrada diaria al parque que es de 400 bahts adultos y 200 bahts niños. Algunas excursiones la incluyen en el precio pero otras no por lo que no está de más comprobarlo al reservarlas. Fotos de algunos folletos:
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Como el pronóstico del tiempo para el día siguiente mejoraba algo decidimos reservar una excursión. De las muchas agencias del paseo elegimos una que la noche anterior nos había tentado con sus rebajas. No tenía nombre pero sus empleadas eran malayas musulmanas con velo en la cabeza, detallito que en ese momento nos nos llamó la atención. El caso es que tras el habitual regateo, reservamos la excursión de un día a las islas Phi Phi por 3200 bahts, pase diario del parque incluído (unos 82 euros), bastante menos del precio inicial, y quedamos con ellos en la agencia para el día siguiente muy tempranito.
Como había dejado de llover, seguimos paseando hacia el interior de Ao Nang por la calle principal que como he dicho antes es igual de fea que el paseo marítimo y en la que no hay más que tiendas de imitaciones, hoteles, restaurantes, casas de masaje, casas de cambio y agencias para reservar excursiones. Curiosamente también hay muchos sastres que te hacen un traje a medida en tiempo record y por un presupuesto muy ajustado.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Aproximadamente a un kilómetro al interior se levanta una enorme mezquita que al atardecer ya estaba iluminada con unos horteras tonos verdes y morados.
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Aquí ya vimos que Ao Nang no pasaría a la historia y decidimos volver al paseo maritimo mientras anochecía. En el paseo nos topamos con un grupo de drag queens vestidas de princesas que nos ofrecían publicidad de un pub con la habitual desverguenza y provocación de los travestis de todo el mundo. Una de ellas se me cogió del brazo y me preguntó si quería una foto. COmo yo nunca desaprovecho la oportunidad de conseguir una foto épica accedí y nos hicimos varias fotos familiares del brazo de las lady boys (así se llaman a los transexuales masculinos en Tailandia). Pero la cosa tenía truco ya que tras la foto nos pidieron la propina, con bastante descaro ya que directamente querían 100 bahts. Nos vimos en la obligación de darselos pero como no tenía cambio le di un billete de 500 y las muy desvergonzadas querían quedárselo entero porque "no tenían cambio". En fin, tras ponernos un poco serios conseguimos que apareciera milagrosamente el cambio y nos largamos no sin antes comprobar que no nos habían birlado nada entre tanto toqueteo. Por supuesto las evitamos el resto del viaje sin caer en nuevas estafas. Ahora bien, la foto mola
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente hicimos una cena ligera en una cafetería llamada The Coffee Club, un sitio moderno con terraza con platos locales e internacionales y volvimos al hotel.
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