Continuando con la costumbre, tempranito desayunamos y salimos dirección hacia la isla de Chiloé. Por autopista llegamos a Pargua, embarcamos muy pronto, y hacia las 11:00 nos encontramos en la gran isla, en Chacao. Nos acercamos hasta Ancud, localidad en la que a su entrada encontramos una oficina de Información Turística y, al cargo de la misma, un chico amabilísimo, que nos proporciona multitud de explicaciones.
Continuamos a través de la localidad y, sin pausa, vamos hasta la playa Mar Brava. Por 5000 pesos por persona, nos trasladan en lancha al Monumento Natural Islotes de Piñihuil, donde avistamos pingüinos de Humbolt y de Magallanes, Cormaranes de patas rojas, negros enteros, (como cuervos), emperador; gansos, patos, etc.
Subir o embarcarse, así como desembarcar, nos hace sentirnos un poco ridículos, pues nos trasladan en un carrito o carretilla, que se sumerge bajo el agua.
Seguimos hasta la playa Guabún, donde charlamos con un campesino que viajaba con un carro tirado por bueyes. Hablando de las tradiciones del arrastre de piedra, nos comenta que ahí también hacen exhibiciones de deporte rural.
Continuamos hacia Quetalmahue, donde hay una reserva ostrícola. Atravesamos Ancud y continuamos, sin pausa, hasta Quemchi. Encontramos la casa Museo de Francisco Coloane, la famosa casa movible, que se trasladaba flotando. Visitamos la parroquia Patrocinio de San José, de madera, pintada de amarillo, allí, en la misma plaza.
Continuamos ruta hasta la Iglesia de San Antonio de Colo, junto al cementerio. Construida en 1890, y es una de las más pequeñas y pintoresca de las de este estilo.
Seguimos hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Patrocinio de Tenaún. La caracterizan las estrellas de su frontis y las tres torres.
Nos dirigimos, a continuación, hasta la Iglesia de San Juan Bautista de la localidad de San Juan.
Por fin, nos acercamos al Hostal de Castro.