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6:00 a.m. y todos en pie!!!
Hoy empieza el Obon u O-Bon (お盆), o simplemente Bon (盆), que es una festividad japonesa de tradición semirreligiosa que honra a los espíritus (fallecidos) de sus antepasados. Esta costumbre de origen budista ha acabado convirtiéndose en parte de la cultura de Japón, no solo en los aspectos religioso y cultural, sino también como una ocasión de interacción social con la comunidad. Viene siendo celebrado desde hace 500 años y tradicionalmente incluye danzas y bailes como el Bon Odori, o festivales como el Gozan no Okuribi.
Y también era el primer día que nos subíamos a un shinkansen, que es la red ferroviaria de alta velocidad de Japón.
Para llegar a Nikko, con la JRP es muy sencillo.
Desde la estación de Ueno cogemos el JR Tohoku Shinkansen hasta la estación de Utsunomiya. Y aquí cambiar a la línea Nikko, también de JR.
El recorrido es de unos 100 minutos.
Así que vamos allá. Nuestro primer contacto con los trenes de alta velocidad japoneses.
Una cosa. Si pone que sale a las 07:18, es que sale a las 07:18 h. Ni un minuto más ni uno menos.
Es cierto lo de la puntualidad japonesa. Nosotros podemos dar fe de ello.
A las 09:11 ya estábamos en la estación de Nikko, donde teníamos que coger un bus que nos lleve a Rinno-ji Temple.
Preguntamos a la chica que cuanto valía el billete del bus, que puede pagarse con la SUICA, y nos dice que 290 yenes, así que como nos quedaban 300 yenes de saldo, decimos que perfecto. Ya no la usaríamos más y así la vaciábamos.
Pues bien, al salir del bus y pasar la tarjetica por el lector nos da error, y es que el billete no vale 290 yenes sino 310…. El señor muy amable, nos dice que ningún problema, que paguemos con los 300 que nos quedan en la tarjeta y que le demos 10 yenes cada uno en efectivo y listo.
Aquí un mapa de Nikko para que os hagáis una idea:
Los templos a visitar en Nikko son los siguientes:
- Toshogu (1300 yenes)
- Futarasen- jinja (200 yenes)
- Mausoleo de Tokugawa o Tiyuin- byo (550 yenes)
- Rinno-ji (400 yenes)
Nosotros el primero que visitamos fue el Rinno-ji, que es un complejo de 15 templos budistas de la secta Tendaishū. Fue creado en el 766 por el monje budista Shōdō.
Por su ubicación remota en las montañas, es un lugar atractivo para los monjes budistas que buscan la soledad.
Y no me extraña porque es una maravilla. Además, al ir tan temprano no había prácticamente nadie.
Una vez visto el templo, bajamos andando al Toshogu Shrine. Un santuario precioso, enorme y ostentoso y una visita obligada si vas a Nikko.
Accedimos por un lateral pasando por debajo de un torii y cruzando un largo pasillo lleno de linternas.
Y llegamos al Santuario por el lado de la pagoda Gojunoto de 5 pisos.
Cada planta representa un elemento, tierra, agua, fuego, viento y aire (o vacío), en orden ascendente.
Si en el Rinno-ji estábamos casi solos, esto parecían las Ramblas de Barcelona
.La entrada sencilla tiene un “módico” precio de 1300 yenes por barba. Creo que de los más caros que pagamos.
Y a diferencia del anterior había una larga cola de gente para comprar las entradas.
A continuación, cruzamos la puerta principal del santuario, con los dioses Nio a ambos lados.
Y no sé cuándo cogen vacaciones los chinos.
¡Pero es que estaba lleno!! En cuestión de 2 minutos llegaba la marabunta y ahí no cabía un alfiler…
Y aquí una muestra de ello:
Justo a la izquierda, nos encontramos con los antiguos almacenes y con unas preciosas tallas de madera. Entre ellas una de las más famosas de Japón.
Hablamos de los famosos “Monos de la Sabiduria”.
No ven
No hablan
No oyen el mal
Sinceramente me decepcionaron un poco. Era una talla muy pequeña!!
Preciosa, sí, pero pequeña.
Al ser tan tan famosa, pues no sé porque, pensaba que seria algo mas grande…
Por otro lado, tenemos la talla de los elefantes sozonozo o elefantes imaginados, pues fueron tallados por un artista que nunca había visto un elefante en su vida en los almacenes de la entrada.
Alucinante. ¿Verdad?
Pues vamos a por más.
Al subir las escaleras pasamos por la puerta Yomeimon. Decorada con las esculturas de flores y aves más grandes de Japón.
Estuvimos un rato observando tanta maravilla tallada.
O al menos intentándolo, porque había una cantidad de gente horrorosa.
Era un constante ir y venir de autobuses llenos hasta la bandera.
Fuera de época alta esto tiene que ser una gran maravilla.
Seguimos con el recorrido hasta encontrarnos con la puerta Sakashitamon, famosa por tener en el marco una talla de madera del nemuri-neko o “gato dormido”.
¡Y continuamos!
Subimos unas escaleras, con grandes arboles a los lados, hasta llegar al mausoleo de Tokugawa Ieyasu, mucho mas austero que el santuario Toshogu, pero también precioso.
Y aquí vimos algo muy curioso. Hacia un calor bastante agobiante, y la humedad era bastante alta.
Pues bien. Por allí iba un chico cargadísimo como un mulo de cajas llenas de refrescos para reponer las maquinas que hay arriba en el mausoleo
. 
Hasta ahora no nos habíamos parado a pensarlo. Hay maquinas en los lugares que menos te imaginas. Sitios donde no llega ningún tipo de vehículo a motor o bicicleta porque, como en este caso, hay un montón de escaleras. Pues sí, existen los dioses de las bebidas refrescantes en cualquier lugar del mundo nipón. Ellos son los responsables de que cuando llegas arriba sudando la gota gorda y exhausto por el calor, puedas comprar una bebida refrescante.
A todos ellos. ARIGATO GOZAIMASU!!
Y tras este más que merecido GRACIAS, volvimos hacia atrás, al santuario Toshogu. Y yo creo que había mucha mas gente que media hora antes.
La verdad es que este santuario es precioso. Merece muchísimo la pena venir y verlo.
Nosotros lo recomendamos al 200%
.
Como habíamos entrado por un lateral, para salir lo hicimos por el gran torii de piedra construido en 1618 justo a la entrada del santuario.
Se acercaba la hora de comer, así que decidimos ir andando hasta Nikko donde en unos 10 minutos llegariamos al restaurante Hipparidaco, famoso por sus paredes llenas de Post-it
.Pero antes había que hacer una parada obligatoria.
EL PUENTE SHINKYO (puente de los dioses)
Cuenta la leyenda que el ermitaño que dio origen a Nikko atravesó el río a lomos de dos serpientes, representadas hoy en día por el puente.
En la época feudal, sólo el emperador tenía derecho a cruzar el puente que lleva a un parque de 16.000 cedros situado cerca de Toshogu.
Y ahora si que sí. Al restaurante Hipparidaco.
La curiosidad de este restaurante es que en cada mesa hay post-its y tu escribes un mensaje y lo pegas en la pared.
Hace unos años las paredes estaban repletas. Ahora hay unos tablones destinados a esto, y para mí, ha perdido parte de su encanto.
Aun así se come de miedo y nos hacía gracia dejar nuestra nota.
Después de este gran festín, estuvimos paseando por la calle principal que esta repleta de tiendecicas de artesanía, galleticas y souvenirs.
Y cuando las vimos todas y varias veces, decidimos ir hacia la estación de Nikko para volver a Tokio.
Siiii, ya se que no vimos todos los templos/santuarios. Pero ya tendríamos días para cansarnos viendo un montón en Kioto. No???
Además, queríamos disfrutar de nuestra ultima tarde en Tokio y aprovechar para enviar a las maletas y reservar un shinkansen que nos faltaba para el día siguiente ir a los Alpes japoneses.
Y menos mal que nos fuimos en ese preciso momento. Porque este maravilloso día, se convirtió en un auténtico caos.
En serio. A todo aquel que quiera emociones fuertes y que los planes nunca le salgan como lo previsto, le animo a que se venga de viaje con nosotros jajajaja.
Pues bien, nada mas llegar a la estación de Nikko bajo un calor horroroso, cayó la granizada del siglo. Yo creo que hubo una milésima de segundo entre entrar a la estación y que cayera la primera piedra helada.
Después vino el intentar entenderse con la chica para que nos cambiara el billete del tren a Utsunomiya y posterior shinkansen a Tokio.
Y menos mal que le ponen ganas, porque sino no hubiera sido posible.
Finalmente conseguimos entendernos, y cambiamos los horarios de los trenes de tal manera que a las 16:40h estaríamos en Tokio.
Pues aquí llega la segunda o tercera, no se cuantas van ya, odisea de nuestro deseado viaje.
Después de un rato de cola en la sucursal de JR de la estación de Ueno, era nuestro turno.
Le decimos a la chica que queríamos unos billetes para el día siguiente de Toyama a Takayama.
Y la chica nos dice: “It´s not posible”. Con cara de agobio.
Preguntamos porque y la chica nos decía una palabra que no teníamos ni idea de lo que significaba. Y lo que mas nos chocaba era que la cara de situación que nos ponía.
Después de intentar entendernos varias veces, sacó una tablet y con el traductor nos enseña la pantalla donde pone…
HURRICANE!!!
Comorrr??????
¿Un jodido huracán ahora???? No puede ser real. ¡Esto no podía estar pasando!!! Nos pide disculpas y se va un segundo. Si llega a haber un agujero sin fondo en esa estación en ese momento me hubiera tirado de cabeza.
Sigamos.
Vuelve la chiquita, y entre las miles de palabras que soltó entendí Noru.
Y le pregunté. Noru???
Y ella. Super contenta. Yeeeessss!!!
Me cago en la leche que casi le arreo. Que estaba al borde del colapso.
Quería decirnos que por el tifón Noru, no un huracán.
Igualmente eran malas noticias, pero al ser nuestro “querido tifón”, ese que nos dejó sin subir al Fuji, parece que escocia menos.
La cuestión es que, al día siguiente estaban cerradas todas las líneas ferroviarias de esa zona por el temporal.
La chica nos decía que la única opción era volver por la mañana y ver si había sido posible abrirlas, quedarnos en Tokio o intentar ir a otro sitio.
Pues ya os podéis imaginar mi mala leche y odio infinito hacia NORU.
(foto real del tifón Noru, que lamentablemente dejó 2 muertos a su paso por Japón)
Decidimos ir al apartamento a intentar solucionar en tiempo récord nuestras próximas 24 horas.
Lo primero era escribir al hotel de Takayama (J-Hoppers) y comentarles lo que pasaba.
A los que doy las gracias por contestar tan rápido, y por ayudarnos a solucionar el tema cancelaciones con la página de BOOKING.
Estábamos fuera de plazo “cancelación gratuita” y solo faltaba que por culpa del tifón tuviéramos que pagar noche de hotel aún no sabemos dónde y además la de los Alpes.
Pues ellos se encargaron de todo y sobre todo de que no nos penalizaran. Además de pedirnos mil disculpas por los acontecimientos (sin tener ellos la culpa de nada).
Pues una vez solucionado esto, tocaba buscar alojamiento para el día siguiente.
Nuestro itinerario después de los Alpes seguía en Kioto. Anteriormente habíamos preguntado a la chica de JR si para llegar a Kioto había algún problema, y nos dijo que de momento no. Pero que en estos casos podía cambiar en cuestión de unas horas.
A algún sitio tendríamos que ir. Así que pensamos que lo mejor era ir directamente a Kioto. Pues venga otra cosa hecha.
Ahora tocaba buscar hotel.
Pleno mes de agosto, semana del obon y Kioto jajajaja. No sabia si reír o llorar.
Después de muuucho rato buscando hotel, encontramos uno que, aunque más caro de lo que nos íbamos a gastar en Takayama, estaba muy bien situado y tenía buenas críticas.
El hotel SAKURA TERRACE.
Había que mirar la parte positiva (siempre). Lo que nos iba a costar enviar las maletas mientras veíamos los Alpes, compensaría la diferencia de precio entre los 2 hoteles.
Pues con un hotel anulado y otro reservado, y toda la pena del mundo, fuimos oootra vez a la estación de JR a reservar los billetes para ir a Kioto al día siguiente.
Y ya solo quedaba volver a cerrar nuestras maletas, cenar y cruzar los dedos para que Noru no diera más por saco y nos dejara llegar al día siguiente a Kioto.
¡Buenas noches Tokio y hasta siempre!
Estamos seguros de que nos volveremos a ver.
GASTOS DIARIOS:
Comida Nikko: 1.650 JPY
Entrada Rinno-ji: 800 JPY
Entrada Toshogu: 2.600 JPY
Bus Nikko: 20 JPY
Bebidas varias: 230 JPY
Compras varias 7/11 : 1.490 JPY
TOTAL: 6.790 JPY
*Devolución SUICA en estación JR: +1.000 JPY
TOTAL GASTOS: 5.790 JPY (42,90€)
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