
El día siguiente tampoco es que lo aprovecháramos al máximo precisamente, y es que probablemente no era la mejor época del año para visitar HK, era finales de junio/principio de julio y el calor y la humedad superaba con crecer a los días en Yangshuo. Nos sentíamos mal por no ir a ver todos los sitios que queríamos, pero decidimos tomárnoslo con calma para poder disfrutar de esos días sin demasiado sufrimiento.
Intentamos ir al Space Museum de Kowloon, pero estaba cerrado, después cruzamos al otro lado, a HK island, y visitamos el mejor parque que he visto en mi vida, el HK park, era precioso, había grandes estanques con tortugas, carpas, un jardín botánico precioso, y, para poner el broche final, un enorme aviario precioso donde vivían muchísimas especies de psitácidas y otras aves, es decir, era un sitio hecho para mi, ya que una de mis grandes pasiones son los loros, soy una enorme friki de los loros, y allí estaba yo, interaccionando y fotografiando y observando a loris, eclectus, cotorras alejandrinas, etc. La humedad del lugar era mortal, mi novio pronto se salió del recinto, pero yo me quedé allí embobada hasta que llegó la hora del cierre y la amable señora que trabajaba allí me echó.








Después, volvimos a Kowloon y cenamos, compramos souvenirs, y tomamos unas cuantas cervezas en los alrededores del mercado nocturno de Temple Street un lugar definitivamente muy recomendable que nos encantó, precios bajos, mucha variedad de comida y bebida, en terrazas en la calle en medio del caos de Kowloon y frente a un mercadillo donde puedes encontrar los mejores souvenirs de todo HK.
