Jueves, 6 de Agosto
Es un día soleado y hasta podemos decir que caluroso pues la temperatura al mediodía alcanzaba casi los 30 grados.
Con mi itinerario marcado en el mapa nos disponemos a visitar el centro de Ámsterdam. Nuestro punto de partida es la Munttoren, torre de la moneda y al lado el mercado de flores, son unos 20 puestos flotantes donde puedes comprar bulbos y semillas, así como flores cuando es la época. El mercado está abierto de 9h. a las 17h. de lunes a sábado.
Con mi itinerario marcado en el mapa nos disponemos a visitar el centro de Ámsterdam. Nuestro punto de partida es la Munttoren, torre de la moneda y al lado el mercado de flores, son unos 20 puestos flotantes donde puedes comprar bulbos y semillas, así como flores cuando es la época. El mercado está abierto de 9h. a las 17h. de lunes a sábado.




De allí nos dirigimos al Beginjhof, un beatario en pleno centro de la ciudad donde se respira calma y sosiego, se accede de forma gratuita por la calle Spui o o bien por el Arco de Gedempte Begijnensloot este último no lo supimos encontrar y el acceso por la calle Spui tuvimos que esperar a que alguien entrara pues nos hacia reparo, pues no indica nada y parece que te metas en casa de alguien. Una vez dentro encuentras un patio precioso, donde aún viven beatas, fueron mujeres que no se querían casar pero tampoco hacerse monjas y vivían en estas comunidades haciendo obras sociales y ayudando a los mas necesitados, también puedes entrar en su iglesia.

Proseguimos el camino hacia la plaza Dam, entramos por la parte de detrás a la plaza, desde esta podemos ver el monumento Nacional, iglesia Nueva (Nieuwe kerk), Museo de cera de Madame Tussauds y el Palacio Real, tras las fotos de rigor retomamos el camino.


Pasamos por el Magna, un centro comercial que tiene que aprender mucho de nuestro Corte Ingles, lo que mas llama la atención es el edificio en si, no imaginas que alberge una centro comercial. De aquí tomamos la calle Raadhuisstraat, pasando por el canal Singel hasta llegar a la iglesia del Oeste (Wester kerk) es la iglesia mas grande de Holanda y alberga la tumba de Rembrandt y su hijo.


Un poco mas arriba al doblar la esquina se encuentra la casa de Ana Frank, la cola se puede ver desde la iglesia, no entramos pero es muy recomendable comprar las entradas vistas la colas que habían. Sobre la historia de Ana Frank no voy a contar nada que ya no se sepa, nosotros por falta de tiempo no entramos.


Muy cerquita esta el barco museo para los que tengáis curiosidad de como es una casa flotante, aquí en Amsterdam y por el resto de país es una manera más de tener una casa aunque lo único que no me gusta de la casa-barco es que no están conectados a la red de alcantarillas por lo que os podéis imaginar donde va a parar todo....(al menos es lo que nos han contado)... no se como sobreviven los patos en estos canales, no me extraña que cada 3 días cambien toda el agua de los canales de Amsterdam.


De allí nos saltamos la visita de la Iglesia de San Nicolas, pues Rómulo tiene unas agujetas de caballo desde Paris (bajo la torre Eiffel andando y como no esta acostumbrado a tanto escalón pues pasa lo que pasa...) así que como va a medio gas nos vamos hacia la Iglesia Vieja (Oude Kerk) es una centenaria iglesia que se halla al ladito del archiconocido barrio Rojo.


Aquí nos costó un poquito dar con las vitrinas de las chicas de vida alegre, pero finalmente encontramos las callejuelas donde están, al ser por la mañana no están todas las chicas pero fue suficiente para hacernos una idea del ambiente, algo sórdido para mi gusto, pues las callejuelas (por decirles de algún modo) son muy estrechas y cutres, creo que se merecen unas calles mas amplias y reformadas, yo me esperaba la zona más presentable, la verdad. Creo que nos metimos en la peor zona, pues por los alrededores luego vimos otras vitrinas y el ambiente no era igual.
De aquí tomamos camino hacia De Waag y el Mercado Nuevo, pasando por calles mas amplias donde también podemos ver alguna que otra vitrina con señorita pero donde al menos la calle es calle.
Llegamos a De Waag, es lo que queda de la antigua muralla junto con las dos torres la Munttoren y la Schreierstoren que protegía la antigua Amsterdam y era una de las puertas de la ciudad, llamada Puerta de San Antonio. Ahora De Waag es un restaurante en su planta baja y no se puede visitar. De noche es muy bonito con la iluminación.
Aquí descansamos un poquito para que tomen un respiro nuestros pies y las agujetas de Rómulo. Damos una vuelta por el mercado, que es todo de antigüedades, discos de vinilo de Matusalén, ropa de segunda mano...
Ya se acerca la hora de comer y aún nos queda de la ruta la Montelbaanstoren, la torre de la Zuider kerk, casa museo de Rembrandt, Stopera y Magere Brug. Por lo que cambiamos los planes, pues queremos ir a la Heineken a primera hora de la tarde, asi que pasamos por la plaza Dam a ver si encontramos algún sitio de los recomendados, pero nos metemos por una calle llena de tiendas y al final se nos hace tarde por lo que decidimos bajar hasta la Rembrandtplein para comer, asi ya estamos a medio camino de la Heinenken, a esas horas hacia mucho, pero que mucho calor.
De aquí tomamos camino hacia De Waag y el Mercado Nuevo, pasando por calles mas amplias donde también podemos ver alguna que otra vitrina con señorita pero donde al menos la calle es calle.
Llegamos a De Waag, es lo que queda de la antigua muralla junto con las dos torres la Munttoren y la Schreierstoren que protegía la antigua Amsterdam y era una de las puertas de la ciudad, llamada Puerta de San Antonio. Ahora De Waag es un restaurante en su planta baja y no se puede visitar. De noche es muy bonito con la iluminación.
Aquí descansamos un poquito para que tomen un respiro nuestros pies y las agujetas de Rómulo. Damos una vuelta por el mercado, que es todo de antigüedades, discos de vinilo de Matusalén, ropa de segunda mano...
Ya se acerca la hora de comer y aún nos queda de la ruta la Montelbaanstoren, la torre de la Zuider kerk, casa museo de Rembrandt, Stopera y Magere Brug. Por lo que cambiamos los planes, pues queremos ir a la Heineken a primera hora de la tarde, asi que pasamos por la plaza Dam a ver si encontramos algún sitio de los recomendados, pero nos metemos por una calle llena de tiendas y al final se nos hace tarde por lo que decidimos bajar hasta la Rembrandtplein para comer, asi ya estamos a medio camino de la Heinenken, a esas horas hacia mucho, pero que mucho calor.



Llegamos a la Heinenken y sin apenas cola entramos, la entrada cuesta 15€ para todos, no hay descuentos. Nos dan la pulsera con las dos fichas de color verde, parecen las fichas del parchis y a dentro.


Yo no me esperaba gran cosa la verdad, ya habíamos estado en el museo de la Stgel de Salzburgo y pensaba que sería más de los mismo, pero debo reconocer que se lo tienen muy bien montado y resulta muy ameno.
Este no es el típico museo de la cerveza que tan solo explican desde que se siembra la cebada hasta que sale embotellada, aparte que de esto nadie se libra, también te ponen un video de estos de realidad virtual, de como siente un botellín, luego pasas por las campañas publicitarias que tienen hechas y sobre el patrocinio de la Champions.
Te dan a probar la cerveza con el típico vaso y te dan una explicación de porque tiene que ser el vaso así, nosotros no nos enteramos mucho, pero bueno la cerveza estaba fresquita...jejeje.
Hacia la mitad del camino por 5€ puedes hacerte un botellin de cerveza personalizado con la frase que quieras, nosotros nos llevamos uno con nuestro nombre y la fecha, es un recuerdo diferente para llevar.
Este no es el típico museo de la cerveza que tan solo explican desde que se siembra la cebada hasta que sale embotellada, aparte que de esto nadie se libra, también te ponen un video de estos de realidad virtual, de como siente un botellín, luego pasas por las campañas publicitarias que tienen hechas y sobre el patrocinio de la Champions.
Te dan a probar la cerveza con el típico vaso y te dan una explicación de porque tiene que ser el vaso así, nosotros no nos enteramos mucho, pero bueno la cerveza estaba fresquita...jejeje.
Hacia la mitad del camino por 5€ puedes hacerte un botellin de cerveza personalizado con la frase que quieras, nosotros nos llevamos uno con nuestro nombre y la fecha, es un recuerdo diferente para llevar.


Ah !! y lo mas divertido para mí, una gran sala donde puedes hacer un video cantando y lógicamente haciendo publicidad de la Heinenken y mandártelo a ti mismo o a los amigos por email, también puedes mandar fotos.... nos reímos un montón pues todo el mundo haciendo el indio, cantando en el video, en fin muy divertido.
Al final del recorrido llegas a la zona del bar, donde a cambio de las fichas te ofrecen las dos cervezas, quien no quieran cervezas tienen refrescos. Luego pasas por su tienda y listo, la verdad que se nos paso allí la tarde, fue muy entretenido, ellos dicen que son unos 90 minutos la visita, pero os aseguro que es mas, pues en la zona de bar puedes estarte el tiempo que quieras.
Al final del recorrido llegas a la zona del bar, donde a cambio de las fichas te ofrecen las dos cervezas, quien no quieran cervezas tienen refrescos. Luego pasas por su tienda y listo, la verdad que se nos paso allí la tarde, fue muy entretenido, ellos dicen que son unos 90 minutos la visita, pero os aseguro que es mas, pues en la zona de bar puedes estarte el tiempo que quieras.


Cuando salimos pasamos por el hotel a dejar los botellines y nos fuimos a coger el barco, pero como había que cogerlo en la estación central y las piernas de Rómulo no daban para mucho y las mías tampoco decidimos subir en el tranvía y por tanto comprar una Strippenkaart de 15 viajes mas uno suelto para ir y volver al hotel.
Me explico, pues es una tarjeta un poco liante, Amsterdam esta divida por zonas, por lo que para saber cuantas veces picar tienes que saber por cuantas zonas pasas, en mi caso no salía de la zona centro por lo que tenia que picar 1 viaje por solo estar en una zona + otro de regalo (no sé por que) total que para ir tenia que marcar 2 viajes y para volver 2 más, eso hacen 4 viajes y como éramos 4 necesitábamos 16 viajes en total. Así que muy simpáticamente el chico del super (las tarjetas se venden en kioscos, supers y el metro) nos hizo saber, aunque yo ya lo sabia, que teníamos que comprar la tarjeta de 15 viajes (las hay de 45 viajes) y comprar un billete suelto en el mismo tranvía, el billete sencillo vale 2,60€ carísimo, es recomendable comprar la tarjeta o el bono. Además es curiosa la tarjeta pues la tienes que ir doblando para picar en el sitio correcto.
Llegamos a la estación central y nos fuimos hacia la parada de Canal Cruise, dura casi una hora, pero recorre todo Amsterdam. Vimos además desde el barco la parte que no hicimos de mi itinerario a pie de aquella mañana.
Me explico, pues es una tarjeta un poco liante, Amsterdam esta divida por zonas, por lo que para saber cuantas veces picar tienes que saber por cuantas zonas pasas, en mi caso no salía de la zona centro por lo que tenia que picar 1 viaje por solo estar en una zona + otro de regalo (no sé por que) total que para ir tenia que marcar 2 viajes y para volver 2 más, eso hacen 4 viajes y como éramos 4 necesitábamos 16 viajes en total. Así que muy simpáticamente el chico del super (las tarjetas se venden en kioscos, supers y el metro) nos hizo saber, aunque yo ya lo sabia, que teníamos que comprar la tarjeta de 15 viajes (las hay de 45 viajes) y comprar un billete suelto en el mismo tranvía, el billete sencillo vale 2,60€ carísimo, es recomendable comprar la tarjeta o el bono. Además es curiosa la tarjeta pues la tienes que ir doblando para picar en el sitio correcto.
Llegamos a la estación central y nos fuimos hacia la parada de Canal Cruise, dura casi una hora, pero recorre todo Amsterdam. Vimos además desde el barco la parte que no hicimos de mi itinerario a pie de aquella mañana.


Sale por la parte del puerto y baja por el Nemo, museo de ciencias, para entrar ya por los canales propiamente dichos, nos dieron las explicaciones en castellano, pues éramos varios hispano parlantes, la verdad que muy bien, recomendable 100x100, se nos hizo casi de noche y pudimos hacer la famosa foto de los 7 puentes.

Así como fotografiar el puente de Magere brug, que tiene una curiosa historia, se construyó en el 1670 ante las innumerables protestas de hacían 2 hermanas que vivían cada una en un lado del canal Amstel.

Después del crucero bajamos por la Damrak para cenar algo y hacer las últimas fotos de la plza. Dam iluminada, pero no nos salieron bien. De allí ya cogimos el tranvía que nos llevaría al hotel, pues al día siguiente ya dejábamos Amsterdam y nos esperaba otro día intenso visitando varios pueblos de la provincia de Noord Holland.