Etapas 3 15 de Julio Nairobi – Masai Mara ✏️ Diarios de Viajes de Kenia

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Madrugamos, ya que habíamos quedado para salir a las 7:30 de la mañana, desayunamos en el hotel, un bufet que no está mal y bajamos equipaje.
A la hora convenida estaba Magdalen, con el conductor Juan (John) hablaba un poco de Español con la furgoneta que haríamos el Safari, una Toyota un poco vieja pero pinta de dura. Magdalene nos presentó a sus hijos, uno muy pequeño y simpático y muy vivaracho, el otro más mayorcito y mu formal. Cargamos el coche y salimos en dirección Masai Mara, parando para hacer unas fotos en un mirador sobre el valle del Rift.
Para llegar a Masai Mara hay una carretera llena de baches, sin asfaltar, Juan le llamaba “Carretera Masaje Gratis” donde se veía bastante ganado y muchos niños pastores.
Llegamos a la entrada del parque se bajó el conductor a comprar las entradas y cuando íbamos a arrancar la furgoneta llevaba pinchada la rueda delantera, le llevó un rato, porque el gato del coche era una porquería, allí los Masais que estuvieron dándonos conversación, al final le prestaron un gato como Dios manda, cuando la cambió, la de repuesto no tenía aire casi, se tuvo que ir a hincharla.
Llegamos con un poco de retraso sobre las 3 al hotel, en el cual a pesar de la hora nos dieron de comer sin ninguna pega, la comida regular, el hotel bastante bueno.
Las maletas llegaron impregnadas de polvo, lo cual nos dio rabia porque llevábamos sacos de plástico para protegerlas, las limpiamos un poco nos echamos un rato y a las 16:30 salíamos para nuestro Safari de casi 3 horas de duración, en el que vimos mangostas rayadas, ñus, cebras, impalas, jirafas, búfalos, hipopótamos en el río, cocodrilos, después nos encontramos una familia de elefantes que tenían una cría, lo cual hizo que al vernos la madre se viniese barritando y con las orejas abiertas hacia nuestro coche, por lo que el conductor rápidamente puso la marcha atrás y al separarnos la elefanta se paró y volvió con sus crías y aprovechamos para pasar deprisa, al pasar hasta la cría chiquitilla de elefante con orejas abiertas se volvía hacia nosotros barritando como un energúmeno.
Seguimos nuestro safari y ya anocheciendo avisaron al guía que al lado había 5 leonas, eran las primeras que veíamos justo al lado del coche tan cerca que preguntamos Juan si debíamos cerrar techo, nos dijo que no hay peligro y aunque un poco acongojadillos las observamos como pasaban junto a nosotros y a otro coche que estaba allí.
Volvimos al hotel, ya digo que era muy bueno, aunque demasiado caro, un Tent Camp “de lujo” pero que al ser ecológico de noche se corta la luz y agua caliente solo hay creo que de 5 de la tarde a 11 de la noche, realmente es más que suficiente, ellos saben el horario que está la gente en las habitaciones.
Nos acostamos pronto, pues estábamos muy cansados y al día siguiente habíamos quedado para un safari de todo el día a las 7 de la mañana.

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