Otro día más en la oficina.
Poco a poco voy durmiendo algo más, cosa que agradezco.
Lo que no agradezco, para nada, es el calor que hace. La sensación de humedad es asfixiante en según que momentos, y uno no para de sudar. Voy cargado con lo esencial: toalla, agua, crema... pero de verdad, el calor en Japón, sobre todo en Agosto, es de locura.
En este viaje he andado mucho, una media de 20km al día, y la verdad que ni en la sombra se cobija uno. Había que ir buscando los escaparates de las tiendas, entrando en los centros comerciales... allí donde hubiera aire acondicionado para poder resguardarte un poco.
No estaba seguro de poner este día, porque varía mucho de la planificación inicial a lo que al final fue. En un principio iba a ser así:
Y en parte por recomendación de mi compañero César, que me dijo que el museo Mori Art era muy chulo.
Al final, por una cosa u otra, sólo fui a comer y al santuario Hie Jinja, ya que por la tarde noche quedé con los compañeros de la oficina de Japón y nos fuimos a cenar a casa de uno de ellos.
Aún y así, considero que poner fotos y algún detalle del santuario Hie Jinja es mi obligación, ya que el santuario llegó a obtener la categoría de Kanpei Taisha, primero en el ranking de los santuarios imperiales.
Al acabar la visita, mi intención era ir a comer a un Teppanyaki que me habían recomendado y del que había leído buenas opiniones.
Teppanyaki Dante
Al final llegué tarde, ya que la cocina cerraba a las 13.30... a las 13.30!! Y llegué a las 14.00. Y eso que Google decía que cerraba más tarde... pero bueno, me armé de paciencia y me puse a buscar dónde comer.
Al final, en la esquina siguiente, encontré un sitio donde poder comer.
Un sitio bastante curioso, donde para comer te dan un delantal y comes de pie, no hay sillas. Al principio fue un rollo, pero luego te haces a la idea y, si encima la comida estaba buena, que era el caso, se lleva bien.
De vuelta al hotel, una ducha rápida y camino a casa de mi compañero.