Excursión a Brujas ✏️ Diarios de Viajes de Holanda

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Cómo ir de Ámsterdam a Brujas en tren

No hay trenes directos, así que hay que hacer como mínimo una escala: en Amberes (Antwerpen) o en Bruselas (Bruxelles). Y desde aquí, en ocasiones hay que hacer un trasbordo extra en Gent.

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Hay dos posibilidades de tren: los Thalys (alta velocidad) son más caros que los IC (Intercity). Los de cercanías (Sprinter) son los más lentos y solo se pillan si vamos por Schiphol Airport. ¡Atención! Los Thalys hay que comprarlos por internet y con la mayor anticipación posible para que salgan a un precio razonable. Según se va acercando la fecha van subiendo de precio y pueden ser excesivamente caros.

Trenes a la ida

Opciones de horarios
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7:20 Amsterdam Central Thalys Brussel-Zuid/Midi 3 paradas
8:31 Antwerpen-Centraal
8:37 Antwerpen-Centraal IC 708 Lille Flandres (f) - Andén 1 3 paradas
9:33 Gent-Sint Pieters
9:38 Gent-Sint Pieters IC 530 Oostende Andén 11 Sin paradas
10.00 Brugge
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7:48 Amsterdam Central Int. Tren 9171 Brussel-Zuid/Midi Andén 15 2 paradas
9.38 Bruxelles-Mid
9.51 Bruxelles-Mid IC 1531 Blankenberge Andén 16 3 paradas
10.49 Brugge
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Trenes a la vuelta

17:58 Brugge IC 517 Eupen Andén 9 Sin paradas
18:20 Gent-Sint-Pieters
18:27 Gent-Sint-Pieters IC 739 Antwerpen-Centraal 5 paradas
19:30 Antwerpen-Centraal
19:28 Antwerpen-Centraal Thalys Amsterdam Central 2 paradas
20:40 Amsterdam Central
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19:06 Brugge ICT 6758 Antwerpen-Centraal / Andén 5 7 paradas
20:34 Antwerpen-Centraal
20:45 Antwerpen-Centraal IC 9267 Amsterdam CS Andén 22 5 paradas
22:37 Amsterdam Central
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Un poco de Brujas

Brujas es la capital de la provincia de Flandes Occidental. Situada en el extremo noroeste de Bélgica a 90 kilómetros de la capital Bruselas, cuenta en su núcleo urbano con una población de 117.000 habitantes. Su nombre proviene del germánico occidental "Bryggia" ("puentes", "muelles", "atracaderos"). Es interesante destacar que, en el neerlandés, «brug» significa «puente», y que esta ciudad ostenta como nombre el plural de esta palabra, debido a la gran cantidad de puentes que en ella existen.

El mayor atractivo de Brujas es su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000. Aunque en gran parte ha sido reconstruido, dicho centro urbano es uno de los más grandes atractivos europeos, ya que mantiene intactas las estructuras arquitectónicas medievales. Al igual que Ámsterdam, Gotemburgo y Hamburgo, entre otras, Brujas es conocida como «la Venecia del norte», debido a la gran cantidad de canales que atraviesan la ciudad y a la belleza de los mismos.

Brujas ha sido ciudad desde el siglo XI. Hacia el 1050, la constante sedimentación fue cerrando la importante salida de la ciudad al mar. Por suerte, una tormenta en 1134 creó un canal natural de salida. Este hecho y la importante y emergente industria de la lana hicieron que la ciudad creciese enormemente, construyéndose sus murallas bajo el patronazgo de los Condes de Flandes. La entrada de la ciudad en la Liga Hanseática, una federación de comercio de ciudades de Alemania, de Escandinavia y de los Países Bajos, sólo trajo más beneficio a una ciudad que se convirtió en una de las más ricas de Europa.


Qué ver en Brujas


El recorrido propuesto


Torre del campanario

La Torre del Campanario, también llamada Belfort o Torre de Belfry, es todo un símbolo de Brujas y un extraordinario mirador desde el que contemplar las mejores vistas de toda la ciudad y alrededores. La esbelta torre se alza en la Plaza del Mercado (Halle Platz), corazón de Brujas, con una altura de 83 metros definiendo la silueta de la encantadora ciudad. Se trata de una construcción medieval con evidente finalidad de vigilancia, también utilizada para avisar a los ciudadanos de posibles peligros. Se dice que en esta soberbia atalaya se guardaron durante siglos los archivos de la ciudad e incluso los valiosos documentos que recogían los privilegios y funciones de los distintos gremios, tan poderosos en toda Bélgica.

Del magnífico edificio, la torre octogonal, que no estuvo terminada hasta el siglo XV, destaca sobre el conjunto, con su emblemático reloj y su imponente carillón de 47 campanas que continúan marcando el ritmo de la ciudad. Para llegar a lo más alto tendrás que subir los 366 escalones de la escalera de caracol que asciende por el interior de la torre permitiendo descubrir algunos de sus secretos, entre ellos, el curioso mecanismo del reloj y del carillón. La panorámica desde arriba compensa el esfuerzo y no se olvida fácilmente.

Horario: de 9:30 a 17 Precio: 8 euros

Iglesia de Nuestra Señora

Es uno de los monumentos más importantes y visitados en Brujas. Fue reconstruída en el siglo XII con estilo romance y nuevamente en el siglo XIII, esta vez como iglesia gótica con una torre hecha en ladrillo que destaca por sus 122 metros de altura. La construcción final acabó un siglo después (siglo XIV). Contiene en su interior un rico patrimonio artístico pudiendo encontrar obras de Gerard David o de Pieter Paurbus y destacando entre todas “la madonna con hijo”, en mármol blanco, del genial Miguel Angel. La mayor parte de ellas datan del siglo XVI. Además, podemos observar los mausoleos de María de Borgoña y Carlos el Temerario.

Horario: de 9:30 a 12:30 y de 13:30 a 16 Gratis (Museo: 2,50 euros)

Basílica de la Sagrada Sangre

En el centro histórico de Brujas son muchos los edificios que llamarán tu atención con su particular estilo arquitectónico, pero, sin duda, uno que no te pasará desapercibido es este pequeño templo que se encuentra en un extremo de la bonita Plaza Burg. La fachada de la Basílica de la Sagrada Sangre (Heiling Bloed) es un espléndido ejemplo de gótico tardío con indicios renacentista. Los arcos góticos, las ventanas lobuladas, los blasones y las características esculturas doradas hacen que resulte de gran belleza.

Su planta baja es la más antigua, románica del silgo XII. Es la llamada capilla de San Basilio y de su interior destaca el tímpano que separa la nave central de las laterales en el que pueden apreciarse delicados relieves que representan escenas de la vida del santo. El piso superior es propiamente la Capilla de la Sagrada Sangre donde se encuentra la valiosa reliquia de gran veneración en Brujas. La pequeña capilla es una preciosidad con las coloridas vidrieras que inundan de una luz muy especial el interior. En el altar mayor se guarda la impresionante custodia que conserva el tabernáculo (un exquisito tarro de cristal de roca) en el que según la fe católica y la tradición, José de Arimetea conservó en paño con la sangre de Cristo. Se cree que llegó a Brujas procedente de la antigua Jerusalén durante la segunda cruzada.La reliquia se expone al público los viernes por la tarde y en la primera semana de mayo sale en procesión por las calles de la ciudad en uno de los acontecimientos religiosos de mayor tradición en Brujas.

Horario: de 9:20 a 12 y de 14 a 17 horas Gratis (Museo, 2 euros)

Molinos de Kruisvest

La bonita estampa que crea la silueta de los molinos, tan característica de Bélgica y Países Bajos, tampoco falta en Brujas, aunque no sea una de las imágenes más típicas de la ciudad medieval. Los molinos de Kruisvest se encuentran en la zona norte, sobre las verdes praderas cercanas a la Kruispoort (Puerta de la Santa Cruz). La puerta formaba parte de las antiguas murallas de la ciudad y fue reconstruida en varias ocasiones. La actual es del 1400 y destaca en ella las dos sólidas torres circulares que vigilaban la entrada a la ciudad fortificada.

Desde la puerta se extiende el parque de Kruisvest, con su paisaje tranquilo, alejado de la Brujas más turística, perfecto para un paseo relajado, para montar en bicicleta o tumbarte en la irresistible hierba que parece una alfombra. En este entorno, se alzan los cuatro pintorescos molinos con sus enormes y desafiantes aspas en movimiento. El más interesante es el de Sint Janshuis. Es del siglo XVIII y está en su lugar original. Otros, como el vecino molino de Koelewei, se encontraban en distintos puntos de la ciudad y fueron trasladados en 1996 a este lugar, creando así el bonito parque que hoy puede visitarse.

Están en excelente estado de conservación y resultan altos, imponentes y encantadores. Crean un paisaje en el que dan ganas de quedarse un buen rato disfrutando del entorno, tan típico de Flandes. El molino de Sint Janshuis continúa en funcionamiento y puede visitarse. Es curioso descubrir su mecanismo y subir por la estrecha y empinada escalera que lleva hasta lo más alto. Las viejas tablas de madera, el olor del trigo molido y los pequeños detalles que llenan su interior hacen que la visita sea especial, diferente y muy agradable.

Horario: 9:30-12:30 y 13:30-17.00 Precio: 2 euros


Catedral de San Salvador

La Catedral de San Salvador es la iglesia más antigua de Brujas y su magnífico campanario forma junto al Belfort y la torre de la Iglesia de Nuestra Señora el skyline de la ciudad. Tiene su origen en una primera capilla románica del siglo IX, aunque la edificación que ha llegado hasta nuestros días se construyó entre los siglos XII y XV. De su fachada lo más destacable es la torre campanario, una “mole” cuadrada, rematada con gracia por cuatro pequeñas torretas que le aportan gracia y esbeltez.

Su interior solemne y magnífico, como catedral que es, resulta de visita “obligada”. En un recorrido detallado son varios los puntos de máximo interés, ya que, son muchas las obras de arte aquí conservadas. En primer lugar destaca el magnífico baptisterio que ocupa lo que fuera la capilla de San Jacobo, donde podrás ver murales de los siglos del XIII al XVIII. Pero, sin duda, lo más llamativo es la nave central con la extraordinaria sillería del coro, una exquisito trabajo de talla en madera, sobre el que se encuentra una valiosa colección de tapices que sirve de decoración “de lujo” para esta nave central.

La colección pictórica que luce en los muros (y en el museo catedralicio) de esta iglesia es sin duda uno de sus tesoros. Aquí podrás ver obras de los artistas llamados primitivos flamencos , con especial protagonismo de cuadros y tapices de Dirk Bouts y Hugo Van der Goes.
Fíjate además en las tumbas medievales y lápidas que verás en las capillas laterales de la catedral y también en el magnífico órgano del siglo XVIII que forma parte de su espléndido interior.

Horario: 10-13 y 14-15.30 Gratis


Ayuntamiento de Brujas

Es uno de los edificios más bonitos que encontrarás durante tu recorrido por el casco histórico. Se encuentra en la Plaza Burg y su espléndida fachada gótica conseguirá que alces la vista unos minutos para disfrutar de toda su belleza. El gótico flamígero en todo su esplendor te recordará a los palacios venecianos con sus altas ventanas, sus escudos y blasones policromados y las distintas esculturas decorativas que contribuyen a darle absoluta relevancia al edificio construido en el siglo XIV. Destacan también las tres torretas octogonales que son seña de identidad de este ayuntamiento, uno de los más antiguos de Flandes.

Sede del gobierno de la ciudad desde hace más de seiscientos años, el interior tampoco deja indiferente y refleja el poder y la riqueza de la Brujas medieval. Destaca la sala de plenos, con su magnífico techo en madera y la maravillosa sala gótica con su bóveda decorada con extraordinarios murales de 1900, que representan escenas del desarrollo de la ciudad. La sala está llena de detalles decorativos que son auténticas obras de arte: valiosos tapices, delicadas porcelanas, paneles tallados en madera… observarla con atención supone descubrir parte de la historia de la propia ciudad. En otra de las salas también podrás ver una interesante exposición
con objetos y documentos relativos especialmente al comercio en Brujas durante siglos. En el planta baja, es recomendable visitar el espacio multimedia dedicado a ilustrar la evolución de la plaza del Burg.

Horario: 9.30-17 Precio: 2 euros


Beaterio

Es uno de esos rincones maravillosos que esconde la ciudad de Brujas. Se conoce como Beaterio Ten Wijngaarde a las antiguas viviendas donde habitaron desde el siglo XII al XIV las beguinas, una congregación que no era exactamente una orden religiosa, sino mujeres dedicadas a la oración y a distintos trabajos como cuidar enfermos o atender a los más necesitados. En todo Flandes hubo en esta época numerosas comunidades de este tipo. Las beatas aquí congregadas no hacían voto de pobreza (se ganaban la vida con su trabajo) y algunas sólo estaban un periodo de tiempo y luego volvían a su vida cotidiana. Ya en el siglo XV y XVI, con los distintos movimientos religiosos (Reforma y Contrarreforma) acabaron por desaparecer, y los beaterios fueron ocupados en su mayoría por monjas de distintas órdenes.


Lago del amor

El lago no es muy grande pero resulta sencillamente precioso, rodeado de verdes prados, lánguidos sauces y altivos cisnes que parecen puestos como adorno perfecto de una postal idílica. Es un lugar tranquilo, para dar un agradable paseo o sentarte en uno de los bancos que encontrarás en sus orillas. Imprescindible, también, cruzar con tu pareja el romántico puente para, según la tradición, garantizaros amor eterno.

Sobre el lago hay varias leyendas. La más romántica cuenta que la joven doncella Minna huyó de su padre que quería casarla con un noble de alta posición para reunirse con su verdadero amor, el joven Stromberg quien, tras buscarla desesperadamente, la encontró muerta en el lago y decidió enterrarla en el mismo separando las propias aguas (triste pero romántico). También se dice que la presencia de los cisnes se debe a que, allá por el siglo XV, el pueblo de Brujas asesinó a su tiránico gobernador Pierre Lanchals (cuyo apellido curiosamente significa en flamenco “cuello largo”), por eso, Maximiliano de Austria “condenó” a la ciudad a mantener y cuidar en sus canales y en el lago a estos animales como recuerdo al “cuello largo” asesinado.

Leyendas aparte, es un lugar “sacado de un cuento” y caminar por las orillas y senderos que recorren el lago es algo que no debes dejar de hacer. Junto a él se extiende el Minne park en cuyo interior se encuentra el Beaterio, las antiguas casas de la comunidad de las beguinas, una visita perfecta para completar un paseo inolvidable.


Iglesia de Santa Ana

La Iglesia de Santa Ana se encuentra en la plaza Sint Annaplein, centro neurálgico del barrio de Santa Anta, y es una de las iglesias más bellas de Brujas. Está algo retirada del área más turística, pero si dispones de tiempo, esta zona merece una visita, ya que, se trata de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad. Entre pequeñas casas de paredes blancas y tejados rojos, se alza la iglesia con su característica fachada y su esbelta torre campanario de afilado chapitel oscuro. Santa Ana y la plaza están muy cerca de uno de los encantadores canales de Brujas, por lo que el entorno contribuye a resaltar su belleza. Éste es un barrio donde la tradición de la elaboración de los encajes de Bruselas se mantiene muy viva ( el Centro de Encaje, que también puedes visitar, se encuentra en la cercana calle Peperstraat) y no es extraño ver a mujeres en las puertas de las casas realizando esta exquisita labor artesanal.

La primera impresión del interior resulta sorprendente por su riqueza barroca. Destaca la presencia de mármol en la mayoría de las paredes que forman la nave central, en la que también hay que reasaltar la elegante tribuna superior. La sillería del coro es una obra de arte, con las maderas nobles trabajadas con absoluto detalle y delicadeza. Fíjate, además, en los curiosos confesionarios encastrados y en las magníficas pinturas de Jan Garemijn.


Casa del Pelícano

Se llama así porque en su fachada, en lo alto de un lucernario, puede verse un emblema en piedra labrada que representa la figura de un pelícano. Esta curiosa casa forma parte de uno de los múltiples bellos rincones que descubrirás, casi constantemente, en tu recorrido por la ciudad. A partir del siglo XV, en Brujas fue habitual la construcción de las conocidas como Casas de Dios, viviendas destinadas a atender a enfermos y personas mayores, que eran promovidas por algunos de los más poderosos y ricos gremios. La Casa del Pelícano es una de estas casas, aunque de época posterior y, seguramente, el emblemático pelícano tenga algo que ver con algún gremio concreto.

El pintoresco edificio está en la zona conocida como Groeni Rei (orilla verde), un área en parte peatonal, que incluye la transitada calle Steenhouwerdijk, que transcurre paralela al canal Groeni Rei, uno de los más importantes de la ciudad y que lleva a su vez, hasta otro de los canales imprescindibles, el Dijver. No puedes dejar de “saludar” al pelícano no solo por el encanto de esta casa y de las que la rodean, sino por el maravilloso entorno en el que se encuentra. Podrás verla (solo por fuera) dando un paseo por la animada calle o desde el propio canal que, en su extremo sur ofrece algunas hermosas postales con los puentes de Meebrug y Peerdenbrug como perfectos “decorados medievales”.

Palacio de Justicia

Es uno de los llamativos edificios que dan su particular encanto a la Plaza Burg. En el número 11 se encuentra este coqueto palacio del siglo XVIII donde estuvo la sede del Tribunal de Justicia hasta bien entrado el siglo XX. Actualmente es un museo, el Brugse Vrije, y en su interior guarda los archivos históricos de la ciudad. Por fuera, destaca del conjunto de la plaza por su fachada neogótica blanca, con sus ventanas rojas y decorada con numerosos detalles y esculturas doradas que consiguen que no pase desapercibido. Parte del edificio está, además, sobre un pequeño callejón que comunica con la plaza Markt, formando una bonita arcada.

Dentro, el palacio conserva el aire sobrio y solemne de un lugar dedicado durante siglos a impartir justicia. Podrás ver la antigua sala del tribunal y la llamada sala renacentista, donde seguro, te asombrarás con la monumental chimenea que preside la estancia. Es una verdadera obra de arte renacentista realizada en mármol, alabastro y esculturas en madera. Puedes aprovechar la visita al ayuntamiento para acercarte también a este museo (la misma entrada es válida para acceder a estos dos bellos edificios).

Horario: 9:30-12:30 y 13:30-17 Precio: 2 euros


Mercado cubierto Le Halle

Su estructura es sencilla. Es un edificio rectangular con un gran patio interior al que dan las cuatro estrechas naves que lo forman. Retrocediendo en el tiempo, es fácil imaginar la animación de las transacciones comerciales que aquí tenían lugar centradas especialmente en los ricos “paños” y lanas de Flandes en general y de Brujas en particular. Del exterior del mercado, en la fachada que da a la plaza, hay que destacar la balconada desde la que se daban los avisos importantes a la población congregada en la plaza tras acudir al sonido de las campanas de la gran torre Belfort. Como complemento al mercado y frente a él, alrededor de la Grote Markt podrás ver las antiguas casas gremiales con su inconfundible estilo gótico flamenco.

Además de admirar la construcción, por dentro, en el segundo piso del Halle tienes un pequeño museo con la historia y la evolución del propio edificio y sobre las múltiples modificaciones que ha experimentado a lo largo de los siglos. Desde hace unos años, en la zona central del mercado (bajo el campanario) se encuentra la Dalí Expo Gallery. Una sorprendente exposición que reúne numerosos dibujos, pinturas y esculturas del genial Salvador Dalí (el contraste con el entorno medieval del mercado y la torre resulta de lo más llamativo). El museo recrea, además, el mundo onírico y la faceta más surrealista del pintor.

Horario museo: de 10 a 18 Precio: 10 euros


Track de la ruta propuesta

www.wikiloc.com/ ...s-28813777

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