Tras el desayuno, otro de los bufets buenísimos y variados, con rico aceite, buenos ahumados y fruta variada y abundante, recogimos las maletas y con otro magnífico día soleado nos dirigimos a dar la vuelta al lago, la circunvalación son 36 km. Pequeña parada en Reykjahid, la población más importante, que es bien pequeña, para ver la iglesia, comprar en el supermercado, y echar gasolina. El volcán Hverfellal, al que no subimos, parecía vigilarnos.
Nos dirigimos a dar un paseo por los senderos de los castillos negros de Dimmuborgir, un enorme campo de lava con extrañas y sugerentes formaciones, donde en una de las cuevas a las que subimos nos encontramos 2 ovejas tan ricamente descansando que ni se inmutaron. Aquí sí que nos dimos cuenta que las nubes de moscas enanas son terribles y que tendríamos que haber comprado en el supermercado junto a la gasolinera la red que llevaban otros viajeros, pero pensamos que no iba a ser para tanto, pero sí que lo es, así que nos cubrimos como pudimos. . Aquí es donde la leyenda dice que viven los 13 Yule Lads, "Papas Noël de Islandia", www.viajarporislandia.com/ ...yule-lads/, y donde se encargan de recibir a quienes vienen a visitarlos, pero nosotros no nos lo encontramos, y no se si me hubiera gustado. Muy recomendable hacer varios de los senderos y sobre todo cuando el tiempo está soleado.
[align=center]Castillos negros de Dimmuborgir
Nos dirigimos a dar un paseo por los senderos de los castillos negros de Dimmuborgir, un enorme campo de lava con extrañas y sugerentes formaciones, donde en una de las cuevas a las que subimos nos encontramos 2 ovejas tan ricamente descansando que ni se inmutaron. Aquí sí que nos dimos cuenta que las nubes de moscas enanas son terribles y que tendríamos que haber comprado en el supermercado junto a la gasolinera la red que llevaban otros viajeros, pero pensamos que no iba a ser para tanto, pero sí que lo es, así que nos cubrimos como pudimos. . Aquí es donde la leyenda dice que viven los 13 Yule Lads, "Papas Noël de Islandia", www.viajarporislandia.com/ ...yule-lads/, y donde se encargan de recibir a quienes vienen a visitarlos, pero nosotros no nos lo encontramos, y no se si me hubiera gustado. Muy recomendable hacer varios de los senderos y sobre todo cuando el tiempo está soleado.
[align=center]Castillos negros de Dimmuborgir
La siguiente parada fue en el encantador bosque de Hofdi, plantas y árboles con senderos internos y con vistas y miradores hacia el lago de color azul, los diversos tipos de patos, el cantos de pájaros, los pilares de lava y el verdor nos tenían encantados. Te das cuenta que con estos paisajes es fácil creer en elfos, enanos y criaturas mágicas. Merece la pena dedicarle tiempo para hacer los senderos, descansar frente al lago observando su fauna y disfrutar con esta especial y tan gratificante naturaleza.
Al sur aún nos quedaba la visita a los pseudocrateres de Skutustadagigar, que como lo anterior nos mereció mucho la pena, aunque en este lugar las mosquitas nos rodeaban de forma angustiosa. Con el gorro del anorak, un foulard cubriendo la boca y la nariz y las gafas bien ajustadas intentamos que no se nos colaran por la nariz, oidos, ojos y boca. Realmente molestas pero no nos impidieron hacer el recorrido que queríamos en esta zona de Myvatn. Como ya es habitual, al irnos lamentamos no haber podido quedarnos un día más en este lugar.
Cuando nos encontramos con la C1, nos dirigimos a las tierras altas para visitar la cascada Godafoss o de los dioses, por la leyenda que cuenta como un hombre de leyes " lagman", llamado Þorgeir, decidió en Alþingi, el parlamento Islandés, declarar sobre el año 1000 el cristianismo como religión oficial, y como de vuelta a sus tierras, decidió tirar los antiguos dioses a esta cascada. Godafoss es otra de las imprescindibles. Ya desde el aparcamiento, elegimos el primero, se escuchaba parte del ruido que hace al caer el agua del río Skjálfandafljót desde una altura de 12 metros y en 30 metros a lo ancho, y cuando se nos mostró en toda su amplitud con un espléndido arcoíris que la cruzaba nos quedamos extasiados. Esta es otra de las cascadas que te atrapan con su belleza. Para ir desde una a otra orilla y no parar de contemplarla. Tras subirla y bajarla, antes de marcharnos nos asomamos al puente de hierro junto al aparcamiento para despedirnos de sus aguas.
Hoy comimos en la orilla del lago Ljósavatn, con cisnes y patos, en las mesitas que estratégicamente están situadas en las áreas de descanso, tomando el sol y saboreando una rica cerveza. Los paisajes de valles y montañas que atravesábamos con este tiempo se disfrutan muchísimo.
Disfrutando del paisaje nos encontramos con una gran masa de agua cada vez mayor, así nos imaginamos que ya habíamos llegado al fiordo Eyjafjördur, "Fiordo de la isla" por la cercana isla de Hrisey. Es el más extenso del norte de Islandia, con casi 60 km de longitud, aunque no es muy ancho, como mucho 25 km cerca de la salida y normalmente unos 10 km con un precioso color Azul y con montañas en las que había nieve, asomándose al Océano Ártico.
Llegamos pronto a nuestro Hotel de hoy: HOTEL NATUR, Poristodum, 601, Akureyri. +354862771, con personal muy agradable. Se encuentra junto al fiordo al que se asoma nuestra habitación. Tiene hot-pot y sauna, en el exterior zona de jardines y una torre de avistamiento con esplendidas vistas al fiordo a la que subimos al volver por la noche. Si no se quiere dormir en la ciudad es una opción recomendable.
Esa tarde nos fuimos a visitar Akureyri que está a 17 km, la 2ª ciudad con 17000 habitantes y una oferta cultural que ya la quisieran muchas ciudades españolas que la triplican. Agradable y animada ciudad, con un buen centro cultural con variada programación y buena arquitectura, barrios con casas de madera de principios del siglo pasado y animado puerto que recorrimos. No pudimos ver el Museo de la ciudad, porque cierra a las 17, como la Iglesia.
Tras recorrer parte de la ciudad y del puerto, nos acercamos al jardín de la Navidad que está a unos 9 km, y la verdad es que es muy curiosa, nos gustó la cantidad de detalles que dentro y fuera había y compramos varios regalos, sobre todo para nuestras hijas, algunos ya han adornado nuestra casa en estas navidades.
Cenamos en Akureyri, en un fish and chips, por unos 40€, y tuve el entretenimiento de quitarle todo el rebozado de trigo. No quedaba otra que hacer los 17 km de vuelta al Hotel, subir a la torre a disfrutar de las explendidas vistas en un anochecer aún con luz, y otro día que con el cansancio no usamos el hot-pot del alojamiento. Pero el día había sido rico en imágenes y sensaciones y quedamos dormidos inmediatamente. [/align]