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Hoy ya toca movernos con metro, así que sacamos la metrocard de 7 días (27 $) que vale tanto para autobús como para el Subway.
Con hacer dos viajes cada día, ya se amortiza la tarjeta.
A la hora de usar una máquina para sacar billetes de metro hay que tener en cuenta que devuelven como mucho 6$. Así que es aconsejable llevar monedas o billetes bajos.
Nos vamos para el Downtown, amanecemos en Bowling Green. Así comenzamos haciéndonos unas fotillos con el famoso toro de bronce que representa la agresividad financiera y el alza de la bolsa. Consejo: tocarle los huevos (que los tiene bien brillantes), dicen que da suerte económica. Y hoy en día nos hace mucha falta.
Bajando entramos en Battery Park y lo primero con que topas es con “The Sphere”, la escultura que había entre las torres gemelas y que como se puede ver, tiene secuelas. Junto a ella hay una llama permanente en honor a las víctimas de ese fatídico 11 de Septiembre ’01.
Un pequeño paseo por este parque junto al río nos permite ver ardillas, monumentos a los hijos de la patria caídos en combate y sobre todo, la estatua de la libertad a lo lejos.
A continuación nos montamos en el ferry gratuito a Staten Island. Fue tocar chufa y volver.
A la ida colocarse a la derecha y a la vuelta a la izquierda.
Quizás fue la señora Liberty lo que más me decepcionó del viaje.
De nuevo en tierra firme nuestro destino es Wall Street, pero de camino pasamos por Stone St. una de las calles más antiguas que está llena de pequeños restaurantes llenos de oficinistas del downtown.
Llegados a Wall Street, se ve al final de la calle Trinity Church (iglesia con un pequeño cementerio en el exterior) donde iremos posteriormente. En el cruce con Broad St está la bolsa de NY, conocida por salir casi a diario en las noticias y característica por su gran bandera americana. También está el Federal Hall (que fue el primer capitolio de EEUU) con la estatua de George Washington.
Ya hay hambre así que avanzamos dirección norte por Broadway hasta la escultura “Red Cube”, un original cubo rojo perforado apoyado en una de sus esquinas.
Frente a este está la plaza Zuccotti, donde hay muchos bancos y alguna mesa de piedra. La plaza está rodeada, al menos en verano, por puestos de comida rápida. Visto que había uno con una cola bastante larga, en ese que nos pusimos. ¿Nos gusta sufrir? ¡No! jajaja, pero si hay gente será por algo. Total que tras la espera allí estábamos con unos sándwich Faláfel (una especie de kebab pero con unas croquetas en su interior) a 3$ cada uno. Realmente bueno…pero ahora como no sea cuesta abajo, no sé cómo vamos a andar.
Esta plaza está rozando la zona cero, así que toca un momento de evocación y sobrecogimiento al ver semejante espacio vacío. En St. Paul chapel hay recuerdos de la tragedia, fotos, objetos personales, etc…
Al lado de la zona cero están los almacenes Century 21. Os lo diré, un completo caos. Pero por lo menos lo que es ropa interior de marca, bastante barato. Merece la pena perder un rato.
Volvemos al “Red Cube” y vamos hacia la derecha por Cedar St. donde hay otra escultura para hacerse fotos, son unas setas gigantes. Tras estas giramos a la izquierda por William St y pasaremos junto a la Reserva Federal, en cuyos sotanos alberga cientos de lingotes de oro. Se organizan visitas guiadas en ingles por si a alguno le interesa.
Continuamos a la derecha por John St hasta llegar al pier 17, un centro comercial con terrazas con vistas al puente de Brooklyn. Es una buena foto.
Tras descansar un poco observando las vistas, vamos por Fulton St hasta City Hall Park, desde donde podemos ver uno de los rascacielos más bonitos a mi parecer (Woolworth Building), el ayuntamiento y el Manhattan Municipal Building con su estatua dorada en la cumbre.
Por aquí se accede al puente de Brooklyn. Y como su nombre indica, un largo paseo nos llevará hasta uno de los barrios más carácterísticos de Nueva York, Brooklyn. Cruzar este puente que tantas veces ha salido por la tv resulta especial, es uno de esos sitios “con magia”.
Ya al otro lado bajamos hasta el observatorio que hay al lado de “The river café” y desde donde se obtienen unas buenas fotos del puente y de Manhattan.
Aquí mismo hay una heladería con forma de pequeña iglesia de madera en blanco. Probar el helado de vanila&chocolate chunk, estaba bastante bueno.
Contentos con nuestro helado cruzamos bajo el puente hasta llegar a la playa de Dumbo. Sólo queda esperar que anochezca y disfrutar de las vistas.
En York St, no muy lejos de la playa hay una parada de metro que nos llevará hasta el centro. Aunque es de noche, no te sientes inseguro por las calles.
Hoy turno de cenar en casa, plan relax.
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