Domingo 8
El destino de hoy se quedó en el tintero de mi última visita por lo que, con la época navideña, daba un mayor aliciente para visitar esta ciudad: Salzburgo. Lugar que vio crecer a Mozart, conserva aún muchos edificios señoriales, un castillo en lo alto de una montaña y una muralla que sirve para dar paseos en los atardeceres de este rincón austriaco. Llegamos sobre el mediodía a esta ciudad y como el sol iluminaba toda la orilla de las embajadas, cruzamos uno de los puentes del Rio Salzach para pasear y contemplarlas antes del almuerzo.
Una media hora después del paseo nos dirigimos a Zum Zirkelwirt (Pfeifergasse 14), un restaurante con decoración rustica y navideña cerca del centro de Salzburgo.
Preparan comida típica bávara y austriaca como también los Mozartkugel: dulces típicos de la ciudad preparados a base de mazapán, pistacho y cobertura de chocolate. Yo me pedí la combinación bávara: cerveza + carne de cerdo con chucrut y semmelknodel.
Estaba muy bueno y si eres estudiante te saldrá a buen precio: si presentas tu carnet de estudiante (yo enseñé la ISIC), te saldrá por tan solo 10,80 euros. Tras esta pausa, nos dirigimos al centro de la ciudad para encontrarnos con el mercadillo navideño de Salzburgo. En la entrada del mercadillo habían instalado una pista de hielo, por si le apetecía patinar a los profesionales un rato o caerte si no tienes práctica.
He de decir que me gustó mucho este mercadillo, ya que combina la decoración del propio mercadillo con los edificios que lo protegen creando un ambiente muy acogedor.
Había una gran cantidad de puestos de comida y bebida, tanto salados como dulces y el paraíso para los amantes de la decoración navideña: una infinidad de adornos y figuras para colocar tanto en el belén como colgados del árbol de navidad.
Antes de irnos del mercadillo, entramos en la Catedral de Salzburgo. Su interior es muy diferente al resto de catedrales que había visitado con anterioridad ya que contiene unos ornamentados espectaculares, muy en la línea de la ciudad.
Pero antes de volvernos a casa, no podía dejar de probar la famosa tarta Sacher en Austria. La tradición dice que debe tomarse en Viena, pero tampoco hay que ponerse exquisitos. Fuimos a la Cafetería Tomaselli (Alter Markt 9), fundada en el año 1700 y con una decoración tradicional.
Como suele pasar en estos sitios, la fama va acompañada de los precios, pero una vez es una vez. A mi juicio, creo que se pueden comer tartas Sacher mejores en otros puntos de la ciudad y más baratas.
Ya se acababa nuestra escapada al viaje vecino, por lo que recorrimos las calles de Salzburgo por última vez y pusimos rumbo de vuelta a casa.
Si vais a ir un solo día a Salzburgo os recomiendo que lleguéis temprano para poder visitar los puntos más importantes de la ciudad: castillo, fortaleza, iglesias y catedral, etc y dejar las compras navideñas por la tarde. Así podréis disfrutar al máximo de la visita navideña de esta bonita ciudad.
El destino de hoy se quedó en el tintero de mi última visita por lo que, con la época navideña, daba un mayor aliciente para visitar esta ciudad: Salzburgo. Lugar que vio crecer a Mozart, conserva aún muchos edificios señoriales, un castillo en lo alto de una montaña y una muralla que sirve para dar paseos en los atardeceres de este rincón austriaco. Llegamos sobre el mediodía a esta ciudad y como el sol iluminaba toda la orilla de las embajadas, cruzamos uno de los puentes del Rio Salzach para pasear y contemplarlas antes del almuerzo.



Una media hora después del paseo nos dirigimos a Zum Zirkelwirt (Pfeifergasse 14), un restaurante con decoración rustica y navideña cerca del centro de Salzburgo.



Preparan comida típica bávara y austriaca como también los Mozartkugel: dulces típicos de la ciudad preparados a base de mazapán, pistacho y cobertura de chocolate. Yo me pedí la combinación bávara: cerveza + carne de cerdo con chucrut y semmelknodel.


Estaba muy bueno y si eres estudiante te saldrá a buen precio: si presentas tu carnet de estudiante (yo enseñé la ISIC), te saldrá por tan solo 10,80 euros. Tras esta pausa, nos dirigimos al centro de la ciudad para encontrarnos con el mercadillo navideño de Salzburgo. En la entrada del mercadillo habían instalado una pista de hielo, por si le apetecía patinar a los profesionales un rato o caerte si no tienes práctica.


He de decir que me gustó mucho este mercadillo, ya que combina la decoración del propio mercadillo con los edificios que lo protegen creando un ambiente muy acogedor.






Había una gran cantidad de puestos de comida y bebida, tanto salados como dulces y el paraíso para los amantes de la decoración navideña: una infinidad de adornos y figuras para colocar tanto en el belén como colgados del árbol de navidad.









Antes de irnos del mercadillo, entramos en la Catedral de Salzburgo. Su interior es muy diferente al resto de catedrales que había visitado con anterioridad ya que contiene unos ornamentados espectaculares, muy en la línea de la ciudad.


Pero antes de volvernos a casa, no podía dejar de probar la famosa tarta Sacher en Austria. La tradición dice que debe tomarse en Viena, pero tampoco hay que ponerse exquisitos. Fuimos a la Cafetería Tomaselli (Alter Markt 9), fundada en el año 1700 y con una decoración tradicional.

Como suele pasar en estos sitios, la fama va acompañada de los precios, pero una vez es una vez. A mi juicio, creo que se pueden comer tartas Sacher mejores en otros puntos de la ciudad y más baratas.
Ya se acababa nuestra escapada al viaje vecino, por lo que recorrimos las calles de Salzburgo por última vez y pusimos rumbo de vuelta a casa.





Si vais a ir un solo día a Salzburgo os recomiendo que lleguéis temprano para poder visitar los puntos más importantes de la ciudad: castillo, fortaleza, iglesias y catedral, etc y dejar las compras navideñas por la tarde. Así podréis disfrutar al máximo de la visita navideña de esta bonita ciudad.