Nos tuvimos que levantar muy pronto porque nuestro vuelo con la compañía Volotea salía a las 6:50 de la madrugada.
Después de un vuelo de 2 horas y media llegamos al aeropuerto de Viena sobre las 9:30. En una oficina de la compañía de ferrocarriles de Austria OBB compramos dos bonos de transporte de 72 horas, que por 17,10 euros por persona te permite utilizar ilimitadamente los tranvías, autobuses y metro del área metropolitana de Viena. También tuvimos que comprar por 1,80 euros el billete que cubre el tramo desde el aeropuerto hasta el límite metropolitano de Viena. Los trenes Railjet que van hasta el centro de Viena salen del aeropuerto cada media hora desde las 06:33 a las 23:03 horas.
Bajamos a la estación de trenes, que está en la planta de abajo del aeropuerto y montamos en el tren Railjet de las 11:03 que nos trasladó en unos 15 minutos a la Estación Central de Viena (Wien Hauptbahnhof).
Anduvimos unos 5 minutos y llegamos al hotel Beim Theresianum de la cadena Austria Trend. Es un hotel muy limpio y moderno, parece como si lo hubieran renovado recientemente, situado muy cerca de la estación central de trenes y a unos 100 metros de una boca de metro, que te lleva en dos paradas al centro de Viena. Las camas son muy cómodas. Por la relación calidad-precio merece mucho la pena. Nosotros pagamos 420 euros por 4 noches en una habitación doble estándar con desayuno tipo buffet incluido.
Después de hacer el check-in, comer unos sandwiches y dejar las maletas en la habitación fuimos hasta la estación Südtiroler Platz a coger el metro de la línea roja U1. Nos resultó muy sencillo movernos entre las distintas líneas de metro de Viena señalizadas por números y colores. Nos bajamos en Stephans Platz, donde vimos la bonita catedral de San Esteban (Stephansdom) y entramos en su interior. Aquí tuvimos nuestro primer contacto con los mercadillos navideños, ya que alrededor de la catedral había uno con mucho ambiente.
En esta zona había vendedores vestidos de época que trataban de vender entradas para conciertos, óperas,… Se nos acercó uno muy majo que hablaba español bastante bien y nos convenció para comprarle dos entradas por 70 euros para un concierto de música clásica en el palacio Schonborn.
Paseando por una de las principales calles comerciales de Viena, la peatonal Kärntner Strasse, llegamos hasta la Opera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper). Al lado vimos el edificio del museo Albertina y el famoso Hotel y Café Sacher, donde se inventó la famosa tarta del mismo nombre.
Continuando unos metros por la Ringstrasse (vía circular) entramos al parque Burggarten, donde se encuentra la Casa de la Palmeras, que son unos invernaderos acristalados, y el monumento a Mozart. Un poco más adelante llegamos a la majestuosa Plaza de los Héroes (Heldenplatz), que está contigua y forma parte del complejo del Palacio imperial Hofburg. Hay varios monumentos y estatuas y destaca el espectacular edificio de la nueva ala del palacio imperial, la Neue Burg, desde cuyo balcón Hitler hizo el anuncio sobre la anexión de Austria al Tercer Reich en 1938. Al lado de esta plaza está el Volksgarten (Jardín del Pueblo) donde se ubica el Templo de Teseo y el monumento a la emperatriz Elisabeth (Sisí).
En otro lado de esta plaza pasamos por la Puerta Exterior del Palacio (Burgtor) y cruzando la Ringstrasse llegamos a la plaza María Teresa o plaza de los museos (Maria-Theresien-Platz), flanqueada por dos edificios gemelos situados uno enfrente del otro, el del Museo de Historia del Arte y del Museo de Historia Natural. En esta plaza había otro mercado de Navidad en donde vendían adornos y productos típicos navideños.
En el otro lado de esta plaza se encuentra el Barrio de los Museos (MuseumsQuartier MQ), donde también había otro mercado de Navidad bastante más pequeño.
Después continuamos unos metros por la Ringstrasse, pasamos por el Parlamento, que estaba en obras y casi no se podía apreciar el edificio, y llegamos a la gran Plaza del Ayuntamiento (Rathausplatz), donde a un lado se encuentra el espectacular edificio del ayuntamiento y enfrente el Teatro Nacional (Burgtheater). Aquí estaba el más conocido de los mercados navideños de Viena, con una iluminación muy chula, muchos puestos, varias atracciones para niños y hasta una gran pista y circuito de patinaje. Había muchísima gente.
Después de un rato y como hacía bastante frío y estábamos cansados montamos en el tranvía y fuimos a cenar a una cervecera típica que elabora su propia cerveza, 7 Stern Braeu. Comimos sopa, goulash y codillo.
Al salir nos encontramos con otro mercadillo, el de Spittelberg, que está situado en varias calles peatonales estrechas con algo de pendiente en una zona muy bohemia, conocida como distrito de los artistas. Había un ambiente más familiar y mucho más tranquilo que el del ayuntamiento. Dimos una vuelta, tomamos nuestro primer punch (ponche), bebida caliente con alcohol y especias y frutas típicas de esta época del año que te ayuda a entrar en calor, y nos fuimos en metro al hotel porque estábamos muy cansados después de un largo día.
Después de un vuelo de 2 horas y media llegamos al aeropuerto de Viena sobre las 9:30. En una oficina de la compañía de ferrocarriles de Austria OBB compramos dos bonos de transporte de 72 horas, que por 17,10 euros por persona te permite utilizar ilimitadamente los tranvías, autobuses y metro del área metropolitana de Viena. También tuvimos que comprar por 1,80 euros el billete que cubre el tramo desde el aeropuerto hasta el límite metropolitano de Viena. Los trenes Railjet que van hasta el centro de Viena salen del aeropuerto cada media hora desde las 06:33 a las 23:03 horas.
Bajamos a la estación de trenes, que está en la planta de abajo del aeropuerto y montamos en el tren Railjet de las 11:03 que nos trasladó en unos 15 minutos a la Estación Central de Viena (Wien Hauptbahnhof).
Anduvimos unos 5 minutos y llegamos al hotel Beim Theresianum de la cadena Austria Trend. Es un hotel muy limpio y moderno, parece como si lo hubieran renovado recientemente, situado muy cerca de la estación central de trenes y a unos 100 metros de una boca de metro, que te lleva en dos paradas al centro de Viena. Las camas son muy cómodas. Por la relación calidad-precio merece mucho la pena. Nosotros pagamos 420 euros por 4 noches en una habitación doble estándar con desayuno tipo buffet incluido.
Después de hacer el check-in, comer unos sandwiches y dejar las maletas en la habitación fuimos hasta la estación Südtiroler Platz a coger el metro de la línea roja U1. Nos resultó muy sencillo movernos entre las distintas líneas de metro de Viena señalizadas por números y colores. Nos bajamos en Stephans Platz, donde vimos la bonita catedral de San Esteban (Stephansdom) y entramos en su interior. Aquí tuvimos nuestro primer contacto con los mercadillos navideños, ya que alrededor de la catedral había uno con mucho ambiente.
En esta zona había vendedores vestidos de época que trataban de vender entradas para conciertos, óperas,… Se nos acercó uno muy majo que hablaba español bastante bien y nos convenció para comprarle dos entradas por 70 euros para un concierto de música clásica en el palacio Schonborn.
Paseando por una de las principales calles comerciales de Viena, la peatonal Kärntner Strasse, llegamos hasta la Opera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper). Al lado vimos el edificio del museo Albertina y el famoso Hotel y Café Sacher, donde se inventó la famosa tarta del mismo nombre.
Continuando unos metros por la Ringstrasse (vía circular) entramos al parque Burggarten, donde se encuentra la Casa de la Palmeras, que son unos invernaderos acristalados, y el monumento a Mozart. Un poco más adelante llegamos a la majestuosa Plaza de los Héroes (Heldenplatz), que está contigua y forma parte del complejo del Palacio imperial Hofburg. Hay varios monumentos y estatuas y destaca el espectacular edificio de la nueva ala del palacio imperial, la Neue Burg, desde cuyo balcón Hitler hizo el anuncio sobre la anexión de Austria al Tercer Reich en 1938. Al lado de esta plaza está el Volksgarten (Jardín del Pueblo) donde se ubica el Templo de Teseo y el monumento a la emperatriz Elisabeth (Sisí).
En otro lado de esta plaza pasamos por la Puerta Exterior del Palacio (Burgtor) y cruzando la Ringstrasse llegamos a la plaza María Teresa o plaza de los museos (Maria-Theresien-Platz), flanqueada por dos edificios gemelos situados uno enfrente del otro, el del Museo de Historia del Arte y del Museo de Historia Natural. En esta plaza había otro mercado de Navidad en donde vendían adornos y productos típicos navideños.
En el otro lado de esta plaza se encuentra el Barrio de los Museos (MuseumsQuartier MQ), donde también había otro mercado de Navidad bastante más pequeño.
Después continuamos unos metros por la Ringstrasse, pasamos por el Parlamento, que estaba en obras y casi no se podía apreciar el edificio, y llegamos a la gran Plaza del Ayuntamiento (Rathausplatz), donde a un lado se encuentra el espectacular edificio del ayuntamiento y enfrente el Teatro Nacional (Burgtheater). Aquí estaba el más conocido de los mercados navideños de Viena, con una iluminación muy chula, muchos puestos, varias atracciones para niños y hasta una gran pista y circuito de patinaje. Había muchísima gente.
Después de un rato y como hacía bastante frío y estábamos cansados montamos en el tranvía y fuimos a cenar a una cervecera típica que elabora su propia cerveza, 7 Stern Braeu. Comimos sopa, goulash y codillo.
Al salir nos encontramos con otro mercadillo, el de Spittelberg, que está situado en varias calles peatonales estrechas con algo de pendiente en una zona muy bohemia, conocida como distrito de los artistas. Había un ambiente más familiar y mucho más tranquilo que el del ayuntamiento. Dimos una vuelta, tomamos nuestro primer punch (ponche), bebida caliente con alcohol y especias y frutas típicas de esta época del año que te ayuda a entrar en calor, y nos fuimos en metro al hotel porque estábamos muy cansados después de un largo día.