![]() ![]() LOS LIBROS DE ROMA: COMER, REZAR Y AMAR ✏️ Diarios de Viajes de Italia
REFLEXIONES SOBRE EL IN DEL AMOR CAMINANDO POR ROMA. Cuánto hace que no ves la peli? La viste alguna vez? Imprescindible. Hay libros, películas, que - cada tanto- deben ser repasados. Como una lección. Porque encierran mensajes, de esos que anclan...Cuánto hace que no ves la peli? La viste alguna vez? Imprescindible. Hay libros, películas, que - cada tanto- deben ser repasados. Como una lección. Porque encierran mensajes, de esos que anclan en todos, en cualquiera, en cada uno. Cada uno sabrá por qué. Cena mediante, y luego de un día placentero, de proyectos y disfrute, anunciaron la proyección. Me acomodé en un sillón y me dispuse a tomar clase. Fue un viaggio...de la mano de Elisabeth Gilbert, autora del libro. Recordaba, apenas, la parte final con Bardén paseándose por Bali tratando de enamorar, que es su talento natural... Me vino a la memoria la claridad con que un día se muestra la falta de amor. El hartazgo. El error. Lo pendiente. Lo olvidado. El final. La mayor riqueza se expone en su inicio, en el tiempo en que hay que encarar la valentía del final de un camino y el inicio de otro.Y Julia dice "Había algo más difícil que irse. Quedarse." . Hasta que se fue. Liz buscaba las palabras que la definieran. Buscaba su pulso, una vida que la reflejara y dejar atrás esa foto de su boda en la que no se divisaba. Un lugar que la despertara del adormecimiento que la infelicidad provoca. En el más afortunado de los casos. Y, con una sabiduría inicial que no tiene par en el resto de la historia, elige Italia como primer stop-over. Buscaba un sitio con ruidos, colores y sabores que la hicieran sentir viva. Y vaya que Italia lo logra! Y así es que comienza un recorrido que, personalmente, también hubiera elegido para rodar. Más allá de esas vistas clásicas del Colosseo, el Foro, las techumbres rojas, los sobrevuelos por Piazza Venezia, se instala en el barrio que rodea Piazza Navona para establecer contacto con la Roma eterna. La Roma sin tiempo, sin hora. La del "dolce far niente" a que conducen sus callecitas enredadas como el destino. No hay otro sitio donde el filosófico ocio improductivo se aprenda de manera tan fidedigna. Porque Roma está hecha para ser admirada sin distracciones. Reposa sobre un terciopelo y se expone ante los simples mortales que nos acercamos a tomar lo que ella ofrece: pura vida. Y así es que Liz se nuestra esbelta - todavía- caminando por la Via della Pace: paredes sepias, enredaderas peremnes, adoquinado mortal para los stilletos, restaurantes y un buen chianti classico. Sacia su sed en los bebederos de hierro que salpican la zona y almuerza ,demostrando su dominio idiomático y culinario, en el restaurante que funciona - como aislado del resto del mundo- en la piazzina que hay frente al Hotel Raffael. Una y otra vez circula por caminos que he recorrido tantas veces como he podido, de un lado y el otro del Tevere. Todo resulta conocido, pero especialmente se siente familiar la electricidad de su gente, la vehemencia de la palabra, la energía de los movimientos, la vitalidad, el shock que Roma ofrece cuando se toca su suelo, el que debería besarse cada vez que se lo pisa. Grazie! Es verdad también que el idioma italiano revive, impacta al pronunciarlo. Es como una música que se compone mientras se habla. Y, sin exagejerar, conversar resulta en opereta. Y la palabra más sencilla resulta "bella". Mi preferida es "costeggiare". La aprendí en Pizzo - Región Calabria- allá por el 97 cuando un guía la usó aplicándola al Tirreno azul que nos mostraba camino a Tropea, antes de llevarnos a una trattoría en la que comí los calamareti fritos más ricos del mundo. Los colores, los sabores y los sonidos se juntan y te envuelven. Te reviven. Y es verdad que comer su comida es parte de la ciudad. Que la pasta jamás está fuera de punto. Que el helado es sagrado. Y que Italia engorda. No importa el orden de los infinitivos de los verbos, todos los practicamos. No importa dónde, sino no claudicar en conjugarlos. Ya aprendí, como Liz, que el camino puede continuarse en la India donde jamás he estado o en cualquier otro sitio, o llegar hasta Bali para encontrar a un Bardén. Irrelevante. Que nadie puede ni debe acomodarse a la falta de amor. Que la falta de sensación vital es imperdonable. Que no puede pasarse el tiempo esperando que "algo" ocurra. Que la búsqueda es una responsabilidad personal, y un gran trabajo. Y que vale el empeño. Y, que perderse es una condición para reencontrarse. A una misma. Buona notte! Índice del Diario: ROMA: ETERNA E INFINITA
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