LOS RELOJES DE SOL EN ROMA ✏️ Travel Journeys of Italy

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" TEMPUS FUGIT " In memoriam



Las piedras lo recuerdan todo el tiempo...que el tiempo vuela. Que se va. Que pasa inexorable. Que nos deja dando vueltas, mareados, confundidos. Y se va.
Y, paseando, la advertencia se repite en las ciudades que han adoptado los relojes de sol o los textos para referir el paso del tiempo, del suyo - eternas- y del nuestro, efímeros viajeros.
Y hemos hallado esos ornamentos en tantos lugares maravillosos a lo que podemos regresar en busca de sus relojes. Y desandar el tiempo.
Porque, mientras el tiempo de diluye entre los dedos como agua, hay formas de extenderlo, de prolongarlo yendo y regresando a aquellos sitios inagotables en claves de descubrimientos, de interpretaciones, de belleza, de misterios de códigos, como la Salón en Provence donde nació Nostradamus.
Tal vez los de Tourette sur Loupe, bajo el acueducto romano, entre casonas de artesanos de la violeta.
O la magia y la soledad de la altura de Cagnes sur Mer donde el torreón del castillo de los Grimaldi regala un reloj hermoso antes de despedirnos.
Andar por las callecitas romanas topa con relojes originales y más modernos que los vecinos empotran en sus frentes para acompañar la antigüedad de la ciudad de Rómulo y Remo.
El más antiguo de los ejemplares del mundo se ubicó en el Egipto de Tutmosis III en el año 1500 a.C. y con dos listones de piedra - uno haciendo las veces de aguja y el otro representando las horas-

En una cita bíblica se dice que Jahvé hizo retroceder diez grados la sombra del cuadrante y se atribuye a un tal Beroso la creación en a Babilonia del siglo IV a.C. del reloj de sol cóncavo.

Fueron los griegos los que comprendieron que la posición correcta del palo derecho o "gnomon" era paralela al eje terrestre, lo que copiaron los romanos en el reloj que llamaron hemispherium.
Abunda en mencionar que fueron los árabes quienes perfeccionaron los artefactos y crearon el astrolabio, instrumento de orientación en la navegación que fue recién reemplazado por el sextante en el siglo XVIII.

Todo deriva de que en la Roma antigua la división del tiempo era un tema de importancia. El año calendario, el día y la noche y el reloj fueron cuestiones de rango a las que dedicaron ingenio e inteligencia.

Para desarrollar los relojes de sol se dedicaron al estudio de lo que se denomina Analema de Vitrubio, como la divina perfección. La palabra viene del griego que significa "pedestal del reloj de sol" .

Valga la oportunidad para recordar que Marco Vitruvio Polión fue un arquitecto , ingeniero y tratadista romano que vivió en el siglo I a. C. y su gran promotor durante el Renacimiento fue Petrarca por lo que el romano se convirtió en el responsable del conocimiento arquitectónico de ese tiempo gracias a su obra De Architecura y a él se debe la tríada de "firmitas, utilitas, venustas" según la que los edificios debía reunir firmeza, utilidad y belleza.

En realidad es la curva que, en el reloj de sol, indica la posición del sol en el cielo si todos los días se lo observa desde el mismo sitio y a la misma hora. Así, este método geométrico se convirtió en sinónimo de arte de la construcción de relojes de sol.

En la Edad Media necesitaban determinar el tiempo del equinoccio y para ello se valieron de una analea que construyeron sobre una pared de Santa María dei Fiori en Florencia. Bella! Los helados más ricos de Italia.

Y, debe aclararse, que si en alguna pieza las 4 se representan como "IIII" en lugar de "IV", se debe a que los etruscos - antecesores de los romanos - sumaban II más II para obtenerlo.

Y, caminando esas calles en tonos rojizos, amarillos y sepias los relojes aparecen por aquí y por allá, mezclados con madonninas que nos cuidaron tanto como pudieron.

Como en el sur francés, en el que se mezclan los relojes de sol con satos y cruzados a los que se aloja en una porción de los muros de las casas que se ahueca, tal como muestra Vence o Saint Paul.

Y la verdad es que el tiempo vuela. Huye. Nos lleva.

Y nos deja; recuerdos.

Si de Roma se trata, se sostiene que el maravilloso Panteón - donde ya hemos estado siguiendo los pasos del General San Martín, Posadas y Florencio Varela, es el gran reloj de piedra y sol de la ciudad. No queda duda cuando se recuerda que la luz solar, que penetra únicamente a través del oculus -una abertura circular de 8’3 metros de diámetro situada en el centro de la cúpula semiesférica-, parece haber jugado un papel destacado en su función y simbolismo, fuera cual fuera. Durante los meses de invierno, la luz del sol del mediodía realiza una trayectoria que va iluminando la parte interior de la cúpula. En verano, por el contrario, y con el astro rey en lo más alto, la luz impacta en los muros inferiores y el suelo.

El edificio, que acompaña a los romanos desde hace casi dos mil años luego de ser edificado por Agrippa en tiempos de Augusto ( como deja en claro su inscripción en el capitel), todavía despierta dudas acerca de su real significado. Han llegado a sostener que pudo haber sido diseñado en función de ciertas orientaciones astronómicas que sirvieran para dotarlo de un significado religioso que reafirmara el poder divino del emperador.

Finalmente se sostuvo en una gran investigación académica entre italianos y neozenlandeses que , teniendo en cuenta el singular juego de luces que se produce en el recinto dependiendo de la época del año, los estudiosos proponen que su simbolismo fue especialmente señalado en dos momentos concretos: el equinoccio de primavera y el 21 de abril, respectivamente.
Pero, hubo un reloj de sol en particular, en la zona de Navonna. Dilecto barrio en el que tantas horas de caminatas lo hicieron propio.
Una calle prácticamente roja, tapizada de enredaderas, con perfectas antiguas ventanas, un último día de mayo de 2011. Esos ratos previos al regreso, que uno atesora como lo último que puede exprimirle a un sitio en el que es feliz.
Camino a un restaurante "Caprici Siciliani" donde le "spaghetti alle vongole" son únicos como le cannoli de postre, encontramos este reloj de sol:
Gobernado por la gran verdad: TEMPUS FUGIT.
Desde entonces, la adoptamos para definir la filosofía con que debía vivirse la vida. En parte lo logramos.
Y tan acertados estuvimos, que pasaron volando los años juntos. Huyeron. Intensos.
Mientras...buen almuerzo siciliano y regreso.
Pero el tempus no ha pasado en vano.
Y, debería gozar, como los edificios bien diseñados por Vitrubio, de "firmitas, utilitas y venustas".

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