Hoy tenemos un plan muy interesante por delante, vamos a pasar el día en la zona del Gardens by the bay, y lo cierto es que nos hace muchísima ilusión.
Desayunamos y cogemos el metro para ir a recoger las entradas de las cúpulas y el OCBC como os comentaba en los preparativos.
Teníamos pensado cruzar el puente Helix andando para llegar a los jardines, pero está todo cortado por el gran premio, así que nos toca volver a pagar en el metro para llegar, la estación en la que os tenéis que bajar es Bayfront.
Llegamos a la zona del hotel y la verdad es que flipamos con todo, a nosotros estas zonas rollo futurista nos encantan.


Lo primero que hacemos es ir al museo de arte y ciencia, no habíamos cogido la entrada con antelación, ya que al no haber ninguna oferta lo dejamos abierto por si por cualquier circunstancia decidíamos no ir.
El edificio es una chulada, así que después de unas cuantas fotos entramos.


Tenéis varios tipos de entradas, para la exposición básica o también para las temporales especiales, lo mejor es que consultéis en su web para ver lo que os interesa o si tienen alguna oferta.
https://www.marinabaysands.com/museum.html/
Nosotros decidimos ir sólo a la exposición básica, Future World, y la entrada nos cuesta 38 SD los dos, unos 25 euros al cambio.
Es muy temprano y apenas hay gente, así que se está bastante agusto.
Todas las salas son interactivas y muy visuales, y con la imagen como principal protagonista.
Interactúas a veces tocando las imágenes, puedes hacer dibujos que aparezcan en las pantallas, también hay un tobogán…



La verdad es que la visita nos gustó y la disfrutamos, pero nos pareció un poco corta, nos quedamos con la sensación de, ¿ya está?, así que es un poco personal el decidir si hacerla o no, para lo que sí la recomendaría es para ir con niños, todos los que había allí se lo pasaban pipa.
Después del museo, cruzamos a través del centro comercial The Shoppes y el hotel, aunque no nos paramos mucho la verdad es que es una pasada, empezando a caminar por los jardines donde están los árboles seguimos alucinando, es una zona chulísima para pasear, y totalmente gratis si no queréis entrar en las cúpulas como hicimos nosotros.



Decidimos primero ir al Cloud Forest porque nos parecía que podía tener más afluencia.
Aquí os encontraréis un montón de vegetación, imitando la selva, varias exposiciones y una cascada interior que es una pasada. La entrada a la cúpula es maravillosa porque vienes del calor y al entrar notas un frescor increíble de la cascada, y un olor a verde impresionante, por decirlo de alguna manera.



Intentad que vuestra visita coincida con alguna de las horas en las que vaporizan todas las plantas, las horas están en la web y hay varias veces al día, le da un aspecto muy fotogénico.


Primero nos dedicamos a ver toda la parte de abajo, donde también hay una exposición con diferentes tipos de orquídeas, y luego ya nos metimos dentro de lo que es la montaña y vamos subiendo por los niveles viendo las distintas exposiciones.



Al final de la visita, también hay una sala con un documental sobre el medio ambiente y el cambio climático, del impacto que supone la vida humana en el planeta y lo que se intenta hacer desde su proyecto para minimizarlo. Lo cierto es que nos pareció que toda la ciudad estaba muy concienciada con el tema, coches eléctricos, muchos contenedores de reciclaje, mucha vegetación y en el Gardens by the Bay en concreto, los famosos árboles recogen la luz solar y el agua de la lluvia para generar la energía sostenible suficiente para realizar los espectáculos de cada noche y mantener el parque.
Salimos encantados del Cloud Forest y nos vamos al Flower Dome, aquí os encontraréis muchas especies distintas de flores, plantas, suculentas…




Para nuestro gusto es más impresionante el Cloud Forest, pero lo cierto es que las dos visitas nos encantaron, sobre todo a mi que me chiflan las plantas, y nos pareció que valía mucho la pena. Cierto es que en Singapur también podéis visitar el jardín botánico de forma gratuita, si vuestro presupuesto es ajustado puede ser una gran opción, pero como estaba más alejado y no teníamos tanto tiempo, nosotros lo descartamos. Desde luego si os interesa un poco la visita es totalmente recomendable.
Es mediodía y el hambre aprieta ya, así que nos dirigimos al food court que hay dentro del parque, el Satay by the Bay, donde a pesar del nombre, tenéis otras opciones de comida además de satay. Pero nosotros teníamos ganas de Satay y pedimos un set con varios pinchos distintos, además vienen con un arroz compacto que se llama ketupat y la clásica salsa de cacahuete de los Satay. Además pedimos unos zumos, y os tengo que decir que el zumo de plátano de este food court es de los mejores que he tomado nunca, el de mango también estaba buenísimo. También nos pedimos un prata con chocolate. Para haceros una idea de los precios todo nos costó unos 10€ y estaba estupendo, ya veis que no comíamos mucha cantidad, pero lo cierto es que a los dos nos pasa que con tantísimo calor no solemos comer cantidades muy grandes.


Salimos de allí con un calor bastante asfixiante, es mediodía y encima hace sol, así que decidimos ir a explorar un poco más la zona del centro comercial y de paso refugiarnos en el aire acondicionado. Además, la mañana tan intensa ha acabado con la batería de mi móvil, así que necesito cargarlo un poquito. Yo ingenua de mí, lleve el cargador de USB, porque en España es muy fácil encontrar para cargar el móvil con USB, y así no cargaba con el enchufe y el adaptador, pero ya os aviso que en todo el centro comercial no hay ni un solo sitio para cargar, me pareció rarísimo en una ciudad tan moderna. En información me dijeron que podría haber en el hotel, entramos y curioseamos y tampoco vimos ninguna zona. Al final entramos en el Starbucks, yo convencidísima de que tenía que haber, y nada, sólo hay para enchufe… Pregunté si me podían dejar alguno y tampoco, así que, aunque luego lo conseguí que me dejaran cargador en otra cafetería, tenedlo previsto…
Después de un frapucchino, damos una vuelta por el centro comercial, que tiene hasta canales y barcas para dar una vuelta…

Como ya estamos descansados del calor volvemos a ir hacia el parque para disfrutar un poco de la zona exterior y seguir en la búsqueda de un enchufe antes de subir a la pasarela.
Al final, en una cafetería del parque me dejan un cargador, así que nos tomamos otro café antes de subir a la pasarela.
Como ya tenemos las entradas, nos vamos directamente a la entrada a las pasarelas, que es un ascensor dentro de uno de los árboles.


La pasarela, aunque es pequeña, es super chula porque ves el parque desde otra perspectiva, también es verdad que se mueve un pelín jeje, de hecho cuando hay mal tiempo se cierra. A nosotros nos gustó mucho subir y lo recomiendo, además de que la entrada no es muy cara.


Cuando bajamos de la pasarela, ya nos vamos a buscar un sitio para ver el espectáculo nocturno de los árboles, el OCBC Garden Rhapsody, hay dos pases al día, uno a las 19:45 y otro 20:45, al menos en estos momentos.
Aprovecho la ocasión para decir que os da tiempo de sobra a verlo todo en un día, dependerá de la calma con la que os lo toméis obviamente, pero nosotros no fuimos apurados y nos dio tiempo a todo, eso si madrugamos bastante y en el centro comercial paseamos pero no entramos a tiendas, así que eso si que hay que tenerlo en cuenta.


El espectáculo es una pasada, no os lo perdáis porque además es gratuito, creo que se cambia de vez en cuando pero básicamente es de música y luz. Y os hincharéis a hacer fotos mientras no empieza porque los árboles de noche son espectaculares.



Al terminar se junta bastante gente para salir del parque, nosotros queríamos salir pronto para llegar al otro espectáculo que hay en la zona, el de las fuentes del Marina Bay Sands, este lo hacen a las 20 y a las 21:30, y además creo que los fines de semana también a las 23, a nosotros nos dio tiempo a llegar de sobra de uno a otro, aun pudimos sacar unas fotos nocturnas por la zona antes de que empezara, y es que si la zona era espectacular por la mañana, por la noche no se queda atrás.


Este también nos gustó mucho aunque si tuviera que elegir me quedaría sin duda con el de los árboles.

Decidimos cenar en el food court del Marina Bay, aunque no tenemos mucha hambre, nos cuesta bastante elegir y acabamos por pedir una laksa, una sopa que es uno de los platos más famosos de esta zona… Y no nos gusta demasiado, a mi novio el sabor le repatea y a mi no me disgusta tanto, pero se me hace muy picante… Una pena, fue la única comida que no nos gustó del viaje.
Aunque estamos cansados, decidimos volver andando al hotel y así seguir disfrutando del skyline nocturno de Singapur, mañana nos vamos por la tarde, y ya estamos nostálgicos…
