Al ver el paisaje de Skopje la impresión es de una ciudad joven sin embargo la verdad es diferente. La capital se ubica en el centro del sur de los Balcanes y es históricamente un cruce de caminos y por ende ha sido disputado por diferentes reinos e imperios. Ya desde la época romana existía una pequeña población e incluso su nombre viene del latín (Escupi). El emperador Justiniano nació unos kilómetros más al sur en otro asentamiento romano. Sin embargo, todo termina con un terremoto que destruye la ciudad por completo en el año 518.
Skopje vuelve a ser refundado y a pesar de ser una población pequeña empieza a ser pasada de mano en mano entre distintos pueblos de la región como búlgaros o serbios siendo incluso capital del Primer Imperio Búlgaro durante unos años. Sin embargo, cada vez que la ciudad se podía reconstruir y empezar a prosperar un terremoto destruía por completo todo. Este proceso termina con la llegada de los Otomanos en el año 1392 que deciden cambiarle el nombre a Uskub y empezar una dominación que durara por más de cinco siglos. Es ahí donde la ciudad empieza su transformación en una verdadera urbe y empiezan a surgir sus edificios característicos. Algunos ejemplos son la Fortaleza de Kale, el mercado, los baños turcos, los caravanserai entre otros. Las pocas iglesias que quedaban en pie se transforman en mezquitas y Skopje adopta poco a poco una imagen más oriental.
Los Otomanos mueven el centro de la ciudad hacia el rio Vardar y construyen un puente de piedra que conecte los márgenes. Skopje se convierte en una parada hacia Estambul y los viajeros comienzan a llegar. También inmigrantes de toda la región e incluso judíos sefarditas desde España que crean una imagen más cosmopolita y diversa de la pequeña ciudad. Sin embargo, hay todavía más terremotos e incluso un incendio de las tropas austriacas. Siempre Skopje tiene que renacer desde sus cenizas cada vez que la tierra tiembla.
Para el siglo XIX la ciudad no está pasando su mejor momento y es superada por ciudades de la región como Bitola o Stip. La conexión de tren con Tesalónica trae cierto progreso, pero la ciudad está agotada y necesita un cambio radical. Es en este clima de desesperanza que empieza a surgir un sentimiento regional balcánico que se oponga al centralismo otomano y esto se empieza a traducir en la posibilidad de independencia o autonomía. Esta presión se empieza a ver en la política, el arte e incluso en la lengua y el clima se hace cada vez más caliente hasta la explosión de la Primer Guerra Balcánica.
Los turcos que estaban en un proceso precitado de caída de su Imperio no pueden sostener una guerra con sus vecinos europeos y casi sin recursos deciden abandonar Skopje dando el fin a 500 años de dominación de la ciudad. Esta ausencia de gobierno genera una inestabilidad terrible y los distintos grupos étnicos pelan entre ellos por el poder. Skopje es disputada por albaneses, búlgaros y serbios terminando en mano de los últimos en el nuevo reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. EL poder queda en mano de los serbios que emigran en manada y para muchos lo que significa es que pasaron de una dominación turca a una serbia. Sin embargo, la convivencia es pacífica y dura hasta la llegada de la segunda guerra mundial.
Los búlgaros reconquistan la ciudad y en poco tiempo fundan varios edificios importantes con la visión de que se convierta en una gran urbe del nuevo país. Los búlgaros siempre han considerado al país como parte de su nación. Incluso hay una discusión si el macedonio es un idioma o un dialecto del búlgaro y sigue existiendo una tensión (no tan fuerte como la griega o la albanesa) sobre la identidad de ambos y la pertenencia de personajes y símbolos. Pero también existen momentos oscuros y la pequeña población judía es deportada a Treblinka declarando a Skopje ciudad libre de judíos. El final de la guerra encuentra a Macedonia del Norte formando parte de la nueva Yugoslavia.
La nueva nación se esfuerza por modernizar a la pequeña urbe. En los cincuenta años de socialismo se cuadruplica la población, aunque otra vez ¿que pudo haber pasado?? En 1962 la ciudad se inunda y en 1963 sufre un terrible terremoto que la destruye. Más de mil personas mueren y 100 mil se quedan sin hogar. Las pérdidas son del 150 % de la riqueza de Macedonia y el 15% del Producto Bruto Interno de Yugoslavia. El 80% de la ciudad desaparece por completo. El gobierno del Mariscal Tito no estaba pasando por la mejor situación económica y debe tomar una decisión difícil: reconstruir rápido y barato o lento y mas caro. Deciden la primera opción y el brutalismo socialista aparece en edificios como el Banco Nacional, la Estación Central o los numerosos bloques de viviendas.
Tras la independencia Skopje debe reconfigurarse. Es la primera vez en siglos que son autónomos y eso implica decidir la nueva visión de la ciudad. Se rehabilitan sus edificios tradicionales pero la ciudad sigue marcada por el terremoto de 1963 y es ahí cuando el partido en el poder, el nacionalista VMRO-DPMNE, decide un plan maestro de transformación radical de la ciudad llamado Skopje 2014. La idea era inspirándose en las grandes capitales europeas recuperar la visión neoclásica de la ciudad. El resultado es cuestionable con numerosos detractores y amantes de sus edificios blancos y recargados. Actualmente Skopje no solo es la capital sino la ciudad más grande del país con 600 mil personas es decir un cuarto de la población.
Luego de volver de Tetovo es el turno de empezar a recorrer la ciudad. Vuelvo al hostel a buscar algunas cosas y salgo a recorrer la ciudad. Skopje es una ciudad pequeña y fácil de transitar. La mayoría de los edificios interesantes están en el centro y no hay mucho más que ver en las afueras. Casi toda la vida de la ciudad se encuentra en ambos lados del rio Vardar que la cruza de este a oeste. Al sur la ciudad esta custodiada por el Monte Vodno cuya cima se puede ver en casi todo Skopje. Estoy parando en el barrio de Prolet muy cerca del centro de la ciudad sin embargo antes de empezar por los lugares más típicos paso por un edificio especial que se encuentra cerca del hostel: el Banco Nacional de Macedonia de Norte.
El edificio fue construido en 1975 y claramente no es ni de casualidad lo más lindo de Skopje. Pero en cierta manera tiene su sentido empezar a conocer Skopje por ahí. El edificio fue construido en pleno socialismo tras la destrucción del terremoto de 1963. La idea era construir edificios sencillos, económicos y fáciles de construir y el resultado por ende es bastante soso. La nueva estación de trenes es del mismo ejemplo y claramente ninguno de ellos ganara el premio a mejor vista de Europa. Son líneas grises, casi descuidadas y sin ninguna decoración. El paso del tiempo no ha sido bueno con ambos edificios y se notan descuidados. Pero ambos son parte de un momento histórico de edificios brutalistas y modernos ...pero sin presupuesto.

A comienzos de este siglo el gobierno nacionalista de VMRO-DPMNE decide que es hora de que Skopje cambie de cara. Sus argumentos eran varios: primero que tras el terremoto la ciudad no tenía el presupuesto para reconstruirse de manera eficiente y se habían erigido construcciones bastante sencillas, la segunda es que la naciente nación necesitaba infraestructura nueva como Ministerios o Museos. Pero la principal es que como cualquier país que comenzaba su camino en solitario era necesario que se definiese su historia e identidad. El gobierno obviamente que estableció su propia visión de la historia lo que generó muchos problemas.
Primero que se obvio por completo cualquier influencia albanesa sobre la cultura nacional salvo una pequeña excepción. La segunda es que naciones como Grecia o Bulgaria denunciaron una apropiación de figuras propias como si fueran normacedonias. Esto alimento el debate antiguo de si Macedonia del Norte existió como nación o era un apéndice de sus vecinos. El ejemplo más claro fue Alejandro Magno que es el nombre del principal aeropuerto de país y una de las autopistas que salen de Skopje hacia el sur. Esto genero choques diplomáticos con los vecinos ya que los griegos denunciaron que el conquistador jamás había ni nacido ni habitado en esas tierras porque era de una región de la actual Grecia.
El estilo también fue criticado ya que el gobierno no estableció ningún concurso e impuso una única visión. Se eligió un estilo neoclásico ya que era como lucia la ciudad antes de su destrucción, también era un guiño a la tradición griega de la que se sentían parte. El color principal es el blanco con decoración recargada en forma de estatuas, ventanales o distintos ornamentos. El resultado quizás choca bastante porque no se toma en consideración el paisaje urbano y los edificios chocan demasiado con el resto de Skopje. Quizás a largo plazo la arquitectura se integre mejor, pero es un poco dudoso que esto sucede sin un verdadero plan.

Para ver un poco un videoclip que se mandaron en plena inauguracion de las obras
La renovación de Plaza Macedonia hizo que el centro sea una enorme estructura que se llama el “Guerrero a Caballo” aunque todo el mundo sabe quién es: Alejandro Magno. La elección de ese título no es casual ya que de esa manera los griegos no pueden quejarse de apropiación cultural de un personaje que no nació en ese territorio. Para las dimensiones de la plaza es un quizás algo grande y desproporcionada ya que cuenta con una gruesa columna rodeada de numerosos relieves históricos. En la base un grupo de estatuas de soldados rodeados de una fuente circular de aguas danzantes custodia al más grande emperador que tuvo la región.
Pero prefiero empezar quizás de atrás para adelante y antes de seguir con la nueva Skopje quiero ir a lo poco que se conserva de la “antigua” urbe. Por eso cruzo el Puente de Piedra o Kamen Most uno de los símbolos de la ciudad. Tanto es así que inclusive aparece en el escudo de armas de la propia ciudad. La estructura es de la época otomana, aunque algunos hablan de que sus orígenes se remontan incluso a los romanos. Durante siglos conectó ambas orillas del rio Vardar y sufrió como gran parte de la ciudad numerosos terremotos y desastres. Incluso estuvo a punto de ser dinamitado por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial pero la presión local pudo más y el puente sobrevivió. Para mí el puente es casi un viaje en el tiempo. El sur es la orilla macedonia y centroeuropea, quizás hasta más moderna y un poco urbana, pero al cruzar el puente hay otro paisaje. Skopje se vuelve más oriental y antigua, un poco rural y pueblerina. Con rasgos mas albaneses y turcos, mas misteriosa y rara, menos estructurada y más improvisada. Menos europea y turística pero quizás por eso más interesante para perderse. Ciudad de mujeres de pañuelos y hombres sentados en los bares tomando rakia y jugando a las cartas en plena mañana.
El puente es una estructura bastante sencilla y ligera de piedra clara sin ningún tipo de ornamento. Desde hace un tiempo se ha hecho peatonal para que la gente pueda cruzar la ciudad de manera más relajada y además para poder disfrutar de las nuevas vistas de la ciudad y el rio Vardar. Al terminar de cruzar el puente se desemboca en una gran plaza en donde la estrella es Filipo II, padre de Alejandro Magno. Así que padre e hijo están separados por el rio en pocos metros. A diferencia del hijo, el padre no genera tanta controversia y por eso la identidad es más clara. Filipo también está sobre una gran base (aunque menor que su hijo) con otros soldados y leones protegiéndolo. La plaza tiene otras fuentes y esculturas menores (como las de Cirilo y Metodio creadores del alfabeto cirílico) Alrededor de la Plaza se dan varios Museos como el Arqueológico, el de la Resistencia Macedonia y el del Holocausto. Tiene sentido que estos dos últimos se ubiquen aquí ya que estamos en lo que antiguamente era el Barrio Judío de la ciudad antes de ser destruido por el Nazismo. Me llama la atención que se encontraba a pasos de la zona musulmana de la ciudad lo que habla de la coexistencia pacífica de ambas culturas por siglos.

El bazar es el corazón y quizás la parte más antigua de Skopje. Tiene presencia humana desde casi la época romana, sin embargo, su desarrollo se inicia con los serbios en la época Medieval. El bazar se convierte en una especie de conexión entre Dubrovnik y Estambul, llevando productos de un lugar a otro de la región. Durante la época otomana la zona se desarrolló plenamente y adquirió su verdadera identidad con mezquitas, hamans y otros edificios típicos. Son quizás los mejores años del bazar y en donde se instala como un punto central de la ciudad. Sobrevive los terremotos, incendios e invasiones sin problemas hasta la llegada del comunismo. Los gobernantes no entienden su identidad y se proponen un nuevo enfoque destruyendo gran parte de su identidad lo que lo convierte en u n lugar abandonado.
De inmediato se convierte en un lugar marginal que atrae grupos criminales y la gente empieza a abandonarlo. Sumado a que con la independencia surgen conflictos con la etnia albanesa el bazar se convierte en un gueto. Son sus peores años y los macedonios evitan visitarlo. Pero con los acuerdos de paz entre ambas partes logra que cambie su suerte. El gobierno entiende su potencial y pide a la comunidad albanesa que se implique en su desarrollo e impulsado por el turismo el bazar vuelve a la vida.
Sigo caminando sin saber por dónde estoy y me meto en una de las tantas mezquitas del barrio y aunque es mucho más austera que la de Tetovo me quedo un rato sintiendo la calma del templo por la tarde. Al salir sigo dirigiéndome al norte, alejándome cada vez mas de las zonas turististicas y veo que las calles empiezan a dejar de estar tan cuidadas y menos comerciales. Algunas mujeres están con el velo típico y los chicos corren jugando a las escondidas. Descubro otra Mezquita, esta vez la de Mustafa Pasa que se alza sobre una pequeña montaña. Su minarete es visible de la distancia y de esa forma empiezo a ubicarme en el bazar. Sin querer termino en una gran plaza llena de puestos donde la gente vende prácticamente de todo. La gente no deja espacio en los pequeños pasillos y todo el mundo grita sus promociones esperando compradores. Es el Bit Pazaar el mercado más grande de la ciudad y no es quizás la zona más turística de Skopje. Pienso que ya es suficiente y decido volver al sur para seguir viendo la zona céntrica de la ciudad.
Sobre la orilla norte del rio Vardar el gobierno fue desarrollando la mayor de las obras de la plataforma Skopje 2014. Ya había pasado por los Museos de Arqueología y de la Resistencia Macedonia y ahora sigo viaje hacia el Teatro Nacional. El original obviamente fue destruido en el terremoto de 1963 y la estructura desarrollada por el socialismo no era suficiente así que decidieron crear una nueva sede sobre las ruinas del anterior.
Como todos los edificios de este proyecto se caracteriza por exteriores en colores claros (en este caso verde) con numerosas estatuas. Una de las cosas que más me llamo la atención es increíble la cantidad de estatuas que se encuentran por toda Skopje. Incluso en los puentes como el de las artes o el Puente del Ojo que tienen decenas de estatuas pese a su corta extensión. Es verdad que quizás hay una necesidad de honrar la memoria de muchísimas figuras y personalidad, pero el resultado es un poco cargante y contribuye a esas críticas que tienen todas estas obras.

Por la noche los edificios están se iluminan resaltando aún más el blanco de las estructuras y el paseo a la vera del rio se vuelve interesante. Estamos en primavera y todavía hace calor en la noche, los habitantes de la ciudad salen a disfrutar de la ciudad y la Plaza Macedonia estalla de jóvenes y niños charlando, bailando y jugando. Algunos aprovechan los puentes para sacarse fotos y sentado bajo la sombra de Alejandro Magno pienso que es una buena manera para finalizar mi primer día de exploración en Skopje.