Me levanto temprano porque hoy toca salir de la ciudad. La excursión es al cañón del rio Matka una de las zonas más cercanas a la capital para alejarse del ruido de la ciudad y conectarse con la naturaleza. Pero como hoy es mi último día en la ciudad tengo que conocer dos lugares más. El primero le dedico unos minutos y es la antigua estación de trenes de la ciudad. Destruida durante el terremoto de 1963 quedo como monumento a las víctimas y a la identidad perdida de la ciudad. En la cima se encuentra un reloj congelado en la hora exacta de la tragedia. Siguiendo por la peatonal hacia el centro paso por la casa de quizá una de las habitantes más famosas de la ciudad: la Madre Teresa de Calcuta. Todos la conocemos como albanesa, pero ese es solo su origen étnico y los normacedonios también la reivindican. Para ello dentro del plan Skopje 2014 decidieron reconstruir su casa qua había sido destruida. Pero no contentos con ello la readaptaron al siglo XXI quedando un edificio bastante kitsch con ventanales enormes y techos cortados. En el interior hay un museo para conocer su vida y como era la ciudad en su época.
Ahora si después de una breve visita (porque me cuesta bastante los museos) me encamino hacia la estación de autobús para poder llegar al cañón Matka. Comienzo a buscar el andén correspondiente cuando me llevo una sorpresa y es que esperando el mismo autobús se encuentran los tres malayos del viaje desde Sofía. Nos ponemos a charlar y decidimos encarar la visita en grupo ya que ninguno tiene mucha idea de hacia dónde estamos yendo. En mi caso todavía había comenzado con una simple conversación en el hostel donde varios me habían recomendado visitar esa zona. Les cuento a los malayos que ni googlé el lugar que estamos yendo y creo que les doy un poco de pena porque me invitan a seguirlos. Ellos vienen planeando este viaje en cada etapa, excursión y movimiento. Se conocen cada uno de los lugares que están por visitar y saben porque elijen uno por sobre otro. Seguimos hablando sobre el viaje durante unos minutos hasta llegar a la base del Cañón.

El espectáculo es hermoso. Unas montañas altas y tapizadas de un bosque profundamente verde. En el medio un rio grande y de aguas verde turquesas. La mañana es calurosa y el cielo está completamente limpio. La luz del sol de la mañana brilla y se empieza a sentir de a poco el calor de la primavera. La excursión es simple, se empieza por un camino en el medio del bosque con una dificultad tranquila. Al principio vemos muchas familias haciendo picnics o disfrutando de la mañana. El camino pasa por debajo de un bosque frondoso y se ve el rio a la distancia. Pero poco a poco el camino va tomando altura. Los árboles se empiezan a hacer escasos y la ruta se dificulta. Se empiezan a ver algunos escalones y cada vez somos menos los que estamos caminando.
El plan es llegar hasta el Monasterio de San Nicola Shishevski que se encuentra unos kilómetros rio arriba. Nos preparamos tratando de no sobre exigirnos ya que el día empieza a ser caluroso y el sol pega fuerte sin nada que nos proteja. El camino corre paralelo a la montaña y a veces se debe escavar un poco dentro de ella formando una pequeña gruta. Al ganar altura la vista del rio es más bella. El agua es de un color turquesa profundo que brilla aún más con la luz del sol. Algunos se animan a navegarlo en kayaks, barcas o canoas. El rio fue erosionando lentamente el cañón durante millones de años generando un entorno ideal que fue coronado con una represa hidroeléctrica que inundo la zona. La represa sorprendentemente sobrevivió al terremoto de 1963 y sigue iluminando la ciudad de Skopje.



En el autobús todos vamos durmiendo ya que casi no hay energías. Al volver a Skopje aprovecho lo último que me queda de vida para dar una vuelta de noche por los monumentos más típicos de la ciudad. Paso por Porta Macedonia el único arco del triunfo que tiene el país. Obviamente más pequeño que su par parisino, pero igual de grande que la estatua de Alejandro Magno en Plaza Macedonia. Lo diseño la misma arquitecta y ambos miden 21 metros lo que demuestra lo aparatosos que son. Encima al haberlos pintado de un blanco tan brillante choca aún más y resalta demasiado en el paisaje. Fue creado para marcar los 20 años de independencia y es una especie de resumen de la historia nacional. Sigo camino por algunos ministerios como el de Relaciones Exteriores y me meto en el bazar. De noche nadie camina por sus calles y salvo algún bar pequeño casi parece un pueblo fantasma. La tranquilidad es envidiable pero luego de un rato creo que es hora de enfilar hacia el hostel...Mañana abandono Skopje