Dia 7. Isla de Mykines.
Nos levantamos y oh, sorpresa. De nuevo luce un sol estupendo. Qué suerte ! Al menos que aguante un ratito...
Salimos hacia Sorgvagur prontito para coger el ferry que sale a las 10'20. Además del pasaje, es imprescindible reservar la haking fee" de 27 euros/ persona.

El ferry es el lugar donde encontramos mas gente, y se va llenando con una cierta calma, algunos que llegan tarde y otros sin reserva que esperan alguna baja. No sale puntual pero tampoco nos preocupa. Aquí manda el capitán…
El trayecto son 45 minutos y es espectacular. Pocos pasajeros charlan. Casi todos toman fotos o disfrutan del paisaje immenso en silencio. Por el camino, las Gasholmur y Tindholmur, la mas famosa de la islas en el camino que rodeamos.

Llegamos a Mykines y nos sorprende que hay gente esperando e incluso turistas, por lo que habrán dormido aquí. A pesar que en la guía Brandt dice que no hay bar ni guesthouse, sí los hay. Así que seguro que algún BB funciona.
Llegamos a puerto y empezamos a subir escaleras. Al lado, el curioso ascensor - montacargas que es una especie de engranaje con una plataforma que sube y baja maletas y mercancias.
La excursión a Mykines tiene como punto fuerte el llegar hasta el faro, pero no podrá ser. Desde hace semanas está cerrado el camino por restauración. Nos conformamos con llegar al punto panorámico que es realmente espectacular.

Van llegando más personas pero en silencio y muy respetuosas. Tenemos a cientos de frailecillos a poco más de un metro. Y nos quedamos un buen rato contemplandolos y disfrutando de este precioso momento.
Tomas cientos de fotos. Es inevitable. O simplemente los miras. Además son muy graciosos.. Eso sí, te piden por favor y te remarcan en carteles que no te acerques al acantilado para no pisar los nidos

Estamos en una nube…
Regresamos por el camino más largo ( y más plano ) hasta Mykines. En unos minutos, empieza a llover por lo que optamos por buscar el bar del pueblo que por otro lado es donde está más de la mitad del barco. Es un minúsculo bar, y por suerte tiene una planta inferior donde encontramos sitio. Es un lugar sencillo, donde puedes tomar algo y comer el plato del día. Y pagar con tarjeta ! Además, está al lado del lavabo público ( limpios como una patena y con calefacción).
Media hora más tarde para de llover y vuelve a salir el sol. Decidimos aprovechar para llegar a los acantilados y los puntos panorámicos marcados. Queda un par de horas para regresar al barco y nos sentamos en el prado a tomar el sol. Ahora hace mucho calor.

A la hora marcada, el ferry llega más o menos puntual. Y así como a la ida ha pasado lista a la vuelta no, y casi que hay más gente que a la ida.
No sabemos si es tradición o porque el capitán está inspirado, pero al regresar pasamos muy cerca de los acantilados de Gassaldalur y su cascada que cae al mar.

Regresamos a casa muy contentos y felices porque era una excursión muy esperada y ha salido todo muy bien. Y nos acompaña todo el camino un sol espectacular… Un día de 10.
Y mañana más…