Blogs / Diarios 
Hoy nos desplazamos hasta el norte de Tenerife para visitar el Parque Rural de Anaga, que presume de tener uno de los ecosistemas más ricos de la isla (con multitud de especies endémicas) y está declarado como Reserva de la Biosfera.
Montañas, bosques de laurisilva y playas nos esperan en una jornada intensa.
Antes de comenzar:
Anaga es una zona muy protegida y sensible, por lo que está muy controlado el acceso a ciertos senderos.
El más importante es el del Pijaral, limitado a 45 personas por día.
Actualmente la solicitud sólo puede realizarse 15 días antes de la visita, por lo que hay que estar muy atentos.
Nosotros nos quedamos sin realizarlo por falta de previsión.
La reserva se realiza en la siguiente web
Otro sendero protegido es el que transcurre en la Zona de Exclusión de Monte Aguirre. Éste tiene menos disponibilidad aún que el del Pijaral, sólo 20 personas por día. Sin embargo, las reservas pueden realizarse hasta 90 días antes de la visita en esta web
Qué llevar en la mochila:
• Ropa de abrigo (vale con un cortavientos o chubasquero ligero). A pesar de estar en pleno verano, el clima en Anaga es muy cambiante y puedes pasar del sol intenso a la lluvia en unos minutos. Sobre todo en las partes más frondosas del bosque de laurisilva, donde la humedad es muy alta.
• Bañador. Habiendo buenas playas cerca, merece la pena acercarse a cualquiera de ellas para darse un chapuzón tras el pateo.
• 2-3 litros de agua por persona, principalmente en los meses más calurosos.
• Algo de comida.
Al no poder realizar el sendero de El Pijaral, optamos por el que transcurre por la Zona de Exclusión de Monte de Aguirre (que curiosamente estaba menos solicitado a pesar de tener menos disponibilidad).
En todo el sendero no encontramos ningún tipo de control, como curiosidad, y eso que lo hicimos dos veces (ida y vuelta).
Ficha rápida de la ruta:
• Tipo: lineal (ida y vuelta)
• Duración: 2 horas (una por trayecto)
• Distancia: 5,5 km (ida y vuelta)
• Acenso total: 269 m
• Descenso total: 286 m
• Altitud mínima: 985 m
• Altitud máxima: 1018 m
El sendero se puede comenzar en dos puntos diferentes:
Punto 1
Es el que elegimos nosotros. Está a unos minutos del mirador del Pico del Inglés, una zona ideal para dejar el coche si es muy temprano.
A primera hora no hay nadie, sólo niebla. Da un poco de reparo dejar el coche tan solo, pero no hay muchas más alternativas. A media mañana el mirador se llena de turistas y es imposible aparcar. Hay que tener en cuenta este detalle.
Frente al inicio del sendero hay un antiguo bar de carretera con la facha pintada de verde, donde la gente solía estacionar tiempo atrás. Pero actualmente se encuentra cerrado con vallas y cadenas.
Teniendo esta edificación como referencia, es sencillo encontrar el inicio del sendero.
Punto 2
En Google Maps aparece como “Sendero Jardina”.
En nuestro caso fue el final de la ruta, y suele haber más coches estacionados que en el mirador. El final de la ruta da a una carretera que une los pueblos de Jardina y Vega de las Mercedes con la carretera que va hasta el Centro de Visitantes de la Cruz del Carmen.
Aparcamos el coche a eso de las 10 horas, y en unos minutos llegamos al inicio del sendero andando por la carretera. A esa hora el tráfico es prácticamente nulo.
El inicio del sendero es algo peligroso, puesto que el suelo estaba completamente mojado. Entre los vientos alisios, la exagerada humedad y la frondosa vegetación no llegan apenas rayos solares. Es aconsejable usar chubasquero en este tramo.
Descendimos por el imponente bosque de laurisilva repleto de tejos, laureles, helechos, musgos y líquenes 30-45 minutos hasta llegar a una zona algo más descubierta, donde poder contemplar las impresionantes vistas del parque.
El sol ya comenzaba a hacer acto de presencia, así que nos quitamos el chubasquero (porque hacía bastante calor).
Atrás dejamos el bosque húmedo para atravesar una zona más seca donde predominaban las pitas, chumberas, alcachofas salvajes y vegetación similar.
Como no llevábamos muy estudiada la ruta (no hay mucha información al respecto), una vez llegamos al punto de finalización (Sendero Jardina) no sabíamos qué hacer.
No nos gusta repetir senderos, pero viendo que el pueblo más cercano o parada de bus estaba a 15 minutos, que había muy poca información de las guaguas y que volver al Pico del Inglés por carretera nos llevaría casi una hora, decidimos volver por el mismo sendero.
A las 12:15 ya estábamos en el coche.
Pensado que estaríamos solos a la vuelta, había decenas de personas y multitud de coches en la zona. Muchos turistas paran allí para contemplar las vista desde el mirador. Los arcenes estaban totalmente ocupados, sobre todo en un punto bastante famoso (Túnel de hadas) donde la gente se hace foto sin importarles dejar el coche molestando e impidiendo el tráfico. Postureo total.
Nos dirigimos hacia el centro de visitantes para dejar el coche y hacer una ruta que no necesitaba permiso: Bosque de los Enigmas.
Fue totalmente imposible aparcar en el centro y alrededores, pues estaba totalmente masificado.
Tuvimos que volver dirección mirador Pico del Inglés y dejar el coche en un hueco libre, tras estar un rato dando vueltas y buscando aparcamiento.
El sendero comienza junto al restaurante “Cruz del Carmen”: https://goo.gl/maps/MuDeEuVbJJMPRcr39
Ficha rápida
• Tipo: circular autoguiado
• Dificultad: baja
• Duración: 1:15
• Distancia: 5 km
• Ascenso total: 201 m
• Descenso total: 196 m
• Altura mínima: 823 m
• Altura máxima: 990 m
Está muy bien señalizado, aunque hay que estar atentos a los cruces para tomar el camino correcto. No tiene pérdida.
Comenzamos a las 13:45, aproximadamente.
Hay postes con números indicando el sentido del sendero, y en ocasiones un único gráfico de un senderista junto con la flecha de la dirección a seguir.
Nosotros comenzamos por el poste número 6 dirección Mirador de Zapata (1), al que llegamos a las 13:20 (40 minutos).
Alternamos bosque de laurisilva en los que los árboles vecinos se “abrazan” con pistas forestales, algunos tramos por carretera (cruces)
A las 14 horas terminamos, volvimos al coche y nos dirigimos hacia la costa.
En 30 minutos llegamos a la primera de ellas, la Playa del Roque de las Bodegas. Decidimos no bañarnos porque la zona era muy abrupta y no había apenas espacio, aunque la playa es preciosa, con unas aguas puramente cristalinas.
Paramos a almorzar (hay varios restaurantes a pie de carretera, todos pegados, donde degustar pescado fresco de la zona, pulpo y demás) y decidimos probar suerte con la Playa de Benijo, a sólo unos minutos en coche.
La zona estaba muy concurrida, ya que era agosto y hacía muchísimo calor. Nos costó bastante aparcar, pero tuvimos algo de suerte.
Nos dimos un buen baño y comenzamos el viaje de vuelta (estábamos a dos horas del Teide).
Tuvimos que cruzar una serie de carreteras de montaña, muy sinuosas, hasta llegar al pueblo de San Andrés, donde conectamos con la autovía TF-1 hasta Abona, rodeando la costa. Después nos desviamos hasta el pueblo de Chimiche.
Hicimos una parada la Bodega Frontos, un negocio familiar (fue fundada en 1949 por Manuel Luengo, un zamorano desplazado a Tenerife) donde nos atendieron maravillosamente, antes y durante la visita, que habíamos reservado semanas atrás.
Tienen grandes vinos premiados en diferentes certámenes de viticultura ecológica, entre otros.
El suelo es totalmente volcánico, que sufre la extrema sequía fruto del cambio climático reflejada en unas mermas de producción escalofriantes. Es una pena que el viñedo contiguo a la finca esté prácticamente perdido por esta razón.
Esta circunstancia da vinos muy concentrados, de gran calidad y escasa producción.
Tienen un viñedo en zona de costa (Los Blanquitos, a 600 m de altitud, con suelo de jable para conservar la humedad) y otro cercano al Teide (Los Frontones, a 1700 m de altitud, con suelo volcánico puro).
En Los Frontones cultivan las uvas tintas Baboso Negro, Verijadiego, y Listán. Y en Los Blanquitos, las uvas blancas Gual, Verdello, Marmajuelo, Albillo y Malvasía.
Catamos los siguientes 5 vinos, con queso, uvas y frutos secos:
• Frontos Blanco Seco Ecológico (100% Listán Blanco)
• Frontos Blanco Seco (50% Malvasía y 50% Marmajuelo)
• Frontos Blanco Afrutado (100% Listán Blanco)
• Frontos Tinto 2019 (100% baboso negro)
• Frontos Tinto 2018. Con un mayor paso en barrica y botella (añada anterior).
La visita fue muy interesante y didáctica, y nos llevó unas dos horas.
Llegamos bastante tarde al Parador (una hora de interminable carretera de montaña), con el tiempo justo de cenar y descansar tras un día agotador.
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
