Hoy es nuestro último día en la selva.
Desayunamos lo mismo que ayer, que nos encanta, y nos vamos a caminar durante 1h30’, donde nos vuelve a pasar lo mismo con el barro.
Acabo tan sucia que tenemos que lavar los calcetines y los pantalones en el rio. Supongo que en el viaje de vuelta se secarán.
Nos despedimos de Ruth y Jesús y de todos los demás de su grupo, puesto que ellos se quedan un día más en la selva, e iniciamos nuestra vuelta en barca a Nauta.
En el camino tenemos la suerte de ver un perezoso a 2m de nosotros. Tiene una cara superbonita.
Esta vez no me pierdo el origen del Amazonas. Se ve el cambio de color de las aguas entre los 2 rios, por el vamos, que es el Yurapa, es más claro, aunque si lo ves solo se ve marrón, pero el Amazonas lo es mucho más.
Por la parte que nosotros navegamos debe de haber unos 2m de ancho.
El viaje es muy largo, unas 4h, durante las cuales dormimos, escribo y hablamos. También recogemos a una chica por el camino que necesitaba transporte. Por aquí no pasan los barco-bus, así que tienen que esperar que alguien les lleve.
Sobre las 14:30 llegamos a Nauta. Comemos en el restaurante Manuelita, en la plaza de armas, donde comemos el menú por 6 soles, papa a la huancaína y tallarin saltado.
Después César fue a buscar un taxi que nos llevara a Iquitos a nosotros y a todos los trastos que llevábamos.
A las 17:15 llegábamos al hotel. Después fuimos de banco en banco a ver si podíamos sacar todo de golpe, pero nada, tuvimos que sacarlo en 2 veces y pagar 2 comisiones.
Después fuimos a la lavandería Imperial a hacer la colada por 10 soles, pero la doblamos nosotros porque cerraban a las 19h y si no no nos la lavaban. De todas maneras no queríamos lavar toda la ropa, solo queríamos llegar limpios a España. Lavamos 4kg de ropa.
Llevamos la ropa al hotel y buscamos hotel para Lima. Al final reservamos en el Kusillus porque no había sitio en el Place hostal, y los demás eran un poco caros.
Fuimos a cenar a Los Leñadores (cerca del hotel y a una cuadra de la plaza de armas) y cenamos superbien, tequeños, lasaña y jugo de plátano.
Volvimos al hotel y por fin nos pudimos sacar la roña que llevábamos encima y refrescarnos.
En Iquitos hace muchísimo bochorno, es horroroso, todo el rato estás empapado.
Yo ya tengo ganas de irme de esta zona, además llevo picaduras por todo el cuerpo, 15 en gluteo izquierdo. Me pica un montón y me pone de los nervios.