Días 11 y 12: La Roche-Bernard y la vuelta a casa. ✏️ Diarios de Viajes de FranciaHoy es nuestro último día en Bretaña y hemos ideado un plan relajado que consiste en ir bajando para, cuando nos demos cuenta, estar ya en la ruta hacia casa. Queremos volver a Vannes para desayunar, otra vez, en La Huche à Pain. Hoy no hay...Diario: 10 días de verano en la Bretaña francesa⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos) Etapas: 13 Localización: FranciaHoy es nuestro último día en Bretaña y hemos ideado un plan relajado que consiste en ir bajando para, cuando nos demos cuenta, estar ya en la ruta hacia casa. Queremos volver a Vannes para desayunar, otra vez, en La Huche à Pain. Hoy no hay mercado, es temprano, y todo está muy tranquilo. Escogemos un par de pastas más elaboradas (ayer fueron croissants), café con leche y un zumo, todo por 9€. También, compramos unos bocadillos -que tienen muy buena pinta- para comer en algún punto del camino. En la terraza, continuando con el absurdo de la comparativa Vannes-Rennes, llegamos a la conclusión de que Vannes gana en cuanto a arquitectura típica de Bretaña, y Rennes gana en ambiente y actividades. En cualquier caso, nos ha gustado mucho visitar las dos. Damos una vuelta por el centro y compramos algunos souvenirs (apenas hemos pensado en ello durante el viaje) antes de volver a nuestro alojamiento, para empezar el camino de vuelta con parada en uno de los últimos pueblos de Bretaña: La Roche-Bernard. La Roche-Bernard Llegamos en unos 30 minutos. Parece que hayamos ido siguiendo al mercado semanal porque también nos lo encontramos aquí, aunque conseguimos aparcar cerca del centro. Lo primero que nos da la bienvenida es un cartel en el que se lee “pequeño pueblo con carácter”, y vemos que las farolas también tienen la espiral al final del poste, así que con esto y un par de fotos que hemos visto, tenemos garantizado que este pueblo nos va a gustar. Pasamos el mercado y llegamos a la place du Bouffay. Es coqueta y tiene encanto, pero nada que destaque. Hay un tiovivo, unas terracitas y algunas casas bonitas, aunque ya sin entramado de madera. Parece que hay bastante vida local, en la plaza y en los alrededores. Miramos la página de turismo y vemos que, justo al lado, está el barrio de los artesanos. Llegamos a la entrada del barrio y vemos que aquí sí que hay artesanos y que esto sí que es Bretaña. Las casitas son, en su mayoría, de piedra, hay mucha vegetación, tanto en los alrededores como en las paredes de las casas, y hay piezas de artesanía de una calidad que creemos no haber visto hasta el momento. Además, esto se ha potenciado y cada uno de los ateliers ha sido puesto en valor, decorado por dentro y por fuera como toca. Entramos a algunos y los artistas nos explican la manera en la que han sido elaboradas sus piezas. Unos de ellos nos anima a encontrar sus figuritas esparcidas por las calles y edificios de todo el barrio. Son muy originales y las identificamos rápidamente. No vamos a comprar nada, pero visitar las tiendas ha estado bien para hacernos una idea de lo que se hace por allí. Desde el barrio, tomamos un sendero que nos conduce a un pequeño jardín, con algún banco y árboles, así que paramos aquí a comer el bocadillo. El camino sigue por una calle que hace de mirador, desde la que vemos el río y algunas barquitas, y acaba en una placita con unos cañones, a los que no nos acercamos porque hace demasiado sol y calor, y está bastante lleno de gente haciéndose fotos. Seguro que, desde allí, también hay muy buenas vistas del río. Empezamos a volver y pasamos por la iglesia de Saint-Michel. No vamos a acercarnos al puerto porque hace demasiado calor. Lo dejamos para cuando volvamos a Bretaña. Supongo que, el calor que hemos pasado estos días, no es propio de esta región. Apenas hemos usado el chubasquero, y nos hemos puesto morenos... Saintes Llegamos a Saintes después de unas 3 horas de carretera. En el camino de ida, vimos unas ruinas a lo lejos que nos llamaron la atención, así que, buscando información, leímos que hay algunos monumentos que merece la pena visitar. Buscamos un camping por la zona y encontramos Au Fil de l’Eau, justo al lado del núcleo urbano pero en un entorno natural. Está muy bien organizado y hay mucho espacio para tiendas de acamapada. Además, tiene piscina... Plantamos la tienda por 16,16€ la noche. Llegamos al centro de Saintes y aparcamos en la avenida Gambetta, pagando. Pasamos por un súper para comprar algo para cenar, y, de camino, examinamos el entorno. La calle podría haber sido la gran avenida que quiere cualquier ciudad, con sus árboles perfectamente alineados y todos los edificios construidos a la misma altura y casi del mismo estilo, pero parece que, en algún momento de su historia reciente, haya sufrido las consecuencias de alguna crisis, y que eso la haya llevado al abandono. Vemos muchos locales cerrados (algunos permanentemente), persianas de madera destrozadas, gente bastante joven pidiendo en la calle, y basura acumulada en algunos balcones. Pensamos que es mejor mover el coche y dejarlo al otro lado del río, donde todo parece más habitado, pero antes, nos acercamos al arco de Germanicus y al puente que cruza el río, para ver si hay buenas vistas. Empezamos a pasear y vemos que la ciudad sigue manteniendo esa falta de vida, incluso en los alrededores de muchos monumentos. Estamos algo desconcertados y buscamos información al respecto, pero todo lo que encontramos son páginas de turismo que hablan sobre las bondades de Saintes, sobre su anfiteatro galo-romano, y que fue nombrada ciudad de arte y cultura. Puede que, al ser agosto, la gente haya escapado de la ciudad, y que el calor mantenga encerradas a las personas que siguen allí. Vamos a buscar el anfiteatro y, de camino, nos encontramos con la mole de la catedral de Saint Peter, de proporciones descomunales, así que entramos a verla. Leemos que es de estilo gótico flamígero, pero la sensación que da es más bien de cueva profunda, con muros y columnas enormes, y vidrieras altas y no demasiado grandes. También, nos llama la atención la forma de su campanario. Atajamos por unas escaleras que atraviesan un barrio de aires italianos, y las subimos hasta llegar a un mirador. Finalmente, encontramos el anfiteatro, muy dejado y con algunos andamios, y pensamos que no merece la pena bordearlo porque todo a su alrededor es zona muerta. Se ha hecho un poco tarde, así que volvemos al centro y buscamos algun rincón bonito para comer un bocadillo. Encontramos una plaza al lado de la abadía de las mujeres, un remanso de paz rodeado por algunas ruinas y árboles. Realmente, parece que estemos en algún rincón de un pueblo italiano, y cenamos allí con la única compañía de un gato (al final cenamos los 3) mientras el sol va cayendo. Y Volvemos al camping para dormir. ¿Decadencia franco-italiana o piscina? Parece mentira, pero elegimos piscina. Nos damos un baño por la mañana, tomamos un café en el bar del camping y salimos hacia nuestra siguiente parada. Agen es la ciudad escogida, porque está más o menos a 2 horas y media de allí y hemos visto alguna foto que nos ha gustado. Aprovechamos la parada para ir a un supermercado a comprar la comida y unas galletas que hemos descubierto en Bretaña, de las que nos vamos a llevar un par de cajas para casa. En Agen hace tanto calor que aparcamos el coche cerca del río, y no somos capaces de llegar hasta el centro. Nos quedamos a comer la ensalada que hemos comprado en un paseo enorme, en el que hay una pérgola muy bonita, a la sombra de los árboles. No hay ni un alma por la calle. Normal. Llegamos a casa por la noche. Afortunadamente, estamos tan cansados que no tenemos tiempo de pensar que ya no estamos en Bretaña. Alguien del foro me advirtió que la vuelta de Bretaña iba a ser dura, porque todo lo demás me parecería peor. Escogimos no hacer tantas horas en un solo día y parar en Saintes, que parecía lo suficientemente diferente de Bretaña como para no tener que caer en ninguna comparación. Creo que ha sido un error. Seguro que Saintes, durante el día, tiene muchos atractivos y algo más de ambiente del que encontramos ayer (nunca lo sabremos porque escogimos piscina), pero, además de lo inquietantemente deshabitado que estaba todo, creo que ningún otro lugar de Francia me aportará lo mismo que la experiencia de estos días de verano en Bretaña Índice del Diario: 10 días de verano en la Bretaña francesa
01: Introducción
02: Día 1: de casa a Château-Guibert
03: Día 2: Rennes
04: Día 3: Museo de Robert Tatin, Fougères y el Mont Saint-Michel
05: Día 4: Las ovejas de Saint-Michel y la joya de Dinan
06: Día 5: Saint-Malo y Saint-Suliac
07: Día 6: Dinan, Abadía de Beauport, Paimpol, Costa de Granito Rosa
08: Día 7: Amanecer en Trégastel y anochecer en Huelgoat
09: Día 8: Huelgoat, Locronan y Pont-Aven
10: Día 9: La Sorpresa de Auray y los megalitos de Carnac
11: Día 10: Vannes, Rochefort-en-Terre y Josselin
12: Días 11 y 12: La Roche-Bernard y la vuelta a casa.
13: Conclusiones, presupuesto y consejos
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
Últimos comentarios al diario: 10 días de verano en la Bretaña francesa
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados De viaje por Francia: diarios, viajes y excursiones en coche.
Recopilación de todas las etapas que he publicado en el foro de...
⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 1028
11 DÍAS POR BRETAÑA Y NORMANDÍA CON NUESTRO COCHE.
Pueblos con magia, castillos de cuento, costas, faros y el Monte San...
⭐ Puntos 4.94 (18 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 566
FRANCIA Y SUS PUEBLOS-2016/2022
VIAJE QUE REALIZO CON MI HIJO EN NUESTRO PROPIO COCHE,CON MUCHAS GANAS,MUCHAS EXPECTATIVAS,MUCHA...
⭐ Puntos 4.80 (10 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 413
Ruta de 10 días recorriendo el sur de Francia y los Alpes franceses en coche
Guía práctica de un viaje por ciudades de cuento...
⭐ Puntos 4.57 (7 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 358
TOUR DE FRANCE.
Recorrido en coche por alguno de los sitios más importantes de las regiones de Languedoc-Rosellón, Midi-Pyrenees, Aquitania, Valle del Loira, Bretaña y Baja...
⭐ Puntos 4.96 (27 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 304
Galería de Fotos
|