NOV 29 MAR.- LLUVIA Y BARRO, OASIS Y PAMERALES. ✏️ Diarios de Viajes de Arabia SaudiAmaneció lloviendo por lo que supusimos que nuestra visita a Hegra no sería factible. Aun así, y tras recoger nuestro equipaje y dejar este alojamiento que nos acogió tan amablemente, nos encaminamos directamente a la puerta del yacimiento...Diario: ARABIA SAUDÍ: 19 DÍAS Y 6.000 KM POR LIBRE⭐ Puntos: 3.8 (12 Votos) Etapas: 20 Localización: Arabia SaudiAmaneció lloviendo por lo que supusimos que nuestra visita a Hegra no sería factible. Aun así, y tras recoger nuestro equipaje y dejar este alojamiento que nos acogió tan amablemente, nos encaminamos directamente a la puerta del yacimiento (pasando del autobús de Winter Park) donde los vigilantes nos confirmaron que hoy no había visitas porque el parque arqueológico estaba cerrado por la lluvia. Le preguntamos si al día siguiente podríamos visitarlo y el vigilante nos dijo que volviéramos y que en la oficina nos cambiarían nuestra entrada de hoy martes por otra nueva para el mismo miércoles. Como de vez en cuando la lluvia paraba optamos por recorrer algunas carreteras de las que circundan Al Ula, tomando primero la que sale del propio Winter Park hacia el norte y que, tras superar un pequeño puerto de montaña en muy pocos kilómetros, lleva hasta el Harrat Viewpoint, impresionante mirador sobre el valle. A cada curva había que parar para hacer magníficas fotos de paisajes. Las lluvias habían convertido en pantanos buena parte de la meseta superior, y en su precipitada bajada hacia el valle, componían pequeños riachuelos de aguas muy vivas, que atravesaban continuamente la carretera (comprometiendo la conducción), de modo que incluso se habían comido algunos trozos de asfalto. De nuevo las caprichosas y numerosas formas originadas por la erosión nos saludaban cada dos por tres, obligándonos a para para inmortalizarlas en unas cuantas fotografías, y así aquí veíamos una cabeza, allá una especie de dinosaurio y acá las torres de una catedral gótica. Cuando bajamos intentamos tomar algo en cualquiera de los pequeños puestos de comida que hay en Winter Park, pero lamentablemente estaban todos cerrados, así que patatas fritas de bolsas y rumbo a la zona de Elephant Rock, donde llegamos sin problema con el pequeño Yaris por unos caminos de tierra hoy endurecida por la lluvia. Otra cosa es querer ir más allá por las pistas de arena por donde solo circulan los 4x4, afición muy aplaudida por los saudíes, que pueden pasarse horas subiendo y bajando dunas y laderas de arena de forma casi temeraria con sus todo-terreno repletos de familiares y amigos. Aquello, a pesar de la lluvia, estaba de bote en bote, si bien siempre hay un hueco para un coche más y así pasamos un buen rato haciendo fotos y terminando de recorrer la zona, donde hay decenas y decenas de farallones rocosos, huecos entre las laderas, pináculos, gorgonas y medusas de piedra y otras mil caprichosas formas que la erosión ha ido tallando en las rocas y montes, siendo uno de los paisajes más singulares de Arabia y de casi todos los desiertos que hemos visitado. Hoy el acceso a la emblemática roca ya no es posible libremente, pues está totalmente perimetrado por una valla, ya que en su interior, durante los meses de invierno, es escenario de determinadas acciones culturales, para las que hay que reservar entrada (de pago), pero ello no impide que la “roca del elefante” se pueda ver perfectamente casi desde cualquier punto. Ya con muy poca luz natural, nos dirigimos hacia el homestay donde teníamos reserva para esta noche, el “Albashier Private Apartment”, donde conectamos con el propietario, tomamos la llave del típico cajetín en la puerta y tras varios intentos (allí había al menos 5 apartamentos) dimos con la cerradura del nuestro y… se nos cayó el alma a los pies. Nuestra puerta daba a un descansillo que se había convertido en un almacén de trastos, mangueras y basura. Pero es que una vez la abrías, a la izquierda aparecía la zona de baño (por llamarla de alguna forma) con un lavabo sucio y viejo, un montón de zapatillas de sabemos de quién y más allá un cuartucho con un inodoro con una tapa que ni de cuartel, igualmente viejo y con restos de los que mejor ni hablar, con la cisterna rota de modo que no paraba de salir agua que estaba inundándolo todo y con la habitual manguerilla (tirada por el suelo) y una ducha raquítica en medio de todo. Algo realmente asqueroso y que no usaríamos ni aunque fuera el único aseo en 200 km a la redonda. Por otro lado, la habitación no era mejor, pues no había ni una silla ni un sillón, no había TV, en la pequeña ventana que daba a un patio, un aparatado de aire de cuando se inventaron y dos camitas de 80 cm con unas sábanas tan arrugadas y con tantas "sombras" (tampoco investigamos más) que no invitaban siquiera a sentarse. A nuestros vecinos se les oía perfectamente y el olor a humedad era tan intenso que optamos por anular allí mismo la reserva con el dueño, lo que aceptó sin dudar mucho. Además, cuando le preguntamos por las toallas nos dijo que no había, que las teníamos que aportar los usuarios. Todo esto reservado por unas fotos de Booking que poco o nada se parecían a la realidad y encima por unos nada económicos 210 SAR (sin desayuno). Salimos de allí como alma que lleva el diablo pensando si tendríamos que pasar una nueva noche en el Yaris o tendríamos la fortuna de que en nuestro hotelito del fin del mundo, todavía quedara alguna habitación libre. Y hacia allá nos dirigimos rápidamente. Cuando llegamos, estaba abierto pero no había nadie, así que conociendo el lugar subimos a la que había sido nuestra habitación la noche anterior y nos quedamos boquiabiertos. Saliendo del ascensor el pasillo era una laguna y el dormitorio otra, y además el techo del baño se había desplomado. Por lo visto las lluvias no habían perdonado al edificio que, aunque nuevo, no soportó los aguaceros de la mañana. Cuando bajábamos vimos a otro chico que estaba recogiendo, como podía, agua de los suelos. Le preguntamos si podíamos alojarnos esa noche y nos dijo que si, aunque nos dio la habitación contigua a la primera, que tenía los suelos secos, pero donde entraba agua desde el pasillo. Al menos teníamos techo, cama y un baño asequible. Conocedor ya de algunas costumbres locales y habiendo sido cliente del hotel, cuando le pregunté el precio y me dijo los consabidos 300 SAR, le planteé la posibilidad de pagar 500 SAR por dos noches, cosa que en puridad, haríamos. Y le pareció bien. Imagenes relacionadas Índice del Diario: ARABIA SAUDÍ: 19 DÍAS Y 6.000 KM POR LIBRE
01: ¿POR QUÉ ARABIA SAUDÍ?
02: ASPECTOS LOGÍSTICOS PARA VISITANTES EN ARABIA SAUDÍ
03: NOV 24 JUE y 25 VIE.- LLEGANDO A ARABIA Y PRIMEROS PASOS.
04: NOV 26 SÁB.- POR LOS DESIERTOS DEL NORTE
05: NOV 27 D.- LOS MEJORES PAISAJES ESTÁN EN MADA’ IN SALEH.
06: NOV 28 LUN.- VISITANDO LA CIUDAD VIEJA DE AL ULA.
07: NOV 29 MAR.- LLUVIA Y BARRO, OASIS Y PAMERALES.
08: NOV 30 MIE.- TUMBAS MILENARIAS EN HEGRA.
09: DIC 1 JUE.- A ORILLAS DEL MAR ROJO.
10: DIC 2 VIE.- A POCOS PASOS DE LA CORNICHE.
11: DIC 3 SAB.- LABERINTO DE CALLES Y CELOSÍAS EN BALCONES.
12: DIC 4 DOM.- UN DELIRIO DE COLECCIONES SOBRE CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
13: DIC 5 LUN.- LA MECA: UN DESTINO PROHIBIDO.
14: DIC 6 MAR.- VENTANAS DE COLORES EN LOS RASCACIELOS DEL DESIERTO.
15: DIC 7 MIE.- FORTALEZAS OTOMANAS A DOS MIL METROS.
16: DIC 8 JUE.- MIL KILÓMETROS A TRAVÉS DEL DESIERTO SUR.
17: DIC 9 VIE.- LA CAPITAL DE ARABIA, PARA NOSOTROS SOLOS.
18: DIC 10 SAB.- RELIQUIAS DEL PASADO Y ARENAS ROJAS MUY CERCA DE RIYADH.
19: DIC 11 DOM.- PALACIOS Y FORTALEZAS AL LADO DE LA PLAZA DE LA MUERTE.
20: DIC 4 LUN.- DE VUELTA A CASA Y RESUMEN.
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