Hoy teníamos nuestra segunda excursión con Triana, así que nos despertamos pronto y recibimos el desayuno en la habitación como habíamos acordado. Desayuno continental para mis hijas y para mí y desayuno americano para mi mujer, que era el que más se acoplaba a su intolerancia.
A las 08:30 salimos a la puerta del hotel y ahí nos estaba esperando el guía para comenzar el día.
Primero nos dirigimos al campo de arroz de Tegallalang.

En esta época se ve menos bonito debido a que prácticamente ya han recogido la cosecha, aun así habían zonas para poder hacerse una gran idea de como es en la época adecuada.
Allí estuvimos haciéndonos unas fotografías por la zona y en el nido que tienen gratuito para ello.

Cuando nos cansamos de tanta foto nos dirigimos a la segunda parada, Tirta Empul, donde haríamos el ritual de la purificación.
Allí nos dieron unos pareos para cubrirnos, nos cambiamos en los vestuarios e hicimos el ritual completo.
La verdad que es una de las experiencias que mayor recuerdo me llevo de Bali.

De ahí nos fuimos al Templo Pura Kehen. Este templo no es que me arrepienta de haberlo visitado, pero si que es cierto que pilla bastante lejos y es un templo más. Es bonito, pero es que no hay templo feo en Bali, pero si que es cierto que no tiene algo especial o que lo haga más característico que el resto, por lo que de haber prescindido de alguno de los templos visitados en Bali, habría sido este.


Después de visitarlo, nos fuimos a la cascada de Tukad Cepung.
Aquí paramos primero a comer a mitad de bajada y nos hicimos alguna que otra foto con las vistas de fondo.

Después de comer ya bajamos hasta la cascada.
Esta cascada está en el interior de una cueva, lo cual la hace muy bonita al entrar la luz del sol por la parte superior.

Nos hicimos las fotos de rigor y de ahí a la siguiente cascada, Kanto Lampo.
Esta cascada la verdad que me parecía más bonita en internet de lo que en persona me pareció.
También es cierto que tener que hacer una larga cola para poder subir y hacerse 1500 fotos cada una de las personas que allí estaban, la hacía menos auténtica.
Tal vez después de ver las cascadas de Islandia, cualquier otra cascada me parece poca cosa.

Esa fue la última parada del día. De ahí ya nos fuimos al hotel, donde reservamos hora para darnos un masaje balinés al día siguiente, nos dimos un bañito en la piscina y volvimos al restaurante donde habíamos cenado el primer día en Ubud.
Al acabar... a dormir.