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Comenzamos pronto el día ya que teníamos reservado un free tour y éste comenzaba a las 08.00 h.
He de decir que somos muy fans de este tipo de tours y, como muchos otros que hemos realizado, no nos decepcionó. Visitamos varios templos y nos contó bastante historia. Un tour completo para pasar la mañana.
El tour terminó temprano (realmente habíamos comenzado muy pronto) y, aunque nos dejó algo lejos del centro y del hotel, decidimos volver dando un paseo (un largo paseo, eso sí). El día comenzó lloviendo y aún seguía pero parecía que no tardando mucho iba a acabar despejándose.
Tras una parada a medio camino hasta llegar al hotel para coger fuerzas con un café y algo de dulce, llegamos al hotel y decidimos coger el coche e ir al Doi Suthep.
Cuando llegamos, aparcamos en un parking que está indicado y allí mismo nos sentamos en un restaurante a comer. Ya era tardecillo y teníamos hambre. El día, de repente, de nuevo, comenzó a nublarse.
Cuando terminamos de comer empezó a chispear y empezamos a dudar si subir por las escaleras (no nos parecieron ni difíciles ni cansadas) o en funicular. Mis hijos no dudaban así que decidimos subir en funicular y bajar andando.
Al llegar a la estación de la cima del Doi Suthep nuestros presagios se hicieron realidad. Estaba diluviando. Pero mucho. Y para entrar en el recinto te tienes que descalzar… total, que con el agua cubriendo los pies allá que vamos. Y nos hacemos las fotos como podemos (total, qué vamos a hacer). Y aquello es una pasada pero no podemos hacer otra cosa.
Y como la lluvia es así en Tailandia, cuando ya nos estamos poniendo las zapatillas (la zona donde dejarlas está techada) deja de llover.
Así que damos una vuelta más y bajamos por las escaleras. Como ya he dicho son escaleras normales. Subir andando no nos hubiera supuesto ningún drama.
Ya de bajada y de camino al parking donde teníamos el coche aparcado, nos fuimos parando por los puestecillos y comprando souvenirs y probando cosas de comida que tenían pintaza y, efectivamente, estaban buenísimos.
De vuelta a hotel, una ducha y a buscar un sitio para cenar. Buscamos otro market que había visto mi marido en google. Muy pequeñito y con pocos puestos. Pedimos un par de cosas y cuando fuimos a comprar unas cervezas nos dicen que no hay. No se vende alcohol porque es el día de Buda o algo así.
Cuando terminamos de cenar fuimos a dar un paseo y a ver si en un restaurante normal sí nos daban cerveza pero no. Total, que CERO cerveza.
Y dijimos, pues vamos al hotel y pillamos un par de ellas en el 7eleven. ¿Y qué pasó? Que tampoco vendían cerveza. 
Y con nuestras ganas de cervecita nos quedamos porque no hay lugar donde comprar alcohol.
Así que hoy a dormir, frescos como lechugas.
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