Salimos pronto del hotel en Ayutthaya ya que tenemos un largo camino hasta Sukhothai. En la ruta que llevamos hecha desde casa tenemos previsto pasar y parar en Lopburi (hay que desviarse un poquito) para ver el famoso templo de los monos pero siempre dijimos que lo veríamos sobre la marcha.
Como nos gusta exprimir al máximo todo el tiempo que tenemos y ya hemos comprobado que las carreteras no son tan malas, decidimos desviarnos y poner rumbo al templo.
Cuando llegamos, aparcamos el coche en una especie de parking que hay al lado de una rotonda por la que pasan las vías del tren. Nos bajamos del coche y vamos hasta esa rotonda donde hay muchísimos monos. Los monos están por todos lados, en cuanto miras un edificio los ves trepando, entrando y saliendo.
Cruzamos la calle y nos acercamos al templo. Cuando pagas la entrada te dan un palo y la persona que está en la garita te acompaña con un tirachinas de la mano. ¡OJO! Que eso nos dejó pensando que la cosa, además de divertida, también teníamos que tener cuidado.

El templo es muy chulo y para los niños fue divertido ver a todos los monos. La verdad es que le dio un toque divertido al camino entre Ayutthaya y Sukhothai.
Comimos por el camino en un restaurante que había en una gasolinera. Nos costó la comida 200 bath a los 4 y como ya nos pasaría más adelante nadie habla inglés por lo que tenemos que pedir lo que vemos a otros clientes y que tiene buena pinta, jeje
Llegamos a Sukhothai por la tarde y dejamos el coche en el alojamiento (Smilingface Guesthouse). Al igual que el día anterior habíamos cogido un alojamiento muy familiar y muy muy chulo. A 10 minutos andando de las ruinas y a 2 de la calle principal donde está el mercado y un montón de restaurantes.
Nada más llegar, la anfitriona nos ofreció bicicletas para recorrer el parque. Tenían bicis para niños de todas las edades. Nosotros le comentamos que preferíamos ir andando y alquilar algún tipo de “motocarro” para los 4. Nos dijo dos sitios donde podíamos alquilarlos y fuimos a uno de ellos que estaba justo en frente de la entrada a las ruinas.
Llegamos a las 17.00 h. al sitio de alquiler y conseguimos negociar con ellos que nos dejasen un carrito del golf para los 4 por 300 bath durante 2 horas. Quedamos con él que sobre las 19.00 h se lo devolvemos.
Pasamos las dos horas recorriendo los templos y con el carrito es muy cómodo y los niños están encantados. También nos da tiempo a ver el atardecer, hacer fotos y llegar a tiempo (15 minutillos tarde) para devolver el trasto.
De camino al alojamiento nos tomamos unas cerves y cenamos en uno de los restaurantes que están en la avenida principal y de camino al hotel.
Ha sido un día muy completo. Hemos hecho bastantes kilómetros con el coche y también hemos pasado la tarde en el centro de Sukhothai subidos a un carrito de golf. Los niños están encantados con los monos y con esto último. ¡Vamos a recargar las pilas y mañana más!
