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Miércoles 30 de agosto. No cambié el despertador de la visita al Monte y nos volvimos a levantar a las 7, así es que cuando me di cuenta, nos tomamos con más calma el desayuno y el prepararnos para la excursión de hoy, pero al final salimos a las 8:30 de casa.
Nuestra primera parada era Josselin. Aparcamos gratis a 2 minutos del centro en el parking de la Promenade. De camino al Castillo pasamos por La Poterna (pequeña puerta que daba paso intramuros). No teníamos intención de visitar el castillo por dentro, pero sí queríamos ver el exterior y los jardines. No se puede, tienes que pagar para verlo aunque sea por fuera, así es que estuvimos rodeándolo y viendo lo que se podía. Estuvimos dando una vuelta por el pueblo y fuimos a la Eglise Sainte Croix pero estaba cerrada, así es que volvimos sobre nuestros pasos y visitamos la Basílica Notre Dame du Roncier (edificio de finales de siglo XV) por la parte de fuera se puede subir a la torre campanario de 60 metros con una escalera de caracol de 138 peldaños (gratis). Mereció la pena totalmente, ya que hay unas vistas espectaculares. Además se ve el castillo en su conjunto muy bien.
A media mañana nos dirigimos a Malestroit. Aparcamos gratis en place du Docteur Jean Queinnec, frente al Carrefour City.
La Iglesia de Saint Giles estaba cerrada y la de Notre Dame no pudimos encontrarla porque luego vimos que ya no existe, sino que la isla es la que ha conservado su nombre de cuando estaba la iglesia. Fuimos a la capilla de La Madeleine porque nos resultaba súper interesante ya que aquí se firmó el tratado entre los Reyes de Francia e Inglaterra, episodio conocido como la tregua de la guerra de los cien años, pero sólo quedan los vestigios de la capilla de la que se puede ver un poco de la fachada principal.
Paseamos un poco por la orilla del río Oust y luego nos encaminamos a la Plaza Bouffay con unas casitas de entramado de madera muy bonitas. En una de sus calles comimos en Crêperie La Grange à Louise un sitio muy acogedor y como hacía buen día comimos en la terraza.
Para nosotras (y es una opinión muy personal) es un pueblo totalmente prescindible una vez visto el siguiente pueblo que visitamos que no es otro que Rochefort en Terre.
Llegamos ya sobre las 4 de la tarde y la verdad es que podíamos haber dedicado aquí todo el tiempo que le dimos a Malestroit.
Viniendo de Malestroit te encuentras con esta señal que pone Centre-Ville (que no se puede pasar con el coche) y ese parking que es de pago, sin embargo, si tiras hacia Peillac Paolieg hay un parking bajando un poquito que es gratis y es que está ahí mismo también.
Fuimos por la calle principal que atraviesa todo el pueblo que se llama rue Saint Michel, caminamos hacia la Place du Puits donde está la oficina de turismo y el pozo más fotografiado lleno de flores. Todo este trayecto está lleno de tiendas. Fuimos hasta el castillo, aunque no entramos dentro, pero estuvimos en los jardines (gratuitos) y donde hay un montón de tumbonas donde descansar.
Después volvimos hacia la Place du Puits a comernos un helado tranquilamente y para terminar visitamos la Colegiata Notre-Dame de la Tronchaye, por fuera muy bonita pero por dentro un poco dejada con cachivaches apilados en uno de los transeptos.
En definitiva, nos hubiese gustado echar aquí más tiempo, pero ya estábamos muy cansadas y había que ir a Rennes (estábamos a 90 km) a hacer las maletas y dejar todo preparado para al día siguiente abandonar el apartamento.
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