Erg Znagui – Ksar Bicha.
Son las 6:30 y me despierto, todavía oscuro, pero disfruto de los primeros colores del amanecer.
Rachas fuertes de vientos hemos tenido que soporta en la noche.
A las 8 desayunamos, con pan bereber, sardinas, zumo de naranja y melón, delicioso todo y reponedor de fuerzas para los 17,5 kilómetros que nos separan del Ksar Bicha.
Volvemos a bajar primero, para remontar luego las altas dunas hasta llegar a una planicie desde donde puedo divisar a lo lejos en lo alto, por última vez, las minas de M´fis.
Después de esta corta llanura, toca atravesar otra vez las dunas.
Pasamos por el Oasis de Merzouga, después del cual, ya puedo observar desde la parte alta, instalaciones de campamentos fijos al exterior de la gran duna de Erg Znagui.
Este tramo final se hace muy duro, subir y bajar continuamente, dunas donde los pies se entierran en la arena caliente y hacen que el andar resulte muy pesado.
Al pasar junto a las haimas de un campamento, ya podemos a lo lejos divisar las edificaciones cercanas a la carretera, y podemos ver las primeras casas de Merzouga.
Sobre las 14 horas llegamos al Ksar Bicha, descargo mis dos mochilas, me despido de Said, deseándole lo mejor, mientras él continúa descargando el segundo dromedario.
Yo me dirijo a la recepción buscando ya mi habitación, para pasar la última noche en Merzouga.
Una vez en la habitación, un reparador baño, luego disfrutar de la piscina, y esperar la última noche antes de regresar a Er Rachidia.