Llegamos a Bikaner, una ciudad característica por tener las vías del tren que la separan en dos. Cada vez que pasa un tren, la ciudad se paraliza, ves cómo se acumulan las personas para poder cruzar y recuperar la marcha al lugar dónde se dirigía.
Bikaner también tiene Havelis (antiguos palacios familiares) importantes. La mayoría actualmente están cuidados por familias contratadas por los dueños, no se hace vida en el día a día.
Comimos nada más llegar, y voy a ser sincera, ya estaba hasta la coronilla de comer naan, plátanos y pulao. Así que agarré mi Lonely planet y busqué donde comer en Bikaner, me recomendaba el restaurante Gallops, justo enfrente del fuerte que queríamos visitar. Le dije a Ikram (el guía), hoy necesito comer bien, voy a buscar un restaurante en la guía. Él, con toda su buena intención me dijo que conocía un buen lugar para mí, que estuviese tranquila. Quise confiar...
Y para mi sorpresa, Ikram me llevó a Gallops sin yo decirle! Sinceramente un amor de hombre, preocupado siempre por nuestra seguridad. Muy prudente también, no se enrolla a hablar ni a preguntar, es muy respetuoso. Tampoco nos llevaba a tiendas a no ser que se lo pidiésemos nosotros.
¡En fin, comí una sopa de verduras que me sentó de 10! Y unas samosas que me dieron fuerza para asimilar todo el día que teníamos por delante en Bikaner.
Lo primero que visitamos fue el fuerte de Junagarh (El fuerte de Bikaner). Edificado a finales del 1500. Acoge una colección de salas y de ropas preciosa. Tienes mínimo una hora de visita si vas rápido.

Al salir nos dirigimos al templo Bhandasar, mítico en Bikaner por que cuentan que se necesitaron más de 40mil kilos de mantequilla para construirlo. Además, es uno de los más antiguos de Bikaner. Lo más importante del templo son sus pilares tallados a mano y pintados en colores muy vivos y también los frescos que aguardan sus paredes. Un lugar mágico y cuidado. Si no recuerdo mal, hay que pagar una entrada simbólica para el mantenimiento del templo.

Cogimos un tuc-tuc para que nos llevase a Rampuria Haveli, un haveli característico por su color rojo de la arenisca rojo y su ubicación que hace una esquina pronunciada. Como he explicado antes, actualmente la familia no vive aquí, vive una familia contratada para cuidar y mantener el haveli. Solo se puede ver desde fuera.

Nos alojamos en Hotel Harasar Haveli, recomendación de Ikram. Un hotel precioso, el mejor que tuvimos en todo el viaje, ni si quiera el de Delhi era mejor. Es un haveli muy bien cuidado y con un servicio impecable. El precio fue de 14€ la noche con desayuno incluido. ¡El viaje mejoraba por momentos! La habitación era por lo menos de 20 metros cuadrados, con unos frescos y una decoración exquisita. Un baño de 5 metros cuadrados y un mirador con cama en la ventana. Impresionante!