La primera noche la dormimos genial! En el hotel no se oía ningún pitido y el colchón era muy bueno. Decidimos gastar un poquito más en nuestra llegada a Delhi, si no recuerdo mal el hotel tenía un coste aproximado de 30€ la noche. Los siguiente hoteles del viaje procuramos que no pasasen de 12€/noche. Ese primer hotel nos ayudó a descansar y a hacernos a la idea de cómo serían los próximos.
Al levantarnos, hacemos las maletas y nos vamos para el aeropuerto, dirección Varanasi.
En el avión todo perfecto. La llegada a Varanasi también, nos cogió un taxi, no entendíamos porque pero nos pedía el teléfono del hotel y lo empezó a llamar. Nos quería dejar en una calle principal y llamó al hotel para que viniesen a por nosotros, no entendíamos nada pero nos dejamos llevar. Cuando llegó el chico y nos empezó a introducir por calles de medio metro o menos entendimos todo lo del taxi, por ahí no cabía un coche. Muy amable pero casi no hablaba inglés, por eso íbamos dejándonos llevar.

Este primer día exploramos la zona del hotel, queríamos ver el río pero nos dijeron que el nivel del agua era muy alto y hasta los ghats estaban bajo el agua. Eso ha sido una lástima, no hemos podido ver Varanasi desde el agua ni la vida de los ghats. Los barcos no tenían permitido circular por el río por las corrientes y su peligrosidad. Cenamos en el restaurante del hotel, Monalisa, muy buen servicio y comida de confianza.

El hotel mucho más sencillo que el de Delhi pero correcto.
Dimos un paseo por la noche entre sus calles de medio metro de ancho. Es una ciudad segura, no sentimos ningún tipo de inseguridad.
Nuestra primera impresión sobre India fue que es un país muy intenso. Cada día lo acabamos muy felices pero súper cansados.