Por fin un día completo para poder disfrutar de Buenos Aires, y ver nuevos entornos que llevábamos en el documento que nos había preparado nuestro amigo argentino, tras desayunar en el hotel nos fuimos derecho a ver el Ateneo, un antiguo teatro de 1919 reconvertido a librería, un entorno precioso para coger un libro y en uno de sus palcos leer plácidamente.


Tras estar varias horas por el cementerio y además visitar la basílica de Nuestra Señora del Pilar anexa al cementerio, nos dirigimos a tomar el aperitivo a un restaurante muy típico, su nombre actual procede de los años 1950, cuando en Argentina hubo un auge del automovilismo entre la clase alta y la clase media, que duró hasta fines de los años 1970, la Biela, aquí podemos encontrar dos estatuas de dos ilustres escritores, Adolfo Bioy Casares y su amigo Jorge Luis Borges, habituales en este restaurante.

Antes de llegar al restaurante nos acercamos a ver el árbol más longevo de la ciudad, llamado Gomero Histórico, data su plantación del siglo XVIII, ubicado en la Plazoleta Juan XXIII, junto al árbol sosteniendo una de sus enormes ramas hay una escultura de un Uruguayo que la donó a la ciudad en 2014.

Tras descansar y tomar algo rápido, para reponer fuerzas en tan histórico lugar, nos dirigimos hacia la plaza de San Martín y hacia la Facultad de Derecho de Buenos Aires donde cogeríamos un úber para dirigirnos a un barrio que no podía faltar, Caminito. Que decir de este barrio típico de Buenos Aires, aunque íbamos con un poco de precaución porque nos habían dicho que no era un barrio seguro, pero la verdad es que había policías patrullando, y la calle estaba llena de turistas y hasta un grupo nutrido de chicos jóvenes de un colegio.

Cuando recorrimos las calles más típicas de Caminito, volvimos a coger un Uber para ir dirección al barrio de San Telmo donde visitamos La Galería Solar de French, el Mercado de San Telmo, sin dejar de tomar unos típicos helados que en Argentina son muy buenos.
Desde el Mercado de San Telmo fuimos a buscar el famoso banco donde se encuentra Mafalda con sus amigos, en la calle Defensa esquina calle Chile, tras hacernos la foto con este personaje, y subiendo hacia el obelisco pasamos por el Café Tortoni.
Una vez llegamos a la calle corrientes donde se encontraba nuestro hotel, decidimos ir a comernos unas pizzas, teníamos referencia de un restaurante que nos dijo uno de los conductores de los muchos Uber que cogimos, el restaurante El Cuartito, según nos dijo nada que envidiarle al que mas fama tenía, y efectivamente las pizzas estaban estupendas.

Tras reponer fuerza nos dirigimos hacia nuestro Hotel, pasamos de nuevo por el Teatro Colón totalmente iluminado, había sido un día muy intenso, el día siguiente sería el último para ver sitios que aún nos quedaba por ver.