En Islandia estuve hace 19 años, viaje al que fui solo. Este viaje, realizado entre el 14 y el 30 de junio de este año, fue comenzado a organizar en julio del año pasado.
Definidas el número de noches en base a lo que quería visitar lo primero que hice fue reservar los vuelos, con Iberia Express, que tenía tarifas asequibles, no recuerdo si Play tenía ya las tarifas por aquella época ni su precio, pero la compañía española me daba más confianza. La única pequeña pega que tenía Iberia Express es que sus vuelos salían de Madrid pasadas las 10 de la noche, llegando a Islandia cerca de la 1 de la mañana. De la misma forma el vuelo de vuelta salía a la 1:30 de madrugada y llegaba a Madrid casi a las 8 de la mañana, ello no era inconveniente para mí. La diferencia horaria con España era de 2 horas.
El 2º tema que zanjé de inmediato fue el alquiler del coche, había decidido que iba a elegir un Dacia Duster, catalogado como 4WD, y que podían circular por carreteras tipo F, prohibidas para vehículos normales, ello me posibilitaba ir a Landmannalaugar sin problemas, e ir con más confianza por pistas. De entre las opciones que vi elegí “Iceland Rental Car”, con ella podría coger el coche nada más llegar a la 1 de la mañana en el propio aeropuerto, la entrega se realizaba por medio de “Blue Rental Car” y si no recuerdo mal al recogerlo a esas horas tenía que escoger la opción de seguro completo “platinum”, que incluía todo o casi todo, le añadí además la asistencia en carretera, la reserva quedó confirmada de inmediato con pago durante la recogida y cancelación gratuita hasta 24 horas antes.
La web umferdin.is es la que indica el estado de las carreteras.
Quedaban los alojamientos, que fui escogiendo en los 2 o 3 meses posteriores, fue lo más complicado porque no es fácil, al menos a mí, hacer el cálculo de lo que tardaré en ver las cosas, pero lo que busqué fueron 3 noches por la zona de Hella, una por Vik, otra cerca de Hofn, Djupivogur, 2 por Egilsstadir, 3 por Myvatn, 1 antes de entrar a los fiordos del oeste, otra dentro de ellos y finalmente 2 noches en la península Snaefellsness. Fui cogiendo alojamientos, varios incluso por zona, quitando y poniendo. Un par de meses antes decidí que la noche de Djupivogur no me servía para nada y la sumé a la de Egilsstadir, de igual manera la de antes de entrar a los fiordos del oeste la anulé y sumé un par de ellas dentro de los fiordos. Los alojamientos elegidos fueron todos habitaciones dobles con baño privado, todo guesthouse salvo un hotel cerca de Hofn y un apartamento cerca de Egilsstadir. Finalmente añadí también una noche al llegar, cerca del aeropuerto. El agrupar alojamientos tuvo la ventaja de no andar cambiando las cosas ni teniéndose que preocupar por el check-in, o sea, comodidad, en cambio tuvo el inconveniente de tener que hacer más kilómetros en general. El alojamiento salió finalmente por una media de 190€ por noche.
En el tema de actividades no hice muchas, no me interesaban las cuevas de hielo ni caminar por los glaciares, tampoco salir en barco a ver ballenas, cosa que hice la otra vez y apenas vi alguna que otra cola, finalmente como tuve tiempo y a mi pareja le apetecía la cogí, de nuevo en Husavik.
Finalmente en torno a marzo reservé el ferry de Brjanslaekur a Stykkisholmur, para no darme la paliza del viaje de salida de los fiordos.
Tema de aparcamiento, la mayoría de los aparcamientos de los sitios para ver son de pago, aunque estén en medio de la nada, se identifican generalmente porque tienen cámaras que te graban al entrar, además de tener carteles y máquinas de pago. Casi todos se pueden pagar mediante la app “Parka”, muy cómoda de usar, introduces los datos de tu tarjeta y cuando sepas la matrícula del vehículo la pones también, luego no es más que elegir el parking y pagar, como detecta la ubicación si has elegido un parking incorrecto te avisa que no estás en él, te envía un correo con los detalles. Otros se pueden pagar desde la web checkit.is. El importe de los parkings va desde 750 kr hasta 1200 kr, la mayoría cuestan 1000 kr, para redondear 1€ equivale a día de hoy a unas 142 kr. La suma total de todos los parkings de pago en los que entré fue de cerca de 150€.
En estas fechas en las que hemos viajado el sol apenas se esconde un par de horas o poco más, por lo que siempre hay luz, no anochece. Las persianas como aquí en España apenas existen allí, y aunque tienen estores o cortinas no cierran la luz herméticamente, esto es importante para quienes quieren dormir con oscuridad.
Clima, los primeros días tuvimos máximas de unos 17ºC con nubes y claros, pero a partir del 5º-6º día las máximas se quedaron en torno a 11-13ºC, al llegar a los fiordos del este ya costó más ver el sol, los últimos 3 o 4 días ya fueron más soleados. Llovió a ratos aunque casi siempre era muy débil y no impedía las visitas, tan solo una mañana llovió más y un par de horas otro día cayó un buen chaparrón.
Alimentación, nos llevamos embutido envasado al vacío y frutos secos, y allí compramos en los supermercados, dependiendo del sitio en los Bonus, Netto o Kronan, o en el que hubiese si no estaban estos. En los supermercados Bonus hay que ir abrigado, al menos si se pretende comprar carne o lácteos, porque toda la sección es una cámara frigorífica.
En referencia al tema de las bebidas alcohólicas en los supermercados sólo es posible encontrar cervezas de muy baja graduación. Para comprar alcohol hay que ir a las tiendas estatales Vinbudin, donde las cervezas suelen costar a partir de 350 kr. Además alguna vez compramos vino, y aunque hay bastantes vinos españoles estos son caros, optamos por el “Gato Negro”, vino tinto chileno cuya botella eran 2000 kr, lo más económico que había.
Tema de seguridad, se ven continuamente a los vehículos en los aparcamientos cargados con el equipaje, nuestro coche no tenía bandeja posterior y dejaba a la vista las dos maletas y el resto de bolsas y demás, eso en Islandia no es ningún problema, no hay robos o apenas los hay.
Por último, los nombres, a nada que uno haya indagado las cosas que hay que ver allí se habrá dado cuenta que los nombres de las cascadas terminan casi siempre en “foss”, cuando se trata de cañones terminan en “gljufur”, los glaciares en “jokull”, los lagos en “vatn”, los campos de lava en “hraun”, etc. Siempre diremos, por ejemplo, cascada de Gullfoss, aunque sea una redundancia porque ese nombre ya significa “cascada dorada”.
Definidas el número de noches en base a lo que quería visitar lo primero que hice fue reservar los vuelos, con Iberia Express, que tenía tarifas asequibles, no recuerdo si Play tenía ya las tarifas por aquella época ni su precio, pero la compañía española me daba más confianza. La única pequeña pega que tenía Iberia Express es que sus vuelos salían de Madrid pasadas las 10 de la noche, llegando a Islandia cerca de la 1 de la mañana. De la misma forma el vuelo de vuelta salía a la 1:30 de madrugada y llegaba a Madrid casi a las 8 de la mañana, ello no era inconveniente para mí. La diferencia horaria con España era de 2 horas.
El 2º tema que zanjé de inmediato fue el alquiler del coche, había decidido que iba a elegir un Dacia Duster, catalogado como 4WD, y que podían circular por carreteras tipo F, prohibidas para vehículos normales, ello me posibilitaba ir a Landmannalaugar sin problemas, e ir con más confianza por pistas. De entre las opciones que vi elegí “Iceland Rental Car”, con ella podría coger el coche nada más llegar a la 1 de la mañana en el propio aeropuerto, la entrega se realizaba por medio de “Blue Rental Car” y si no recuerdo mal al recogerlo a esas horas tenía que escoger la opción de seguro completo “platinum”, que incluía todo o casi todo, le añadí además la asistencia en carretera, la reserva quedó confirmada de inmediato con pago durante la recogida y cancelación gratuita hasta 24 horas antes.
La web umferdin.is es la que indica el estado de las carreteras.
Quedaban los alojamientos, que fui escogiendo en los 2 o 3 meses posteriores, fue lo más complicado porque no es fácil, al menos a mí, hacer el cálculo de lo que tardaré en ver las cosas, pero lo que busqué fueron 3 noches por la zona de Hella, una por Vik, otra cerca de Hofn, Djupivogur, 2 por Egilsstadir, 3 por Myvatn, 1 antes de entrar a los fiordos del oeste, otra dentro de ellos y finalmente 2 noches en la península Snaefellsness. Fui cogiendo alojamientos, varios incluso por zona, quitando y poniendo. Un par de meses antes decidí que la noche de Djupivogur no me servía para nada y la sumé a la de Egilsstadir, de igual manera la de antes de entrar a los fiordos del oeste la anulé y sumé un par de ellas dentro de los fiordos. Los alojamientos elegidos fueron todos habitaciones dobles con baño privado, todo guesthouse salvo un hotel cerca de Hofn y un apartamento cerca de Egilsstadir. Finalmente añadí también una noche al llegar, cerca del aeropuerto. El agrupar alojamientos tuvo la ventaja de no andar cambiando las cosas ni teniéndose que preocupar por el check-in, o sea, comodidad, en cambio tuvo el inconveniente de tener que hacer más kilómetros en general. El alojamiento salió finalmente por una media de 190€ por noche.
En el tema de actividades no hice muchas, no me interesaban las cuevas de hielo ni caminar por los glaciares, tampoco salir en barco a ver ballenas, cosa que hice la otra vez y apenas vi alguna que otra cola, finalmente como tuve tiempo y a mi pareja le apetecía la cogí, de nuevo en Husavik.
Finalmente en torno a marzo reservé el ferry de Brjanslaekur a Stykkisholmur, para no darme la paliza del viaje de salida de los fiordos.
Tema de aparcamiento, la mayoría de los aparcamientos de los sitios para ver son de pago, aunque estén en medio de la nada, se identifican generalmente porque tienen cámaras que te graban al entrar, además de tener carteles y máquinas de pago. Casi todos se pueden pagar mediante la app “Parka”, muy cómoda de usar, introduces los datos de tu tarjeta y cuando sepas la matrícula del vehículo la pones también, luego no es más que elegir el parking y pagar, como detecta la ubicación si has elegido un parking incorrecto te avisa que no estás en él, te envía un correo con los detalles. Otros se pueden pagar desde la web checkit.is. El importe de los parkings va desde 750 kr hasta 1200 kr, la mayoría cuestan 1000 kr, para redondear 1€ equivale a día de hoy a unas 142 kr. La suma total de todos los parkings de pago en los que entré fue de cerca de 150€.
En estas fechas en las que hemos viajado el sol apenas se esconde un par de horas o poco más, por lo que siempre hay luz, no anochece. Las persianas como aquí en España apenas existen allí, y aunque tienen estores o cortinas no cierran la luz herméticamente, esto es importante para quienes quieren dormir con oscuridad.
Clima, los primeros días tuvimos máximas de unos 17ºC con nubes y claros, pero a partir del 5º-6º día las máximas se quedaron en torno a 11-13ºC, al llegar a los fiordos del este ya costó más ver el sol, los últimos 3 o 4 días ya fueron más soleados. Llovió a ratos aunque casi siempre era muy débil y no impedía las visitas, tan solo una mañana llovió más y un par de horas otro día cayó un buen chaparrón.
Alimentación, nos llevamos embutido envasado al vacío y frutos secos, y allí compramos en los supermercados, dependiendo del sitio en los Bonus, Netto o Kronan, o en el que hubiese si no estaban estos. En los supermercados Bonus hay que ir abrigado, al menos si se pretende comprar carne o lácteos, porque toda la sección es una cámara frigorífica.
En referencia al tema de las bebidas alcohólicas en los supermercados sólo es posible encontrar cervezas de muy baja graduación. Para comprar alcohol hay que ir a las tiendas estatales Vinbudin, donde las cervezas suelen costar a partir de 350 kr. Además alguna vez compramos vino, y aunque hay bastantes vinos españoles estos son caros, optamos por el “Gato Negro”, vino tinto chileno cuya botella eran 2000 kr, lo más económico que había.
Tema de seguridad, se ven continuamente a los vehículos en los aparcamientos cargados con el equipaje, nuestro coche no tenía bandeja posterior y dejaba a la vista las dos maletas y el resto de bolsas y demás, eso en Islandia no es ningún problema, no hay robos o apenas los hay.
Por último, los nombres, a nada que uno haya indagado las cosas que hay que ver allí se habrá dado cuenta que los nombres de las cascadas terminan casi siempre en “foss”, cuando se trata de cañones terminan en “gljufur”, los glaciares en “jokull”, los lagos en “vatn”, los campos de lava en “hraun”, etc. Siempre diremos, por ejemplo, cascada de Gullfoss, aunque sea una redundancia porque ese nombre ya significa “cascada dorada”.