Es sábado, tenemos 3 visitas para realizar este día donde volveremos a dormir en Eidar, son Hengifoss, Studlagil y Bakkagerdi, estos dos últimos están separados muchos kilómetros entre sí, uno a cada lado de Egilsstadir.
Como tenemos un día despejado decidimos ir primero a Studlagil, que está a unos 70 km., siguiendo la 1 y desviándonos por la 923 siguiendo junto al río Jokulsa á Dal, parte de la carretera es de grava, incluso hay un tramo peor que está en obras. Decidimos ir a la orilla este, que es desde donde se puede bajar al cañón, después ya decidiremos si vamos a la otra orilla. Cruzamos el río por un puente y poco rato después llegamos a un parking desde donde ya no se puede pasar. Es de pago (1000 kr) y hay aseos gratuitos.
A partir de allí toca acercarse caminando, aunque en unos 10’ se llega al cañón, primero pasamos junto a la cascada de Studlafoss a poco de dejar el aparcamiento.
Como tenemos un día despejado decidimos ir primero a Studlagil, que está a unos 70 km., siguiendo la 1 y desviándonos por la 923 siguiendo junto al río Jokulsa á Dal, parte de la carretera es de grava, incluso hay un tramo peor que está en obras. Decidimos ir a la orilla este, que es desde donde se puede bajar al cañón, después ya decidiremos si vamos a la otra orilla. Cruzamos el río por un puente y poco rato después llegamos a un parking desde donde ya no se puede pasar. Es de pago (1000 kr) y hay aseos gratuitos.
A partir de allí toca acercarse caminando, aunque en unos 10’ se llega al cañón, primero pasamos junto a la cascada de Studlafoss a poco de dejar el aparcamiento.

Continuamos, con el cañón a nuestro lado más abierto

hasta que llegamos a la parte accesible del cañón, al que se puede descender por dos puntos, lo hacemos por el más alejado con la suerte de encontrarnos en él prácticamente solos al principio, y disfrutarlo desplazándonos por él a través de las columnas de basalto que se encuentran en el lateral junto a las paredes del cañón, hasta el fondo donde ya no se puede continuar (sin mojarse). La única precaución es tener cuidado si hay zonas mojadas para no resbalar.







Volvemos a subir para colocarnos sobre las paredes del cañón y verlo desde arriba en vez de desde el interior.



Finalmente descendemos por la primera parte, donde está más abierto.





Como se puede ver en las imágenes desde el otro lado del cañón sólo se puede acceder a miradores desde donde la vista del cañón es más limitada, por ello decidimos no ir a ese lado.
Vuelta a la 1 y parada en las cascada de Rjukandafoss, que está junto a la carretera y cuenta con un pequeño parking gratuito.
Vuelta a la 1 y parada en las cascada de Rjukandafoss, que está junto a la carretera y cuenta con un pequeño parking gratuito.

Volvemos al apartamento y comemos en él, y al acabar seguimos la carretera 94 dirección Bakkagerdi, hay que subir un poco antes de llegar disfrutando de alguna que otra vista buena.


Llegamos al pequeño pueblo de Bakkagerdi que atravesamos, continuando unos 4 o 5 km. hasta llegar a un pequeño puerto con un aparcamiento (gratis). Allí está Borgarfjardarhofn, lugar donde hay frailecillos para aburrir, desde plataformas se pueden observar en todas direcciones a menos de 1 m. de distancia, todos los que allí están, con el móvil, prismáticos o cámara fotográfica, están en silencio para no molestarlos, también hay una vigilante por allí. Según la web unas 10000 parejas anidan allí entre abril y agosto.




Volvemos hacia atrás contemplando los paisajes costeros de esta zona y las casitas de turba de Lindarbakki, en Bakkagerdi.



Toca de nuevo volver al lado contrario de Egilsstadir para ver la cascada de Hengifoss, el navegador nos lleva por el tramo de la 931 que discurre por el este del lago Logurinn, parte del trayecto de vuelta ha estado lloviendo aunque cuando llegamos al parking (1000 kr) deja de llover y apenas hay nadie, son cerca de las 7 de la tarde. Subimos por el lado izquierdo del río Hengifossa, serán 2,5 km. ascendentes, primero aparece la cascada Litlanesfoss.


Va apareciendo a lo lejos Hengifoss, el último tramo antes de llegar a un mirador está bastante resbaladizo y hay que ir con cuidado, nos acercamos aún un poco más, hasta donde tendríamos que caminar entre rocas porque es un poco peligroso por el peligro de resbalar y hacernos daño. La cascada tiene 128 m. de altura y está en un bonito cañón con franjas rojizas.




El trayecto de vuelta lo hacemos por el sendero que va por el lado contrario del río, distancia similar pero ahora descendente.
Desde aquí volvemos al apartamento, esta vez por la 931 al oeste del lago.
Desde aquí volvemos al apartamento, esta vez por la 931 al oeste del lago.