Landmannalaugar era un sitio al que queríamos ir para hacer alguna de sus rutas, y tenía que ser este 2º día o el siguiente, como las predicciones meteorológicas eran mejores para éste fue el que elegimos.
Después de desayunar nos pusimos en marcha, estaba a más de 110 km. y se tardaban en torno a 2 horas. Desde allí llegábamos rápidamente a la 26 que había que seguir bastantes kilómetros, aunque parte de esa carretera era pista. La conducción en pista era bastante más lenta, aunque hubiese algunos tramos en los que se podía circular a 70 km/h había que ir atento a posibles baches y por supuesto reducir la velocidad y apartarse lo más posible al cruzarse con otro vehículo, bajo riesgo que saltase una piedra y te hiciese algo al coche. A partir del cruce con la 32 volvía a estar asfaltada hasta pasar el puente sobre el Tungnaá que se convierte en pista en la 208, aún quedan bastantes kilómetros hasta llegar a Landmannalaugar pero se pueden disfrutar los paisajes y la soledad total.
Después de desayunar nos pusimos en marcha, estaba a más de 110 km. y se tardaban en torno a 2 horas. Desde allí llegábamos rápidamente a la 26 que había que seguir bastantes kilómetros, aunque parte de esa carretera era pista. La conducción en pista era bastante más lenta, aunque hubiese algunos tramos en los que se podía circular a 70 km/h había que ir atento a posibles baches y por supuesto reducir la velocidad y apartarse lo más posible al cruzarse con otro vehículo, bajo riesgo que saltase una piedra y te hiciese algo al coche. A partir del cruce con la 32 volvía a estar asfaltada hasta pasar el puente sobre el Tungnaá que se convierte en pista en la 208, aún quedan bastantes kilómetros hasta llegar a Landmannalaugar pero se pueden disfrutar los paisajes y la soledad total.









Al llegar te encuentras el primer parking (1200 kr) situado a unos 300-400 m., aunque se puede llegar más cerca pero para ello hay que cruzar el río con el vehículo, yo desde luego ni lo intento, más viendo como cuando lo hace algún 4x4 grande el agua prácticamente le cubre las ruedas.
Para acceder desde el aparcamiento a la zona hay que cruzar el río por unas pasarelas de madera, una de ellas está rota y hay que cruzar por medio del agua, apenas cubre 20-30 cm. en la zona más honda, pero lo suficiente para tener que descalzarse. Mejor hacerlo con chanclas porque hay muchas piedrecitas y molestan.
Para acceder desde el aparcamiento a la zona hay que cruzar el río por unas pasarelas de madera, una de ellas está rota y hay que cruzar por medio del agua, apenas cubre 20-30 cm. en la zona más honda, pero lo suficiente para tener que descalzarse. Mejor hacerlo con chanclas porque hay muchas piedrecitas y molestan.

En Landmannalaugar hay 4 o 5 edificaciones, una de ellas es información, en ella nos informan por donde comenzar y los colores de las estacas a seguir para nuestro circuito, las naranjas, después si queremos subir al Brennisteinsalda tendremos que desviarnos por las azules y más tarde las verdes. Descartamos Blahnukur.
Comenzamos el circuito en sentido contrario a las agujas del reloj, accediendo desde la parte posterior de la caseta de información.
El camino está perfectamente definido y señalizado, atravesando al principio el campo de lava de Laugahraun, con varios miradores aunque toda la ruta en sí es un mirador porque las vistas son muy bonitas, además tenemos un día con nubes y claros y buena temperatura.
Comenzamos el circuito en sentido contrario a las agujas del reloj, accediendo desde la parte posterior de la caseta de información.
El camino está perfectamente definido y señalizado, atravesando al principio el campo de lava de Laugahraun, con varios miradores aunque toda la ruta en sí es un mirador porque las vistas son muy bonitas, además tenemos un día con nubes y claros y buena temperatura.









Llegamos justo frente al Brennisteinsalda, que hemos tenido a la vista desde el principio, con sus bonitas tonalidades, los colores que ese observan en el recorrido no se reflejan bien en las fotos. Tenemos ya el desvío y mi pareja no va a subir a la cima y si lo hago yo entre unas cosas y otras me va a tener que esperar una horita por lo menos con lo que decido no subir, simplemente me acerco a un mirador que hay un poco más arriba una vez me desvío por el sendero con estacas azules.






Vuelvo a recoger a mi pareja y regresamos completando el recorrido por Graenagil, de nuevo entre el campo de lava, volviéndonos mientras vamos despidiendo al Brennisteinsalda.







Al terminar aprovechamos para darnos un bañito en las aguas termales que hay allí, y que además son gratuitas.
