Día 1. Aterrizando en Manhattan ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Llegamos a New York desde Washington en autobús, compañía Boltbus que para mi es totalmente recomendable: moderno, asientos de cuero con wifi y enchufes. El viaje de cuatro horas, casi todo por vías rápidas, al final es 45 minutos más largo por el tráfico de entrada a Manhattan de un sábado a la tarde. Tenemos unas ganas locas de salir del bus y de llegar a nuestro alojamiento.

Creo que la primera vez que llegas a Nueva York, que entras a la isla de Manhattan es un recuerdo imborrable para muchos.
Nosotros primero vimos el skyline de la ciudad antes de entrar a la isla y cruzar los puentes de acceso y después empezamos a descubrir a lo lejos las grandes atracciones de la ciudad como el Empire State, el Chrysler Building o el humo de las alcantarillas (¿que tipo de vida hay en el subsuelo de Manhattan?). No podíamos alejar la cara de la ventanilla.

El bus nos dejó en la 33th con la 7 Av. Y nada mas bajar nos sentimos las personas mas pequeñas del mundo. Nos embargó el ruido, las luces y la gente caminando rápido a nuestro alrededor. Solo queríamos salir de aquella calle, yo me paré en medio de una acera para mirar un mapa y la gente me empujaba. Por suerte, rápido encontramos una entrada de metro, compramos la Metrocard de 14 días y nos fuimos a nuestro alojamiento en el East Village. Menos mal que entender el metro es parecido en todas partes, bastante sencillo si estas acostumbrado a cogerlo cada día como es mi caso.

Lo habitual que había leído por los foros de un primer día en New York es ir a pasear por Times Square o ir a ver el Empire State Building pero nosotros ya no salimos del East Village. Eran las 21:00 hrs, acabábamos de hacer el check-in en el hostal y estábamos cansados del viaje en bus desde Washington.

Nos fuimos a dar un paseo por el barrio que estaba muy animado al ser sábado y además la hora de cenar. Todas las terrazas estaban llenas. Recorrimos la Avenue A y la 1st Avenue entre la 1st y la 10th, nos comimos dos trozos enormes de pizza en la calle, vimos los supermercados estaban abiertos y compramos alguna cosa para desayunar al día siguiente (teníamos cocina en el hostal) y por supuesto, no paramos de mirar a nuestro alrededor y hacer comentarios. Por fin estábamos en New York.

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