¡¡¡Vengaaa, que suene ese despertador que hoy empezamos con la ruta hacia el norteeee!!!


Así empezamos nuestro tercer día, sabiendo que nos esperaban un montón de kilómetros por recorrer y muchas cosas por descubrir.
Después de un buen madrugón, teníamos que coger el BTS y posteriormente el metro con dirección a la estación de Hualamphong. Se trataba de un recorrido fácil y como siempre bien comunicado, pero el día anterior cometimos la grandísima torpeza de no haber cambiado suficiente dinero y las oficinas de cambio y bancos no abrían hasta las 10.00 de la mañana. Esto lo descubrimos mientras dimos varios tumbos con maletas incluidas, por las calles principales (e interminables) de Silom, en busca de algún banco abierto, pero finalmente tuvimos que desistir porque el horario tailandés tiene mucho de caribeño y nos dirigimos hacia Hualamphong, donde por suerte había una oficina para cambiar que estaba abierta.

He de decir, que la estación tiene su encanto y sus peculiaridades. En España nos ponen una báscula a ver si estamos más gordos. ¿Quién no va a la estación a pesarse? Y aquí te adivinan el futuro con esta máquina molona. Mucho mejor!

Cogimos un billete de segunda con aire acondicionado, cuyo precio rondaba los 200 Bahts, no lo recuerdo con exactitud y cuando montamos en el tren nos encontramos esto:

¿Este es el aire acondicionado? ¡No quise imaginarme los asientos en tercera! Jejeje
Menos mal, que el revisor, un señor bastante peculiar, nos avisó de que con el despiste nos habíamos metido en 3ª y nos llevó hasta nuestros asientos. La verdad es que mereció la pena pagar un poco más, los asientos de 2ª son bastante cómodos y el aire acondicionado existe de verdad! Lo justo para echar una cabezadita durante las casi 3 horas de viaje hasta Ayutthaya.
AYUTHAYA, LA CIUDAD DE TUK TUK TUNING
Con diferencia estábamos en la ciudad donde se encontraban los tuk tuk más originales de Tailandia, vamos que estaban "to wapoooos"

Había leído tantos diarios y tanta información sobre Ayutthaya, que moría de ganas por llegar de una vez, era una visita que me hacía especial ilusión.
Tal como se narraba en los diarios que había visto por el foro, nada más bajar del tren, decenas de tuktukeros aguardaban preparados para asaltar a todos los guiris. Hasta nosotros se dirigió un señor mayor muy agradable, abriendo una riñonera de la que sacó un cuadernillo. Se llamaba Noi y era más majo que la mar y antes de mediar palabra, nos dió uno de sus muchos libros de firmas , lleno de opiniones estupendas de turistas españoles para que echáramos una ojeada. Nos pareció muy fiable y con ese sistema de marketing tan Pro ¿Cómo no íbamos a ir con él?.
Primero nos acercó a la estación de autobuses para que pudiéramos dejar las maletas en consigna y comprar los billetes para el trayecto que haríamos por la tarde hasta Sukhothai y acordamos pagar 400 bahts por 4 horas, si no recuerdo mal.
Empezamos viendo el parque histórico de Ayyuthaya (que está dividido en diversas zonas o recintos) que nos encantó, era tan diferente a los templos visitados en Bangkok, con esa tranquilidad y esa ausencia de chinos dando la castaña que fué un gustazo.
Wat Yai Chaya Mongkol, con su impresionante buda reclinado y templos.






Después nos dirigimos hacia Wat Phanan Choeng, donde visitamos uno de los templos que más llamativo me resultó, la primera sala que encuentras al entrar es una mezcla de templo y feria, lleno de luces tipo navideño, colores, aroma a incienso y frutas, telas de colores dispuestas por las paredes...Si me hubiera encontrado unos coches de choque por ahí, no me habría extrañado.



Cuando llegamos estaban realizando una especie de ceremonia junto a este buda, cuyas dimensiones no se aprecian en la foto. Sobre sus brazos había varios hombres subidos que arrojaban los mantos de la figura sobre las personas que se encontraban en el suelo entonando manthras, estos, la recibían y se escondían bajo ella, hasta que terminaba el canto y nuevamente desde arriba volvían a replegar las enormes telas.





Tras esta visita, el calor era insoportable, así que Noi nos llevó a un restaurante para comer y refrescarnos antes de seguir visitando Wat Phra Mahathat y Viharn Phra Mongkol Bophit.






Nuestra visita en Ayyuthaya, llegaba a su fin, de manera que nos despedimos de Noi, y marchamos a esperar nuestro autobús a Sukhotai.

Se acercaba la parte más temida del viaje para mí.... las interminables horas de autobús

