4º DÍA: ¡HASTA LUEGO, EXTREMADURA! ¡HOLA, OROPESA!
El último día de nuestro recorrido por esta bonita zona de Extremadura amaneció con un sol radiante que nos permitiría disfrutar aún de algunos parajes que no nos queríamos perder.
Antes de despedirnos de Jarandilla pasamos a comprar una caja de riquísimas perrunillas, otra de las exquisiteces de esta bendita tierra. Eso sí, ya os comento que lo primero que hicimos nada más regresar fue ponernos a dieta, porque… ¡Ay omá que rico está tó lo que hace la gente extemeña!

La carretera que nos sacaría de La Vera está atravesada por varias gargantas de gran belleza, como las de Cuartos, la de Vadillo o la Hoz, en Losar; la de Alardos, en Madrigal o la garganta Naval, en Talaveruela. Hacer una parada, sacar unas fotos, disfrutar del paisaje y del rumor del agua… lograron que esta última etapa en tierras veranas fuera un auténtico placer.
Además, antes de abandonar Extremadura tuvimos la oportunidad de visitar aún dos pueblos imprescindibles: Valverde y Villanueva de la Vera, ambos declarados Conjunto de interés Histórico-Artístico.
Valverde fue el primer señorío que se independizó de la ciudad de Plasencia, aunque hoy es un pequeño pueblecito coronado por los restos del castillo de Don Nuño, del siglo XV.

Es interesante la iglesia de las Fuentes Claras, en la que se observan tres estilos arquitectónicos: románica su parte saliente, gótica el resto y rodeada de un alfiz árabe.

Aquí, las casas típicas de todas estas poblaciones (adobe, entramado de madera, dinteles de granito, balconadas…) forman un bellísimo conjunto que, desde el castillo, ofrece una bonita vista de sus tejados rojos y sus calles empinadas, algunas de ellas surcadas por regueras de agua de épocas medievales.


A la izquierda de esta foto se ve la picota o rollo, símbolo de justicia:

Villanueva de la Vera mantiene su arquitectura original muy bien conservada, no solo en sus casas, sino también en las calles con regueras y en su preciosa plaza porticada, donde acompañan al ayuntamiento otros edificios singulares, como la Casa Palacio, la del Chorrillo o la del Barco, llamada así por su estructura.




En Madrigal, ya en el límite con la provincia de Ávila, nadie que visite esta comarca debe marcharse sin ver el Puente Romano de Alardos, cuya altura sobre la garganta de este río es impresionante. La belleza de este paraje desde el que se dominan toda la Sierra de Gredos y el valle del Tietar puso el broche de oro perfecto a nuestra escapada extremeña.


Ya en tierras castellanas, la cercana Sierra de Gredos nos acompañó con sus mejores vistas durante el trayecto.

Llegamos a Oropesa a tiempo para comer en el parador y, luego, pudimos confirmar lo que ya habíamos observado al primer vistazo: ¡menudo lujo de alojamiento!

El parador está ubicado en el Palacio de los Álvarez de Toledo y es todo un hito en la historia de Oropesa y de toda la comarca. Fue morada de reyes y refugio de santos y, aunque no te alojes allí, su visita te descubrirá rincones únicos, secretos del castillo que lo protege y una historia, salpicada de curiosas anécdotas, que hacen de este lugar un enclave mágico. En la recepción te pueden dar un folleto para que realices una completa visita, ya que se trata de un parador-museo e incluye 30 placas informativas que ofrecen una visión de la historia del monumento desde su fundación. Realmente es una visita muy interesante (¡y gratis!)
El castillo, aunque está adosado al parador, se visita aparte, previo pago de 3 euros y cierra los domingos y los lunes por la mañana.

A la mañana siguiente nos dirigimos a la oficina de turismo, donde nos facilitaron una mini-guía para recorrer la ciudad monumental sin perdernos ni uno de sus monumentos.
Pasadizo:





Este pequeño viaje ha sido una fantástica forma de empezar el año con las pilas recargadas. Si tenéis ocasión, no lo dudéis, Extremadura no solo es una tierra que ofrece paisajes, monumentos, pueblos pintorescos o una estupendísima gastronomía. Lo mejor de Extremadura es su gente, la más amable, hospitalaria y acogedora que puedas encontrar. Ya estoy deseando volver.