Kyoto: Nishiki/Ponto-cho ✏️ Diarios de Viajes de Japon

---

Hoy nos levantamos más tarde. Nuestro tren hacia Kyoto salía a las 9:38 así que nos lo tomamos con calma.

Nos despedimos del amable dueño del hotel, que nos regaló una copia de la foto que nos había hecho para ponerla en su muro de viajeros, y nos fuimos hacia la estación caminando sobre el hielo. Estábamos a -8ºC y el día estaba despejado, lo que hacía que las calles fueran pistas de patinaje.

El tren hacia Nagoya iba bastante más vacio que a la ida y el trayecto se hizo corto. En Nagoya cambiamos a un shinkansen que en poco menos de una hora nos dejó en Kyoto a las 13:15.

Cogimos el metro y fuimos hasta el hotel. Me da la impresión de que aquí el metro no está tan desarrollado como en Tokyo, lo vimos más complicado, sobretodo a la hora de sacar billete, aquí primero hay que echar el dinero y después elegir la parada.

El hotel bien, igual que el de Tokyo. Habitación mediana y confortable en el 9º piso.

Como ya era la hora de comer nos fuimos y comimos cerca del hotel. El restaurante Yanokuten. Comimos superbien y muy bien de precio.

Con el estómago lleno y las pilas cargadas nos fuimos a pasear.

Caminamos hasta llegar al mercado de Nishiki. En este mercado hay centenares de puestos con comidas raras para nosotros y con puestos de artesania. Compramos una bolsa de pastillitas de sidral de la Kitty para la nena, que seguro que le encantan.

Además de estos puestos hay unas galerias con tiendas de ropa, souvenirs, zapaterias...compré un gorro nuevo para mi.

Después seguimos paseando por Kawaramachi-dori, una calle supertransitada y en la que entramos en un centro comercial que tenia Uniqlo y compramos bastante ropa para la peque y Raúl.
Como ya anochecía decidimos ir a Ponto-cho. Este callejón es precioso y es una de las 5 zonas donde se pueden ver geishas. Pasear por esta calle de noche con los farolillos encendidos fue precioso. Vimos 2 chicas que no sabemos decir si eran geishas o maikos. Una iba acompañada de 3 señores. La otra iba corriendo, suponemos que llegaba tarde.

Después de pasear por el callejón nos acercamos a ver el teatro Minamiza por fuera, así cruzamos el rio y vimos todos los restaurantes cuya entrada esta en el callejón, que la verdad que todos eran chulisimos y tenían una pinta estupenda.

Volvimos andando a casa. Estábamos reventados de andar. Dejamos las compras y cenamos en el mismo sitio que habiamos comido ya que ninguno de los otros nos convencía.

Por la noche nos conectamos con la nena, iba disfrazada de Elsa y estaba bien y contenta.

Estuvo enseñándonos unos cuentos que le habían comprado los abuelos y dándonos de comer magdalena a través de la pantalla.

Cómo la echamos de menos....!!!!!

---