Hoy tenemos nuestra primera excursión: nos vamos al Lago Maggiore. Este lago es el más occidental de los grandes lagos y se encuentra en la frontera entre Lombardía, Piamonte y Suiza. En el siglo XV la mitad sur se convirtió en feudo de la poderosa familia Borromeo. No es tan espectacular como el Lago di Como, pero las tres Isole Borromeas son preciosas.
El desayuno ha sido superligero, ya que a las 8:29 sale nuestro tren camino de Stresa, desde donde cogeremos el ferry para visitar las Islas Borromeas.
Para conocer los horarios y las tarifas de los ferrys, lo mejor es consultar esta página: Navigazione Laghi
Nuestro primer destino es Isola Bella, que hasta 1632 no era más que un peñasco rocoso. En 1630 Carlo III Borromeo decidió construir un palacio en honor a su esposa, con unos jardines llenos de fuentes, vegetación, caminos... y también decidió cambiar el nombre de la isla, dándole el nombre de su esposa, Isabella D'Adda, y se conoció como Isola Isabella (que más tarde será acortada a Isola Bella). La verdad es que como declaración de amor, no está nada mal.
Tras dar una vueltecita por el mercadillo que hay junto al embarcadero, lo primero que hacemos es visitar el Palazzo Borromeo, que ocupa prácticamente toda la isla.
En las taquillas se pueden adquirir diversos tipos de entradas: nosotros nos decidimos por la entrada combinada de Isola Bella e Isola Madre.
Dicen que el Palazzo Borromeo es el edificio más bello del lago. Está lleno de suntuosas estancias con pinturas y muebles ornamentados que hacen que sea fácil imaginar las fiestas y las bodas que una vez se celebraron allí. Destacan la Sala da Ballo, el Salone delle Feste, la Sala del Trono y la Sala delle Regine, la Sala de Música que alberga valiosos instrumentos musicales, etc.
Pero si hay algo impresionante son los jardines. Hay un teatro al aire libre que tiene estatuas que representan los cuatro elementos, el "Giardino del Amore" con decoración geométrica, lirios de agua y cítricos, el Jardín Azalea y el "Piano della Canfora" que lleva el nombre del laurel de 150 años. En el jardín de estilo inglés, el "Giardino dei Fiori" hay flores de loto. En el punto más alto hay un gran unicornio, símbolo de la familia Borromeo.
Pero por mucho que cuente, ya se sabe aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Y por muchas fotos que ponga, ninguna mostrará la belleza que se encuentra.
Por cierto, seguro que los que seguís Corazón, Corazón o echáis un ojo a las revistas en la peluquería, os suena eso de Borromeo. Pues si, Beatrice Borromeo, esposa de Pierre Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco, pertenece a esta familia. De hecho las fotos de la boda se hicieron en estos jardines.
Y llegado el momento, cogemos el siguiente ferry con destino a Isola Madre, la más grande de las Islas Borromeas. Aunque Isola dei Pescatori está a 5 minutos, decidimos dejarla para el final, para quedarnos con buen sabor de boca (nunca mejor dicho).
Isola Madre es la más grande de las Islas Borromeas. Allí se encuentra, el Palazzo Madre, hoy en día un poco abandonado, rodeada de extensos jardines botánicos. A la entrada a la villa se encuentra el ejemplar de ciprés de Cachemira más grande de Europa. Tiene más de 200 años. En 2006 una tormenta atacó el ciprés y sufrió daños significativos, aunque actualmente está produciendo nuevas hojas.
En uno de los jardines, hay una cafetería. La verdad es que con el desayuno que hemos hecho, empezamos a tener un poco de hambre y todavía queda bastante tiempo hasta que llegue el momento de coger el ferry hacia Isola dei Pescatori. Nos decidimos por una focaccia rellena de lomo curado. El resultado es que comimos un trozo de pan reseco, con dos trozos de lomo que se transparentaba, al módico precio de restaurante con Estrella Michelin. Eso sí, los gorriones que se acercaron se dieron todo un festín.
Nuestro siguiente destino Isola Superiore o dei Pescatori, que es la única que tiene una aldea habitada y la única que todavía no es propiedad de la familia borromea, sino que forma parte del territorio de Stresa. Actualmente tiene unos 50 habitantes, cuya ocupación principal ya no es la pesca, sino el turismo. Los callejones están llenos de restaurantes y tiendas de souvenirs.
Ir de punta a punta de la isla no lleva más de 15 minutos: desde un lado se ve Isola Bella, en la otra punta hay una pequeña playa. Las casas antiguas de la isla tienen las puertas en las calles interiores, en un nivel más alto que la orilla del lago, Al parecer con esto se evita que el agua entre en las casas en las inundaciones de primavera y otoño.
Y mientras paseamos, descubrimos un puesto de pizza al taglio que hace que veamos las cosas de otro color...
Es el momento de regresar a Stresa: todavía quedan muchas cosas por hacer. Una vez en Stresa, vemos que tenemos tiempo de coger el Funicular Stresa-Mottarone. Bueno, nos da tiempo si conseguimos llegar hasta la estación del funicular, porque con las obras damos más vueltas que una peonza.
Demasiado tarde para llegar hasta Mottarone, pero sí que podemos hacerlo hasta la estación intermedia de Alpino. Aquí hay un jardín botánico desde donde las vistas del lago son impresionantes.
De nuevo en Stresa, por la orilla del lago nos dirigimos hasta la estación de ferrocarril: Milán nos espera.
El desayuno ha sido superligero, ya que a las 8:29 sale nuestro tren camino de Stresa, desde donde cogeremos el ferry para visitar las Islas Borromeas.
Para conocer los horarios y las tarifas de los ferrys, lo mejor es consultar esta página: Navigazione Laghi
Nuestro primer destino es Isola Bella, que hasta 1632 no era más que un peñasco rocoso. En 1630 Carlo III Borromeo decidió construir un palacio en honor a su esposa, con unos jardines llenos de fuentes, vegetación, caminos... y también decidió cambiar el nombre de la isla, dándole el nombre de su esposa, Isabella D'Adda, y se conoció como Isola Isabella (que más tarde será acortada a Isola Bella). La verdad es que como declaración de amor, no está nada mal.
Tras dar una vueltecita por el mercadillo que hay junto al embarcadero, lo primero que hacemos es visitar el Palazzo Borromeo, que ocupa prácticamente toda la isla.
En las taquillas se pueden adquirir diversos tipos de entradas: nosotros nos decidimos por la entrada combinada de Isola Bella e Isola Madre.
Dicen que el Palazzo Borromeo es el edificio más bello del lago. Está lleno de suntuosas estancias con pinturas y muebles ornamentados que hacen que sea fácil imaginar las fiestas y las bodas que una vez se celebraron allí. Destacan la Sala da Ballo, el Salone delle Feste, la Sala del Trono y la Sala delle Regine, la Sala de Música que alberga valiosos instrumentos musicales, etc.
Pero si hay algo impresionante son los jardines. Hay un teatro al aire libre que tiene estatuas que representan los cuatro elementos, el "Giardino del Amore" con decoración geométrica, lirios de agua y cítricos, el Jardín Azalea y el "Piano della Canfora" que lleva el nombre del laurel de 150 años. En el jardín de estilo inglés, el "Giardino dei Fiori" hay flores de loto. En el punto más alto hay un gran unicornio, símbolo de la familia Borromeo.
Pero por mucho que cuente, ya se sabe aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Y por muchas fotos que ponga, ninguna mostrará la belleza que se encuentra.
Por cierto, seguro que los que seguís Corazón, Corazón o echáis un ojo a las revistas en la peluquería, os suena eso de Borromeo. Pues si, Beatrice Borromeo, esposa de Pierre Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco, pertenece a esta familia. De hecho las fotos de la boda se hicieron en estos jardines.
Y llegado el momento, cogemos el siguiente ferry con destino a Isola Madre, la más grande de las Islas Borromeas. Aunque Isola dei Pescatori está a 5 minutos, decidimos dejarla para el final, para quedarnos con buen sabor de boca (nunca mejor dicho).
Isola Madre es la más grande de las Islas Borromeas. Allí se encuentra, el Palazzo Madre, hoy en día un poco abandonado, rodeada de extensos jardines botánicos. A la entrada a la villa se encuentra el ejemplar de ciprés de Cachemira más grande de Europa. Tiene más de 200 años. En 2006 una tormenta atacó el ciprés y sufrió daños significativos, aunque actualmente está produciendo nuevas hojas.
En uno de los jardines, hay una cafetería. La verdad es que con el desayuno que hemos hecho, empezamos a tener un poco de hambre y todavía queda bastante tiempo hasta que llegue el momento de coger el ferry hacia Isola dei Pescatori. Nos decidimos por una focaccia rellena de lomo curado. El resultado es que comimos un trozo de pan reseco, con dos trozos de lomo que se transparentaba, al módico precio de restaurante con Estrella Michelin. Eso sí, los gorriones que se acercaron se dieron todo un festín.
Nuestro siguiente destino Isola Superiore o dei Pescatori, que es la única que tiene una aldea habitada y la única que todavía no es propiedad de la familia borromea, sino que forma parte del territorio de Stresa. Actualmente tiene unos 50 habitantes, cuya ocupación principal ya no es la pesca, sino el turismo. Los callejones están llenos de restaurantes y tiendas de souvenirs.
Ir de punta a punta de la isla no lleva más de 15 minutos: desde un lado se ve Isola Bella, en la otra punta hay una pequeña playa. Las casas antiguas de la isla tienen las puertas en las calles interiores, en un nivel más alto que la orilla del lago, Al parecer con esto se evita que el agua entre en las casas en las inundaciones de primavera y otoño.
Y mientras paseamos, descubrimos un puesto de pizza al taglio que hace que veamos las cosas de otro color...
Es el momento de regresar a Stresa: todavía quedan muchas cosas por hacer. Una vez en Stresa, vemos que tenemos tiempo de coger el Funicular Stresa-Mottarone. Bueno, nos da tiempo si conseguimos llegar hasta la estación del funicular, porque con las obras damos más vueltas que una peonza.
Demasiado tarde para llegar hasta Mottarone, pero sí que podemos hacerlo hasta la estación intermedia de Alpino. Aquí hay un jardín botánico desde donde las vistas del lago son impresionantes.
De nuevo en Stresa, por la orilla del lago nos dirigimos hasta la estación de ferrocarril: Milán nos espera.