Teníamos previsto ir a Mantua por la tarde, pero pronto nos dimos cuenta que visitar el Palacio Comunal y el Palacio Te en solo una tarde iba a ser imposible. Mantua es una ciudad renacentista declarada patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO.
La mañana empieza bien, compartimos tren con los "Matrachini", su madre y la prima de ésta (afortunadamente no compartimos vagón).
Cuando llegamos a la estación, vemos que nos hemos dejado el plano de la ciudad: en una ciudad en obras, casi necesitamos un plano para buscar un sitio donde comprar un plano


Nos decidimos por empezar por la Plaza Sordello, y dejar el Palazzo Te para el final, de regreso a la estación. La Piazza Sordello es el espacio más céntrico de Mantua, está ocupada por los edificios más importantes de la ciudad: el Palazzo Ducal, el Duomo o los Palacios Acerbi (y la Torre de la Gabbia) y el Palacio Bonacolsi.


El Palazzo Ducale es, desde el siglo XIV, la sede de la familia Gonzaga. Es un complejo arquitectónico constituido por numerosos edificios unidos por corredores, galerías, patios, y jardines. Podemos visitar el palazzo por nuestra cuenta, a la hora que queramos, pero para visitar la Cámara degli Sposi tenemos que esperar a las 14:10. La entrada conjunta cuesta 12,00€. Yo recomiendo que reserveis la entrada para poder organizar mejor la visita a la ciudad en vivaticket.


Después de visitar el Palazzo, nos dirigimos a la Casa de Rigoletto, el bufón de la corte de los Gonzaga de la famosa ópera de Giuseppe Verdi. En realidad, el personaje tiene poco de Mantua, pues el drama fue basado en una obra de Victor Hugo que se localiza en Francia.

Hasta que llegan las 14:10, hora para visitar la Cámara degli Sposi, vamos a dar una vuelta por la ciudad. Llegamos a la Piazza dell'Erbe, que en la Edad Media albergaba un mercado. Aquí está el Palacio de la Ragione que, dicen que tiene una gran belleza, pero que está cubierto por andamios, así que nos quedamos con las ganas. Lo que sí que vemos es la Torre dell'Orologio con un reloj astronómico que se utilizó para hacer horóscopos y regular la vida cotidiana. Junto a ella, la iglesia más antigua de la ciudad llamada Rotonda de San Lorenzo, construida en 1082. Es una de las pocas iglesias circulares que sobreviven (la verdad es que hasta ahora solo conocía una en Salamanca).

Para visitar la basílica de Sant'Andrea tuvimos que esperar a que finalizara la boda de un Caravineri: trajes largos y uniformes de gala por doquier. Esta iglesia está basada en un proyecto de Leon Battista Alberti de 1470. El interior es de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón, decorada con casetones pintados. Aquí está la capilla funeraria del pintor Andrea Mantegna.



Y ya ha llegado la hora de volver al Palacio Ducal, a la zona del Castillo de San Jorge, para visitar la famosa Cámara degli Sposi, donde destaca el ciclo de frescos alrededor de las paredes, que está considerada como la obra maestra de Andrea Mantegna. El tema es la celebración político-dinástica de toda la familia Gonzaga, con motivo de la elección de Francesco Gonzaga como Cardenal. El realismo impresiona, hasta el punto de que si se eleva la vista hacia la esposa del duque, Bárbara, se ven los bajos del vestido.



En el techo se representa un óculo con un trampantojo con putti o angelitos desnudos manteniendo el equilibrio en un balcón pintado, mientras unos bromistas cortesanos sonríen con satisfacción.
La verdad es que hemos tenido suerte en poder visitar esta Cámara, ya que después del terremoto de 2012 la sala ha estado cerrada durante tres años y ahora las visitas son muy reducidas, por lo que merece la pena reservar la hora de la visita.
Y una vez en la calle, es el momento de comer, que ya empieza a juguetear el gusanito. Entre todos los restaurantes de la Plaza Sordello, nos decantamos por el menú de 14,00€ del Bar Gonzaga, con un risotto alla mantovana y unos raviolis di zucca, además de la ya famosa cotoletta alla milanese. La verdad es que la comida es bastante mejorable, pero con la hora que es no podemos arriesgarnos a buscar otro lugar.
Y después de una buena caminata que nos sirve para bajar la comida, llegamos al Palazzo Te (precio 12,00€), una villa suburbana construida en el siglo XVI obra de Giulio Romano, que fue aprendiz en el taller de Rafael de Sanzio. Esta villa de recreo fue mandada construir por encargo del duque de Mantua, Federico II Gonzaga, como lugar para los encuentros amorosos con Isabella Oschetti, su verdadero amor, y después de visitarla podemos afirmar que la debía de querer mucho, porque no escatimó detalle. Recomiendo llevar bien preparada esta visita, para poder disfrutar de cada una de las salas como se merece.





Una vez pasada la zona de las taquillas, la primera sala que se visita es la Camera di Ovidio o delle Metamorfosi, donde hay un retrato de Giulio Romano realizado por Tiziano. Esta sala recibe su nombre de las representaciones mitológicas que aparecen en los frisos, inspirados por la metamorfosis de Ovidio. La chimenea en mármol rojo de Verona está coronada por el Monte Olympus y lleva la inscripción: "F G II M M V" (Federico Gonzaga II, quinto Marqués de Mantua).



A continuación se visitan diversas salas como la Camera delle Imprese, la Camera del Sole e della Luna, que recibe este nombre por el fresco del centro de la bóveda, donde se representan los carros del Sol y la Luna, que simboliza el paso continúo de tiempo. A continuación se llega a la Loggia delle Muse y la Sala dei Cavalli que tiene retratos a tamaño natural de sus caballos preferidos y era la sala destinada al baile, pero la verdad es que hacer un baile aquí... ¡será que no hay salas mejores!



Y ya entramos en la Camera di Amore e Psiche que es una de las salas que más me ha impresionado del palacio. Recibe su nombre de la historia de Cupido ("Amor") y "psique", tomado de la Metamorfosis de Apuleyo. La sala estaba reservada para los visitantes de mayor prestigio.


De aquí llegamos a la Camera delle Aquile que era el dormitorio de Federico, la Logia de David, la Camera degli Stucchi, la Camera degli Imperatori…



Y el colofón de la visita es la impresionante Camera dei Giganti. La obra de Giulio Romano cubre toda la pared y la bóveda. Se representa a Zeus o Júpiter (símbolo de Carlos V) en la bóveda liderando a su ejército envuelto entre nubes y lanzando un rayo sobre los gigantes, símbolo de los súbditos desleales, que se derrumban en su fallido ascenso al Olimpo. La escena consigue sobrecoger por la intensidad del color, la distorsión de las formas, la agitación, el desequilibrio en las figuras,... Un buen final para la visita.



Desde aquí a la estación de ferrocarril y a casita, que el día ha sido muy intenso.