Esa mañana estuvimos sopesando qué visitar mientras desayunábamos. Teníamos varias opciones más o menos cerca, como la cascada Hengifoss o el fiordo Mjóifjörður, pero al final, como en el norte había mucho que ver, decidimos ir tirando hacia el lago Myvatn y tomárnoslo con calma. Ese día salimos más tarde de lo habitual.
Pusimos la dirección en el GPS y empezamos a hacer carretera. Cuando ya llevábamos unos cuantos kilómetros nos dimos cuenta de que no cuadraba el tiempo que nos daba el GPS en el cálculo del recorrido, ni tampoco el paisaje que íbamos viendo. Lo comprobamos también en el móvil y efectivamente estábamos yendo en otra dirección. Yo creo que fue la única vez que nos perdimos en todo el viaje (Oh! Milagro).
Le echamos paciencia y deshicimos el camino. En la página web de road.is ponía que algunas de las carreteras por las que teníamos que pasar tenían hielo, pero como llevábamos neumáticos de invierno no nos preocupaba tanto.
De camino al lago Myvatn paramos en una cascada que se veía a simple vista desde la carretera porque era bastante grande y nos paramos a estirar las piernas. De hecho había más gente que había dejado el coche en el aparcamiento y había dado un breve paseo para llegar a la base de la cascada. Hacía un frío espantoso, así que la visita fue muy breve. Tanto que ni se nos ocurrió hacerle una foto al cartel donde ponía el nombre de la cascada...
Si alguien sabe que cascada es y nos puede dar el nombre...
*Gracias a la forera Angegaca sé el nombre de la cascada! Rjúkandafoss. Muchas gracias!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de la parada continuamos el camino y a los pocos kilómetros empezamos a ver nieve, que pronto apareció en el mismo borde de la carretera. Enseguida vimos que el paisaje cambiaba radicalmente: el verde y marrón, colores imperantes en el paisaje hasta ese momento, daban paso al blanco absoluto. La nieve empezaba a cubrir también la carretera, eso sí, en una fina capa, y sólo destacaban por encima del blanco los ríos de agua helada de color azulado. Hacía sol, pero mucho viento y frío!!
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Los coches íbamos bastante lentos debido al estado de la carretera y me acordé de la turra que le estuvimos dando al de la oficina de alquiler con los neumáticos de clavos y que menos mal que nos habían hecho caso… y llegué a la conclusión de que a veces va bien ser pesado en esta vida. Si no hubiésemos insistido nos hubieran puesto los neumáticos de verano y ahora estaríamos hundiéndonos en el hielo cual Leonardo di Caprio.
Por suerte pudimos atravesar todo el espectacular paisaje nevado sin ningún percance. Es más, nos lo tomamos con mucha calma porque mi experiencia conduciendo por nieve/hielo es nula. Los que estáis acostumbrados a ver nieve estaréis flipando en colores y diréis 'pero si no hay naaaa', pero es que aquí no vemos la nieve en pintura!
Llegamos a un lugar donde pudimos dejar el coche y echar alguna fotografía de las montañas de fondo enharinadas. Hacía una rasca y un aire considerables…
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DETTIFOSS Y SELFOSS
De ahí estábamos bastante cerca ya de Dettifoss y Selfoss. No pudimos elegir carretera porque sólo estaba abierta una de ellas -862- por el tiempo y el estado de la misma, así que no hubo dilema posible. Dejamos el coche en el aparcamiento, que no estaba demasiado lleno. Aquí tampoco pagamos; yo no vi ningún cartel ni nada. Eso sí, tuve que usar el lavabo ese portátil que estaba en un estado bastante deplorable...si ya de por sí es bastante desagradable, intentar usar eso con 5 capas de arriba, 2 capas abajo es una odisea.
El camino de tierra hacia Dettifoss estaba helado, con restos de nieve y charcos de agua congelada. A medida que nos íbamos acercando se escuchaba el ruido ensordecedor de la fuerza del agua al caer, y se veía el vapor del agua subiendo entre las rocas. Esto nos daba una pista de lo que se avecinaba unos metros más adelante. En total fueron unos 15’ andando desde el aparcamiento; está muy cerca.
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Al llegar es espectacular ver ese enorme caudal de agua y la rapidez y la brutalidad con la que se desborda hacia el acantilado. Por momentos se te encoge el corazón al ver el potencial de la naturaleza y lo irrelevantes que somos ante esa fuerza. Andamos hasta el mirador. Los accesos para acercarse más a la cascada estaban cerrados, no sé si de forma permanente o por el estado del suelo, ya que había restos de hielo y podía ser muy peligroso. De todas formas no hace falta acercarse más. Nos mojamos un poco debido al vapor del agua, así que es mejor ir con algo de ropa impermeable.
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Estuvimos un rato observando la cascada, que tiene 45 metros de altura y 100 de ancho. Se trata de la cascada con mayor volumen de Europa.
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A continuación seguimos las indicaciones para ir a la cascada de Selfoss, que está un poco más arriba, pero a penas hay otros 15 minutos a pie desde Dettifoss. Igual que en el caso de Dettifoss se puede visitar desde ambos lados, aunque creo que son mejores las del lado contrario donde estábamos, porque se ven más saltos de agua que desde nuestra perspectiva no veíamos, pero la carretera manda y en estas épocas la carretera 864 está cerrada.
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Por cierto hay gente que se acerca al mismísimo borde de la cascada, cosa que me da un yuyu tremendo porque las rocas están mojadas. Si se siguen las indicaciones el camino no entraña ningún riesgo.
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Después de disfrutar de semejante espectáculo de la naturaleza volvimos al coche y como era la hora de comer, pues eso hicimos. Nos comimos el arroz que nos habíamos preparado por la mañana y ya teníamos fuerzas de nuevo para hacer frente al frío y a la carretera.
HVERIR
Nuestra próxima parada: la zona geotermal de Hverir. Qué decir de este lugar… Es impresionante. Es como salir un poco de este mundo para ver más allá. Es ver y oír como hierve el agua en el suelo delante de tí, observar una y otra vez las burbujas de lodo y sentir el calor que emana del suelo, apreciar los colores de la tierra y ese desagradable olor que te transporta a un lugar nada común. Y poder estar allí es una experiencia única, algo que recordar para siempre.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Estuvimos allí un buen rato, a pesar del viento y el frío. El recorrido está delimitado con cuerdas y te va haciendo pasar al lado de las fumarolas, aunque se puede andar hasta la cima de la colina roja, Námafjall. Nosotras nos limitamos a lo básico porque hacía un frío que pelaba. No pagamos nada, ni por aparcar ni por visitar nada; es todo gratuito.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de esta fantástica visita llegamos hasta Grjótagjá, que no estaba más que a unos pocos minutos en coche. El aparcamiento estaba bastante lleno, y es que el lugar se ha hecho súper famoso porque ha salido en Juego de Tronos. No es que sea el único lugar de Islandia que aparece en la serie, pero este es muy icónico porque es la entrada a la cueva donde Jon Snow retoza con la pelirroja Ygritte. Pero sólo la entrada porque la cueva que sale en la peli es un decorado...
La parada fue bastante anecdótica porque Bea dijo que le daba mal rollo bajar porque se podían desprender rocas, que lo había leído en internet y que pasaba de arriesgar su vida para eso xd. Yo sí me asomé detrás de unos chinos que no se terminaban de decidir, porque la entrada da un poco de mal rollo, la verdad. No vi nada porque primeramente estaba prácticamente oscuro, ya que no entraba ni un resquicio de luz y segundo, las gafas se me empañaron porque el agua del interior de la cueva está bastante caliente, más o menos al nivel de cuando abres el horno para sacar la pizza.
Hace años los islandeses venían a bañarse a esta cueva pero la temperatura del agua aumentó a más de 50º haciendo el baño impracticable, aunque dicen que ha vuelto a descender poco a poco. Ahora se siguen bañando en una muy cercana.
Después de esta fructífera visita fuimos para el hotel, que en este caso era de la cadena Iceland Hotel, y que a nosotras nos gustó mucho y lo recomendamos totalmente, por lo menos el del lago Myvatn. Subimos nuestras cosas a la habitación, que era súper bonita, pero no nos entretuvimos mucho, porque la idea era ir a probar los baños naturales.
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BAÑOS DE MYVATN
Así que eso hicimos, cogimos una mochila y metimos las toallas, los bañadores y las chanclas y vuelta al coche. Los baños están super cerca del hotel, pero tampoco como para ir andando. Llegamos allí sobre las 18.30 aproximadamente y había tiempo de baño hasta las 10 de la noche. Sin duda, los baños naturales son un lugar muy concurrido, el aparcamiento estaba a tope.
En recepción pagamos y nos dieron unas fichas con forma de moneda para la taquilla. También nos preguntaron si queríamos incluir alguna bebida, pero pasamos. Me podéis llamar rarita pero a mí se me hace raro estar bañándome con un vaso en la mano. Si queréis beber pedidlo en ese momento para que os la traigan dentro del agua, porque luego vais a sufrir mucho como tengáis que salir del agua expresamente a pedirla.
Antes de entrar al vestuario hay que dejar las botas fuera, en unas taquillas, para no ensuciarlo.
Los vestuarios estaban bastante concurridos, mucha gente salía pero también entrábamos a esas horas, y es que después de un día de ruta a quién no le apetece un baño de agua calentita. Es obligatorio ducharse desnudos antes de entrar a las piscinas. A la salida es más que necesario hacerlo y también lavar bien los bañadores porque el olor del agua es bastante ‘peculiar’ y se queda impregnado en las toallas, etc. No se puede entrar con nada de joyas y tampoco gafas porque se estropean con ese agua.
Salir al exterior en bañador fue...cómo decirlo sin soltar ninguna palabrota. Corrimos a meternos dentro del agua antes de que nos salieran estalactitas en el pelo.
Dentro de la piscina se estaba en la gloria, el agua tiene un color muy bonito y además es como más densa debido a la cantidad de minerales. El suelo es de arena y grava. A esas horas se estaba poniendo el sol y el cielo tenía unos colores preciosos ( y yo con las gafas en la taquilla...ehem). La valiente Bea se trajo una cámara pequeña para hacer un vídeo dentro de la piscina y tener algún recuerdo. Lo de valiente lo digo porque después tuvo que salir para volver a guardarla en la taquilla...
Estuvimos allí hasta que se hizo completamente oscuro. La verdad es que es una experiencia muy agradable. Dentro del agua se está genial… cuando te tocas la cara la notas helada, pero no se siente nada de frío porque además el vapor del agua la mantiene caliente. Había zonas de la piscina que estaban más calientes que otras, pero la temperatura era agradable en todas ellas, entre 36 y 40º.
Os dejo una captura del vídeo que hicimos (aham...calidad 4k ya véis...)
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Quisimos probar otra de las piscinas, donde no había nadie. Aunque dedujimos correctamente el porqué quisimos probarlo en primera persona. Atravesamos corriendo las escaleras y nos metimos dentro de la otra piscina...el agua estaba fría que te cagas. Nadamos durante 3 minutos para no quedar como unas pardillas y salimos de allí pitando. Además de las piscinas naturales había también otra bañera de agua caliente, pero estaba ocupada.
Cuando nos hartamos de estar allí, contamos hasta 3 para salir, cogimos nuestras toallas y entramos al vestuario a ducharnos y a vestirnos. La verdad es que los vestuarios se quedan bastante justos para la afluencia de público que tienen estos baños. A lo mejor tendrán que hacer pronto como en el Blue Lagoon, que la gente tiene que reservar para poder acceder, no me extrañaría nada.
Nada más llegar al hotel pusimos a secar nuestros bañadores y toallas. La verdad es que olían bastante fuerte por el agua. Después bajamos a cenar y nos dimos el capricho de hacerlo en el restaurante del mismo hotel. Todo muy bueno! El camarero era italiano y estuvimos hablando bastante con él.
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Esa noche la actividad de las auroras era de 3 o 4 y además no estaba nublado, así que era un buen día para verlas. Subimos a abrigarnos a tope y salimos a la oscuridad de la noche. No estábamos en el mejor emplazamiento porque había bastante luz en el ambiente. Más huéspedes estaban fuera con las cámaras y los trípodes. Efectivamente cuando miramos al cielo vimos que había unas líneas en el cielo de color blanquecino.
Decidimos salir del pueblo para verlas mejor y nos fuimos para la ‘cueva de Juego de Tronos’. Para no habernos entusiasmado mucho ahí estábamos de nuevo. La verdad es que se llegaba en un momento en coche y allí no había ni una luz. Vamos, es que daba hasta yuyu estar allí en medio de la nada. Estuvimos un rato observando el cielo y efectivamente las luces se iban moviendo bastante rápido, pero eran de un color muy tenue y costaba bastante captar el movimiento a simple vista.
La verdad es que estuvimos allí un buen rato esperando más pero no tuvimos mucha suerte...de hecho no sacamos ninguna fotografía. Y esa fue la única vez que vimos auroras boreales en Islandia xd aunque menos es nada, así que yo me alegro de haber visto al menos eso. Si el que no se consuela es porque no quiere…
Cuando volvimos al hotel allí estaban los chinos con los trípodes echándole fotos al cielo. A riesgo de quedar como una pedazo de ignorante es que no sé a qué le estaban echando tanta foto porque no se veía casi nada.
Antes de acostarnos estuvimos mirando un poco la excursión de las ballenas y decidimos reservar en una de las empresas de Husavík, concretamente en North Sailing, para la excursión de las 11 de la mañana. Decidimos que primero iríamos a hacer la excursión y por la tarde volveríamos a la zona del lago para ver cosas que nos quedaban pendientes -básicamente dimmu borguir y los pseudocráteres -y después, de camino a Akureyri pasar por Godafoss.
Ese era el brillante plan que luego se torció del todo y que ya contaré en la próxima etapa.
El hotel donde estuvimos es el Icelandair Hotel Myvatn y la habitación era doble con baño privado. La cama era enorme y comodísima, televisión pantalla plana, el baño con todos los amenities, etc. Además que el sitio es nuevo y moderno, es muy acogedor. Súper recomendable. Nos costó 108€ sin desayuno. Tienen restaurante, aunque es caro, a nosotras nos gustó todo lo que comimos. Aparcamiento gratuito.