Día 6: Termesos - Cataratas - Perge - Aspendos - Side - Konya.
Salimos del hotel de Antalya muy pronto, gracias a que sirvieron el desayuno súper temprano.

Termesos
Llegamos bien temprano, sobre las 9 horas.
No había nadie aún, así que otras ruinas en exclusiva para nosotros.
La taquilla se encuentra a 9 km del aparcamiento de la ciudad antigua, por lo que hay que recorrerlos en coche atravesando el parque natural.
Tiempo aproximado de visita: 1:30 horas.
Ojo a la subida, que es bastante dura.
En poco más de una hora llegamos al imponente teatro, haciendo este recorrido: depósito, templo de Artemisa y Adriano, muralla, puerta, gimnasio, muralla alta, sistema de drenaje, calle de las columnas, algún edificio sin identificar, pórtico, cisternas, heroum, templo menor de Artemisa, bouleuterion y ágora.
Puede ser una de las mejores vistas del viaje, así como uno de los momentos más especiales contemplando las vistas de los montes cercanos desde el punto más alto del teatro. Pura magia.
A continuación comenzamos la bajada de 15 minutos hasta volver al aparcamiento.

A continuación nos dirigimos hacia las Cataratas Duden: 1 hora / 45 km.
Impresionante salto de agua, que sobrecoge con sólo escuchar el estruendo de la fuerza con la que brota el agua hasta romper en el mar.
Sólo es posible divisarla desde lejos para contemplarla en todo su esplendor.
Entrada gratuita.
Tiempo aproximado de visita: 20 minutos, pues nos paramos en muchos ángulos diferentes.
Compramos un buen puñado de moras por unos 15 tl en un puesto junto a la catarata.
No sabemos qué ocurre con la fruta de Turquía, pero siempre está sabrosa, apetecible y en su punto. Y barata, por supuesto.

Continuamos la ruta hasta la Catarata y parque natural de Kursunlu.
Visita imprescindible, a pesar de ser otra catarata es muy diferente. Esta se puede 'tocar'.
Tiempo completo de visita: 1 hora.
Precio: 8 tl (no es válida la Museum Pass).
El aliciente de esta catarata es que hay varias, que incluso podemos atravesar y refrescarnos.
Nosotros seguimos hasta la catarata de los nenúfares, y casi sin querer comenzamos un sendero que rodeaba el parque.
Aunque no estaba muy bien señalizado (marcaba continuamente la salida como si estuviera cerca), con la brújula y el GPS del teléfono fuimos viendo la ruta para saber que nos nos alejábamos. Ese sendero supone unos 20-30 minutos extra.
Merece la pena porque es bonito y va rodeando la ribera del río hasta llegar a unos pinares junto a la entrada del parque.

Pusimos rumbo a Perge, uno de los platos fuertes del día: 15 minutos / 8 km.
Tiempo aproximado de visita: 2 horas.
No estuvimos más tiempo por el agobiante calor, uno de los días más adversos (en lo que a temperatura se refiere) de todo el viaje.
Imprescindible agua y sombrero para evitar insolaciones: no hay nada de sombra.
Perge es espectacular en sí misma, es difícil destacar sólo una cosa.
Un aliciente extra es un mosaico que han descubierto hace sólo unos meses, que muestra la muerte de Ifigenia, la hija de Agamenón.
Uno de los momentos más duros fue, con más 40º C a pleno sol, la subida al mirador. Pero es que las vistas de toda la ciudad desde el punto más alto de la colina bien lo merecía. Sin palabras.
Volvimos a la puerta y visitamos los baños y el propylon. Y por último, el teatro.

Rumbo a Aspendos: 35 minutos / 35 km.
De Apendos dicen que tiene uno de los teatros greco-romanos mejor conservados del mundo.
Damos fe, es impresionante. Por eso lo dejamos para el final, tras haber visitado los teatros de las otras ciudades antiguas.
Con capacidad para más de 15000 espectadores, fue construido en el año 155 d.C.
La ciudad se ve rápidamente, ya que pasa a un segundo plano y no está muy explotada que digamos.
Tiempo estimado de visita: 1 hora.
Estábamos tan entusiasmados que nos vinimos arriba, literalmente.
Echamos un vistazo a la agenda y vimos que era temprano aún.
Conocimos la existencia de la ciudad de Side en el museo de Antalya, y nos llamó la atención.
Así que allí nos plantamos...
Llegamos un poco tarde, pero estábamos dispuestos a ver lo que pudiéramos.
Intentamos aparcar muy cerca, pero nos metimos en la boca del lobo. Hay un parking muy pequeño donde estuvimos atascados un rato por culpa del tráfico.
Dimos la vuelta y encontramos uno público bastante cerca, junto a la parada de taxis, así que dejamos allí el coche.
Anduvimos un poco y visitamos en primer lugar el Museo de Side.
Es pequeño pero muy interesante y bien montado, así que le dedicamos unos más que suficientes 30 minutos.
La ciudad antigua de Side la vimos de pasada, sin pararnos mucho.
Le dimos prioridad al teatro, ya que cerraba a las 19 horas.
Hicimos bien, puesto que si hubiéramos llegado un poco más tarde sería imposible visitarlo.
No está tan bien conservado como el de Aspendos, pero piensan que pudo albergar hasta 20.000 personas en sus gradas.
Dimos un tranquilo paseo por la Marina, disfrutando del ambiente y los restos arqueológicos que íbamos encontrando bajo nuestros pies gracias a enormes cristaleras colocadas magistralmente.
Nos hubieran encantado hacer noche en Side, la verdad.
Pasadas las 19 horas llegamos al principal atractivo de Side, el Templo de Apolo.
Disfrutamos de las vistas y el entorno (está ubicado al final de la península, junto al mar) y regresamos al parking.

Esa noche dormíamos en Konya, y aún nos quedaban más de 3 horas de viaje en coche por carreteras sinuosas de montaña en plena noche.
Konya es una ciudad grandísima, tanto que nos impresionó.
Era tarde y todos los bares y restaurantes estaban cerrados. Fuimos buscando en Tripadvisor durante el trayecto pero ninguno estaba abierto a nuestra llegada.
La única opción era un centro comercial con zona de restauración que cerraba a las 23 horas (según Google).
Afortunadamente, llegamos a tiempo para comer algo rápido (cerraron minutos después) y marcharnos al hotel.
Éramos los últimos , ya pensaban que no llegaríamos...
Para desplazarnos de una punta a otra de Konya necesitamos, prácticamente, 20 minutos atravesando mil y una rotondas, sin exagerar. Imposible sin GPS y muy estresante.
Otro gran día quedaba atrás.
Última noche antes de llegar a la Capadocia.