Nos levantamos sobre las 8. Procedimos a recoger un poco la habitación y nos fuimos a desayunar.
El desayuno era muy completo tal cual os describí anteriormente. Podía variar en que alguna mañana nos encontramos con donuts de chocolate, recién hechos, blanditos y muy ricos. Estaban continuamente reponiendo, y lo que empecé a tomar todas las mañanas era el melón valenciano, la papaya y la sandía. Además el yogur de durazno, que tenía un sabor muy tropical o el de fresa que también me gustó mucho.
Cada día probaba o alguna de las tortillas con ingredientes que tu pedías, o tostadas recién hechas. Ademas el desayuno es desde las 7 hasta las 10, y dependiendo de la hora que bajes vas a un buffet o al contiguo, que empieza más tarde pero tiene lo mismo.
Desayunamos con calma todo lo que nos iba apeteciendo, y cuando acabamos fuimos a por las mochilas y cámara y nos fuimos a la playa. Como de paso nos pillaba la piscina y la acababan de abrir, me meti un chapuzón buscado algo de frescor… que poco conseguí pues el agua esta permanentemente caliente y me tumbe un poco en las hamacas de agua que tienen. Despues nos fuimos a la playa, cogiendo previamente las toallas en los carros enormes donde están para servirte.

Algo que me llamaba la atención, es que no había ningún control de las que cogías y dejabas. Mucha gente iba y cogía dos o tres, dejaban en la hamaca de la piscina y en la hamaca de la playa, asegurándose sitio en ambas pero a la vez no dejando libre para otro. Yo no lo hice nunca porque tenía claro que casi todo el rato estaríamos de playita que es lo que venía buscando en mis vacaciones.
Además al lado está el bar de steak que están continuamente sirviendo patatas fritas, alitas de pollo, hamburguesas, tortillas con cochinita pibil, perritos calientes, nachos…y más variados. Y luego todos los cocteles como te los ponían la barra de la piscina.
Además para las bebidas hay servicio de camarero. Es decir, que tú te puedes ir a la barra a pedir, o esperar a que te vengan a tu hamaca a que te pregunte si quieres algo y te lo trae el camarero. Una pasada!

Nos pasamos un día de agua, hamaca, solito, comida y cocteles. Todo increíblemente bueno. 8)
La playa a la que accedes desde este hotel tiene arena fina, aunque hay una parte que es un poco más basta pero no te hace daño al pisar, y al entrar al agua por una parte te encuentras algo de piedra pero también hay una parte que no tiene nada de piedra, y el agua esta súper limpia.
Caribe ya sabéis, poco oleaje, agua calentita y muchos peces!!! Puedes hacer snorkel sin ningún peligro y hacer fotos acuáticas que quedan guapísimas.
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En el steak de la zona de playa también están los baños, muy limpios y siempre con papel higiénico. También tiene lavabos y espejos para asearte si lo necesitas. Así pues, disfrutamos de un día entero de playa y steak, además a media tarde hicieron unas brasas que despertaban el hambre a cualquiera y prepararon comida mexicana y más hamburguesas y perritos a la brasa. Todo buenísimo!!!
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Justo sales de la playa, hay unas duchas con agua muy fresquita que agradeces de la que te limpias de la arena, y accedes a otra de las piscinas, con hamacas y al lado uno de los puestos para recoger y dejar toallas.
Allí vi por fin al mapache!!

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Nos metimos un chapuzón en la piscina y estuvimos un poco en las hamacas de la piscina.

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Luego nos fuimos al rio lento y dimos el viajecito sobre el flotador. 8) Es muy fácil subirse, ya que tiene dos anillas para sujetarte y encajar el culo. La corriente te va llevando, y también vas dando tú con el pie y las manos para coger el camino. Es muy relajante y duraría una media hora. Puedes dejar las chanclas donde coges los donuts y también las toallas, la gente respetaba todo y no se llevaban nada.
Así transcurrió nuestro día y cuando empezamos a notarnos algo cansadas, decidimos irnos a la habitación prepararnos y disfrutar de nuestra cena temática en el restaurante FRANCÉS, que habíamos reservado para esta noche y gracias al error de habitación que tuvieron, a nosotros sería sin coste.

Nada más entrar, es increíble el ambiente. Tranquilo, fresco muy bonito ambientado en tonos azules, y una atención mucho mas personal ya que es mas pequeño que el resto de temáticos.

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Nos llevaron a nuestra mesa, las sillas son butacones muy amplios y cómodos. Era una pasada estar ahí sentada sin haber empezado a comer.

Nos dieron la carta con los platos a elegir. Son platos muy elaborados y originales, distintos a los clásicos entrantes, ensalada y carnes/pescados.
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Pedimos una crema de langosta, una lasaña de langosta, tostas y también había para pedir vichisua. En los segundos pedimos langosta que iba preparada con un salpicón y luego la cabeza si te gusta comerla, también pato y unas costillas también muy ricas y los postres ya eran una autentica pasada. Mejor que describirlos, os pongo unas fotos para que juzguéis.

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Tardaban algo en traernos los platos, el camarero nos indicó que era porque el cocinero lo hace en el momento, es decir, no lo tienen preparado y lo recalientan, sino que lo elaboran en ese momento. Estuvimos en total dos horas cenando, pero la espera mereció la pena. Después de haberlo probado, aunque hubiera que pagar, os lo recomiendo totalmente.


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Siempre había espectáculos con mucha gente siguiéndolos, yo no me quedé ya que dábamos un paseo por el hotel y nos recogíamos pensando en la excursión del día siguiente…
