La ruta la realizamos el sábado 1 de agosto. Llevé a 3 amigos a caminar, hacía años que no lo hacían (fueron de los que se echaron atrás tras subir Peña Ubiña) y tras preguntar a conocidos por algún pico que cree afición, decidí subirles a La Siella, en Teverga. Para completar vimos que enfrente está Barzanalgas, y lo metimos en el plan. El día muy abierto y con calor (quizá excesivo en la bajada), y creó afición; antes de llegar a Avilés ya estábamos quedando para hacer una el lunes, que no sé si saldrá al final, pero la idea de Burra Blanca y Cuetu Ventosu está ahí.
COMO LLEGAR
La ruta arranca desde Carrea, en el concejo de Teverga. Más en concreto desde el tanatorio, unos metros por encima. Debemos tomar la A-63 hasta Trubia (Valles del Trubia en la autopista), desviándonos ahí y seguir en todo momento la cartelería de Puerto de Ventana, tras pasar San Martín cruzaremos Las Vegas, al final del pueblo sale una carretera a mano izquierda donde se anuncia Carrea, ojo que el cartel se ve cuando estamos ya encima. Luego seguiremos las señales del Tanatorio, aparcando delante de él.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 11,8 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 950 metros
Cota máxima: La Siella (1.517 metros)
Itinerario: Semicircular
Niños: A La Siella si están de andar, desaconsejaría subirlos a Barzanalgas, se crestea mucho y la bajada entre piedras es dura.
Señalización: A La Siella marcas y jitos; a Barzanalagas apenas algún jito.
LA RUTA
Nos perdimos para llegar por no mirarlo bien, y entre eso y desayunar en Proaza empezamos a caminar a eso de las 11, pero bueno, no había ninguna prisa, el día estaba para pasarlo tranquilamente en el monte. Aparcamos junto a la Ermita de Santa María, en un marco natural precioso, ya en la ladera de Peña Sobia.
Pero nos dimos cuenta de que la ruta subía por carretera, así que acercamos el coche unos metros hasta el Tanatorio, pensamos que habría más carretera. Fue una tontería.
Empezamos a subir por una pista hormigonada pero muy pindia, en total eran 3 kilómetros y medio hasta la Laguna de Sobia en los que salvaríamos unos 600 metros de desnivel. Como desayuno está bien el tema, y es que nos quitamos casi todo el desnivel de buenas a primeras, aunque se nos hizo algo largo.
Los Martinos, que alcanzan los 1.500 metros de altitud, son los testigos de la subida.
Y mirando atrás vemos todo lo que llevamos ya subido. Salimos de la iglesia, justo a sus pies Riello.
Llegamos a Les Envueltes, la parte más conocida de la subida, son una serie de curvas cerradas que van salvando en zig-zag el gran desnivel de esta ladera de la sierra. Son duras sobre todo por el sol, pero las salvamos sin mayor problema.
Y por fin acaba la pista y llegamos a la Laguna de Sobia, una charca para dar de beber al ganado. Estamos ya a 1.366 metros, a 150 de la cima, ya pasamos lo peor.
Junto a ella pacen vacas, con unas vistas del valle de Teverga que cortan el hipo.
Y por encima nuestro un buitre planea en círculos. Sería el primero de los muchos que veríamos durante la ruta, fueron sin duda los grandes protagonistas de la misma.
Giramos a la izquierda y empezamos a subir, no hay mucho desnivel pero no hay apenas camino y no podemos ir rápido. Empezamos a ver al fondo nuestro objetivo del día, La Siella.
Conquistamos la antecima, no le encontré nombre. Vemos perfectamente el vértice geodésico y la cruz; y decidimos crestear para ganarla, es lo más fácil y rápido.
Bajo nosotros la Veiga Dentru, un valle interior de Peña Sobia.
En apenas 5 minutos por la cresta cimera llegamos al pico, es fácil y no hay patio ni que tirar de manos en ningún momento. Tras algo más de dos horas conquistamos La Siella con sus 1.517 metros de altitud.
Es todo un balcón a la montaña asturiana, y como no lo primero en lo que me fijo es en mi adorado Somiedo, se ve casi todo. A la izquierda Peña Orniz, con los Bígaros y el Muñón justo delante, escoltándola. A su izquierda el Cornón, y entre ambas cimas el Cordal de la Mesa terminado en Peña Michu. Y más a la derecha el Cogollo Cebolleu, al que tengo unas ganas increíbles.
Hacia el sur tenemos las cimas más altas de Peña Sobia, como el Barriscal, Saleras o Busbigre. Al fondo se adivinan las Ubiñas. Peña Rueda a la izquierda y a la derecha Fontanes, Ranchón y Huertos del Diablo.
Hacia el norte el pico Peña Sobia, que pese a no ser alto da nombre a toda la sierra, y un mundo de sierras interiores hasta el mar, que creemos ver muy al fondo. Imposible reconocer nada con las nubes.
Hacia el Este las vistas son impresionantes. En primer término tenemos el Aramo, destacando el Gamoniteiru, delante de él dos picos bastante desconocidos como el Podre y el Pozalón. Al fondo los Picos de Europa, y a su derecha el mítico Espigüete palentino, del que vemos la silueta. Por delante toda la montaña de Amieva, Ponga, Redes y Aller; localizo la aguja del Torres, otro pico al que tengo ganas.
Un poco más al norte tenemos la vista del Aramo entero, con las siluetas de Gamonal, Moncuevu y Gamoniteiru. Delante nusetro segundo objetivo: Barzanalgas
Y una pequeña panorámica desde Picos de Europa hasta las Ubiñas.
Bajo nosotros los valles teverganos. El que va hacia el oeste y acaba en el Puerto San Lorenzo teniendo Somiedo del otro lado.
Y el que va hacia el sur, hacia el Puerto de Ventana y León.
Y ahí abajo el Parque de la Prehistoria de Teverga, una buena opción para acabar el día si se hace la ruta con críos (y no tan críos)
Y una foto de cumbres de los 4 colgados que decidimos no salir el viernes y madrugar el sábado para venir de monte.
Bajamos por un sendero que salva la pendiente perfectamente (el PR-AS190 sube al pico por aquí) y llegamos en un momento a la Veiga Dentru, superseca, este verano con tan poca lluvia no está siendo nada bueno.
Hacia La Siella una curiosa formación de las piedras.
Y empezamos a subir Barzanalgas, es una ladera de piedras que se hace muy pesada, pero mucho. 3 buitres nos observan desde la cima.
Llegamos a la cresta y mete miedo, hay un gran desplome hacia el valle boscoso de Proaza y Quirós, así que vamos por dentro, por debajo del borde para evitar cualquier tipo de susto.
Tropiezo esperado por los buitres, volando en círculos sobre el valle. Espectacular. Como no va a crear esto afición...
Llegamos a Barzanalgas, que con sus 1.489 es el techo del concejo de Proaza. Su cima tenía una cruz, que fue arrancada. Una pena... Aquí comemos deleitándonos con las vistas (alguna foto de buitres la tomamos desde aquí)
Desde la cima se ve perfectamente la Cordillera. Qué vistas...
Y asoma Peña Ubiña, la grande de la montaña central asturiana.
Enfrente La Siella, imponente. Mis amigos flipan por haber subido hasta ella.
Y ahí los valles quirosanos, proacenses y al fondo el resto de sierras interiores hasta el mar. A la derecha la Sierra del Gorrión y su peculiar forma. Otra a la que tengo ganas...
Y al fondo del valle de Teverga el Ferreirua, techo del concejo que reina majestuoso y en solitario.
La bajada es complicada, la hacemos hacia el sur para hacerlo circular y pese a que no hay patios ni riesgo de desplome, pero es entre piedras y con pequeñas destrepadas constantes. Dura, dura. No recomendable para niños, la verdad. Se baja por sitios así:
En la veiga vemos a lo lejos una pequeña braña.
Y cabras pastando, nos miran pero no se acercan.
Debajo de la laguna hay un par de cabañas.
Y tras buscar confirmamos que no hay ninguna fuente, así que a pasar sed en la bajada por la pista. Lo pasé mal personalmente por el calor y por el castigo a las rodillas, llegué tocadillo al coche pero bueno, nada que no impidiera refrescarnos en la fuente junto al tanatorio y ya quedé como nuevo. Una caña con limón para refrescarnos de verdad en San Martín (como prestó...) y a casa con 3 nuevos entusiastas del monte. ¡Así da gusto!
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Track de la ruta: es.wikiloc.com/ ...d=10359470#
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COMO LLEGAR
La ruta arranca desde Carrea, en el concejo de Teverga. Más en concreto desde el tanatorio, unos metros por encima. Debemos tomar la A-63 hasta Trubia (Valles del Trubia en la autopista), desviándonos ahí y seguir en todo momento la cartelería de Puerto de Ventana, tras pasar San Martín cruzaremos Las Vegas, al final del pueblo sale una carretera a mano izquierda donde se anuncia Carrea, ojo que el cartel se ve cuando estamos ya encima. Luego seguiremos las señales del Tanatorio, aparcando delante de él.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 11,8 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 950 metros
Cota máxima: La Siella (1.517 metros)
Itinerario: Semicircular
Niños: A La Siella si están de andar, desaconsejaría subirlos a Barzanalgas, se crestea mucho y la bajada entre piedras es dura.
Señalización: A La Siella marcas y jitos; a Barzanalagas apenas algún jito.
LA RUTA
Nos perdimos para llegar por no mirarlo bien, y entre eso y desayunar en Proaza empezamos a caminar a eso de las 11, pero bueno, no había ninguna prisa, el día estaba para pasarlo tranquilamente en el monte. Aparcamos junto a la Ermita de Santa María, en un marco natural precioso, ya en la ladera de Peña Sobia.
Pero nos dimos cuenta de que la ruta subía por carretera, así que acercamos el coche unos metros hasta el Tanatorio, pensamos que habría más carretera. Fue una tontería.
Empezamos a subir por una pista hormigonada pero muy pindia, en total eran 3 kilómetros y medio hasta la Laguna de Sobia en los que salvaríamos unos 600 metros de desnivel. Como desayuno está bien el tema, y es que nos quitamos casi todo el desnivel de buenas a primeras, aunque se nos hizo algo largo.
Los Martinos, que alcanzan los 1.500 metros de altitud, son los testigos de la subida.
Y mirando atrás vemos todo lo que llevamos ya subido. Salimos de la iglesia, justo a sus pies Riello.
Llegamos a Les Envueltes, la parte más conocida de la subida, son una serie de curvas cerradas que van salvando en zig-zag el gran desnivel de esta ladera de la sierra. Son duras sobre todo por el sol, pero las salvamos sin mayor problema.
Y por fin acaba la pista y llegamos a la Laguna de Sobia, una charca para dar de beber al ganado. Estamos ya a 1.366 metros, a 150 de la cima, ya pasamos lo peor.
Junto a ella pacen vacas, con unas vistas del valle de Teverga que cortan el hipo.
Y por encima nuestro un buitre planea en círculos. Sería el primero de los muchos que veríamos durante la ruta, fueron sin duda los grandes protagonistas de la misma.
Giramos a la izquierda y empezamos a subir, no hay mucho desnivel pero no hay apenas camino y no podemos ir rápido. Empezamos a ver al fondo nuestro objetivo del día, La Siella.
Conquistamos la antecima, no le encontré nombre. Vemos perfectamente el vértice geodésico y la cruz; y decidimos crestear para ganarla, es lo más fácil y rápido.
Bajo nosotros la Veiga Dentru, un valle interior de Peña Sobia.
En apenas 5 minutos por la cresta cimera llegamos al pico, es fácil y no hay patio ni que tirar de manos en ningún momento. Tras algo más de dos horas conquistamos La Siella con sus 1.517 metros de altitud.
Es todo un balcón a la montaña asturiana, y como no lo primero en lo que me fijo es en mi adorado Somiedo, se ve casi todo. A la izquierda Peña Orniz, con los Bígaros y el Muñón justo delante, escoltándola. A su izquierda el Cornón, y entre ambas cimas el Cordal de la Mesa terminado en Peña Michu. Y más a la derecha el Cogollo Cebolleu, al que tengo unas ganas increíbles.
Hacia el sur tenemos las cimas más altas de Peña Sobia, como el Barriscal, Saleras o Busbigre. Al fondo se adivinan las Ubiñas. Peña Rueda a la izquierda y a la derecha Fontanes, Ranchón y Huertos del Diablo.
Hacia el norte el pico Peña Sobia, que pese a no ser alto da nombre a toda la sierra, y un mundo de sierras interiores hasta el mar, que creemos ver muy al fondo. Imposible reconocer nada con las nubes.
Hacia el Este las vistas son impresionantes. En primer término tenemos el Aramo, destacando el Gamoniteiru, delante de él dos picos bastante desconocidos como el Podre y el Pozalón. Al fondo los Picos de Europa, y a su derecha el mítico Espigüete palentino, del que vemos la silueta. Por delante toda la montaña de Amieva, Ponga, Redes y Aller; localizo la aguja del Torres, otro pico al que tengo ganas.
Un poco más al norte tenemos la vista del Aramo entero, con las siluetas de Gamonal, Moncuevu y Gamoniteiru. Delante nusetro segundo objetivo: Barzanalgas
Y una pequeña panorámica desde Picos de Europa hasta las Ubiñas.
Bajo nosotros los valles teverganos. El que va hacia el oeste y acaba en el Puerto San Lorenzo teniendo Somiedo del otro lado.
Y el que va hacia el sur, hacia el Puerto de Ventana y León.
Y ahí abajo el Parque de la Prehistoria de Teverga, una buena opción para acabar el día si se hace la ruta con críos (y no tan críos)
Y una foto de cumbres de los 4 colgados que decidimos no salir el viernes y madrugar el sábado para venir de monte.
Bajamos por un sendero que salva la pendiente perfectamente (el PR-AS190 sube al pico por aquí) y llegamos en un momento a la Veiga Dentru, superseca, este verano con tan poca lluvia no está siendo nada bueno.
Hacia La Siella una curiosa formación de las piedras.
Y empezamos a subir Barzanalgas, es una ladera de piedras que se hace muy pesada, pero mucho. 3 buitres nos observan desde la cima.
Llegamos a la cresta y mete miedo, hay un gran desplome hacia el valle boscoso de Proaza y Quirós, así que vamos por dentro, por debajo del borde para evitar cualquier tipo de susto.
Tropiezo esperado por los buitres, volando en círculos sobre el valle. Espectacular. Como no va a crear esto afición...
Llegamos a Barzanalgas, que con sus 1.489 es el techo del concejo de Proaza. Su cima tenía una cruz, que fue arrancada. Una pena... Aquí comemos deleitándonos con las vistas (alguna foto de buitres la tomamos desde aquí)
Desde la cima se ve perfectamente la Cordillera. Qué vistas...
Y asoma Peña Ubiña, la grande de la montaña central asturiana.
Enfrente La Siella, imponente. Mis amigos flipan por haber subido hasta ella.
Y ahí los valles quirosanos, proacenses y al fondo el resto de sierras interiores hasta el mar. A la derecha la Sierra del Gorrión y su peculiar forma. Otra a la que tengo ganas...
Y al fondo del valle de Teverga el Ferreirua, techo del concejo que reina majestuoso y en solitario.
La bajada es complicada, la hacemos hacia el sur para hacerlo circular y pese a que no hay patios ni riesgo de desplome, pero es entre piedras y con pequeñas destrepadas constantes. Dura, dura. No recomendable para niños, la verdad. Se baja por sitios así:
En la veiga vemos a lo lejos una pequeña braña.
Y cabras pastando, nos miran pero no se acercan.
Debajo de la laguna hay un par de cabañas.
Y tras buscar confirmamos que no hay ninguna fuente, así que a pasar sed en la bajada por la pista. Lo pasé mal personalmente por el calor y por el castigo a las rodillas, llegué tocadillo al coche pero bueno, nada que no impidiera refrescarnos en la fuente junto al tanatorio y ya quedé como nuevo. Una caña con limón para refrescarnos de verdad en San Martín (como prestó...) y a casa con 3 nuevos entusiastas del monte. ¡Así da gusto!
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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